LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 7 de julio de 2021

SE FUE IMPUNE

 


Fue un invento de Menem, como Palito Ortega: un as sacado de la manga del riojano que, con la ayuda de la ley de lemas, convirtió en victoria lo que era para el peronismo una segura derrota a manos de Usandizaga en las elecciones a gobernador de 1991. El gringo del campo que dejaba la tranquilidad del retiro y la fortuna para darle una mano a su provincia en la emergencia para luego volver a lo suyo, se quedó en la política los 30 años siguientes, hasta su muerte ocurrida hoy.

"Quedarse" sea quizás la expresión que mejor defina a Reutemann. Como aquella vez en la que se le terminó la nafta cuando ganaba, ante el mismo Perón y en el autódromo porteño, al "Lole" siempre le faltaron cinco para el peso: hasta la llegada del kirchnerismo siempre fue una de las "esperanzas blancas" del establishment para "renovar la política"; y tuvo su hora cúlmine allá por el 2002, cuando se lo palanqueaba para ¿gobernar? un país al que en algunos centros internacionales de poder proponían someter al control extranjero directo de sus decisiones económicas fundamentales.

Con aquella misteriosa frase de lo que vio y no le gustó, declinó el convite; acaso por la intuición de que lo usarían (en palabras de Duhalde) como "un forro de ensayo" más que por no coincidir con el modelo que esos mismos centros de poder propiciaban y propician. Antes de eso, pasó por sus dos gobernaciones acá, siendo el principal elector de un peronismo vaciado de ideas y de militancia, y la figura de más peso en la política provincial junto con Usandizaga, quien primero fuera su rival y luego su socio; "loteándose entre ambos espacios de poder: la Corte Suprema, el ENRESS, el Tribunal de Cuentas, los juzgados: un final lógico para su diputa, porque siempre fueron más las cosas que los unieron, que las que los separaban.

Con ambos la política fue impiadosa, y pasaron del estrellato al ostracismo, en el caso de Reutemann en buena medida por decisión propia: desde que dejó la gobernación en el 2003 y hasta su muerte, vegetó en el Senado con los solos propósitos de alzar su voz solo cuando estaban amenazados los intereses del "campo", que son los suyos propios; y el de conservar los fueros que lo pusieron a resguardo de rendir cuentas en la justicia, hasta el día de su muerte.

El tipo que venía "de afuera de la política" aprendió rápido las peores mañas del oficio, y construyó un sistema de impunidad que iba desde designar a su propio primo en la Corte Suprema de Justicia (la que presidió por años, y en la que hasta hoy se encuentra en funciones), hasta conseguirle un juzgado de paz a su secretario privado. Reutemann jamás fue investigado -ni siquiera indagado o citado como testigo- por la cruel represión policial de diciembre de 2001, ni por el crimen hídrico del 2003: jamás tuvo siquiera que explicar sus responsabilidades en ninguna de las dos tragedias.

Como a tantas otras figuras de la política argentina anteriores a 2003, a Reutemann le pasó el kirchnerismo: después de Néstor la política no fue tan sencilla, y tampoco alcanzaba con "alambrar" la provincia, para mantenerla a salvo de los avatares políticos del país. Se involucró en el conflicto del gobierno de Cristina con las patronales agrarias en el 2008 en el bando de los suyos, y eso le dio el último envión de su carrera para ganar una elección, la del 2009: el mandato de senador que hubiera culminado en diciembre si no lo sorprendía la muerte, era por la minoría, porque en el 2015 perdió a manos de la fórmula del entonces Frente Para La Victoria.

En la década ganada, Reutemann batió los récords de silencio (en los medios y en el Senado), a punto tal que los medios, en su afán de que no se lo olvidara, construyeron toda una interpretación de su mutismo, rayana en lo absurdo: Reutemann no hablaba, porque no tenía nada para decir, y lo que pudiera decir, ya se sabía antes de que hablara.

Durante esos años -como se dijo- solo rompió el silencio cuando, como productor agropecuario, corrió el riesgo que le tocaran el bolsillo con impuestos. El resto del tiempo todos los acontecimientos del país, en una de las épocas más vertiginosas de su historia, le chuparon un huevo, por utilizar una expresión académica. Sin embargo, no se privó de anotarse en casi todos los intentos (fallidos) de construir un peronismo "federal/republicano/antikirchnerista/de mayor respeto social" (pongan ustedes la expresión que juzguen más correcta); para terminar apoyando a Macri, del brazo con la UCR aunque sin aparecer juntos en la foto, como si fueran amantes secretos.

Y fue así como su creciente intrascendencia y la dinámica del proceso político provincial y nacional lo fueron privando de esa condición de gran elector que supo tener (en las dos o tres últimas elecciones, ya nadie se desvelaba pensando a quien apoyaría, o si sería candidato), y su electorado fue absorbido en parte por el Frente Progresista (sin entender esto no se entiende el triunfo de Binner en el 2007), y desde el 2011 en adelante por Miguel Del Sel y el PRO.

El peronismo sanatafesino (que por años holgazaneó políticamente a la sombra de su campera roja, que ganaba elecciones sola según la leyenda) tuvo que entender que la vida seguía y reconstruirse, y en eso anda. Mal que les pese a muchos de sus dirigentes, fue ayudado sustancialmente en esa tarea por el fenómeno kirchnerista, al que muchos siguen empecinados en negar, como si no hubiera sucedido: fue por el kirchnerismo y los gobiernos de Néstor y Cristina que muchos santafesinos (en especial los más jóvenes) supieron que había "otro" peronismo, y no solo el que encarnaba Reutemann, que les gustaba más a los antiperonistas, y por eso lo votaban.

En cuanto al dispositivo de impunidad que construyó y usufructuó con éxito hasta su muerte, será su única herencia política: no hay "reutemanismo" porque nunca existió tal cosa, y no existió porque a Reutemann no le interesó crearlo: para él la política fue simplemente una prolongación de su propio ombligo. No dejó herederos, ni legado ni estructura política que lo reivindique:, ni siquiera habiendo sido dos veces gobernador de la provincia, e incidido en las dos elecciones de Obeid.

Y los herederos de ese dispositivo son -no por casualidad- los que fueron socios en los 12 años de gobiernos del Frente Progresista: los socios mayoritarios de éste (la UCR y el socialismo) y el sector de los senadores del PJ que confrontan con Perotti. De aquella promesa de Binner (frente a la responsabilidad de Reutemann en la tragedia hídrica del Salado, que les permitió a los opositores al PJ provincial ganar la elección) de regenerar la Corte provincial como lo había Kirchner con la nacional a éste presente, en el que socialistas y radicales comparten con Traferri y sus socios los operadores judiciales que construyó el ex corredor, como Rafael Gutiérrez.

3 comentarios:

Sebastián Quijano dijo...

Che, todo bien con pasarse dos cuadras de caretaje. Pero tres pueblos enteros, ¿no es mucho? ¿Es necesario linkear las fotos para desmitificar que nunca hubo Perseo K alguno que siquiera ose a enfrentar al Kraken F1 o a sus hijos, fenecidos o aún gobernantes? https://www.lacapital.com.ar/las-fotos-que-resumen-la-carrera-politica-carlos-reutemann-n2672725.html
¿Es preciso linkear las cuentas de twitter de CFK https://twitter.com/CFKArgentina/status/1412820682963144709 con sus condolencias a este, cito", "invento del menemismo"?
No es precisa la sobreactuación. Suele dejar en evidencia las carencias actorales. Además, lo no dicho en vida, y cuando era propio, queda bastante cobarde hacerlo ya muerto.
Con todo el respeto de alguien que sin compartir ideas con ustedes, los lee siempre con atención.

La Corriente Kirchnerista de Santa Fe dijo...

No se entiende el comentario. Lo de Cristina es institucional, podé rastrear en su cuenta y hace el mismo posteo en todos los fallecimientos de dirigentes políticos, el más reciente para corroborar el de Menem. Y lo del kirchnerismo acá, sus carencias y limitaciones es conocidísimo, está dicho hasta el cansancio en éste blog, basta revisar los posteos sobre la situación política de Santa Fe. Le caben las generales de la ley del peronismo santafesino. Todo lo demás es inferencia tuya.

Sebastián Quijano dijo...

Creo que se entiende perfectamente el posteo. Me gustaría citar a 678 y la nula resistencia de los archivos. Hoy por ejemplo, escuché el lamentable audio en el programa de Reinaldo Sietecase que "oh casualidad", no tenía nada sobre el 2001. Pero si tenía los comentarios elogiosos de Reutemann a Néstor. Existen decenas de fotos con él, con Cristina, como las hay hoy con el Omar, y nadie saca los pies del plato en la pública. Se desalojan tomas de tierras con violencia inusitada que de ser topadoras macristas seguramente nos encontraría justos en la calle, pero al ser de "los cumpas" del Movimiento Evita, "la batalla cultural" pasa a un blog.
No busco convencer ni ganar una discusión estudiantil. Se a quiénes leo. Respeto muchas cosas de lo que escriben porque me parecen serias. Otras no. Canchereadas para el festejo amigo, como cuando el jefe hace un chiste malo y todos los empleados chupamedias se ríen. Solo les quería señalar que si quieren pegarle a la lamentable historia menemista, partan de que son La Corriente del Chivo, de Norma, de Sukerman y por lo tanto tienen un lugar desde dónde hacerlo. Pero hay que bancársela. Como dijo el Salmón, "no se puede vivir del post". Saludos