LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 12 de abril de 2022

UNIDAD HASTA QUE DUELA. AL KIRCHNERISMO O AL BOLSILLO

 

A casi un mes de que el presidente anunció la guerra contra la inflación, el ministro de Economía aparece en los medios comentando sobre el tema -como si no tuviera nada que ver, o no fuera de su incumbencia- para decirnos que hay una decisión política de no aumentar retenciones; y que el gobierno seguirá su gestión pero con gente que esté consustanciada con el programa económico, y de acuerdo con las decisiones que se tomen en ese marco.

Es decir, una guerra en la que el gobierno dice que no está dispuesto a usar una de las principales armas de que dispone, y una unidad que consiste en no plantear disidencias a las medidas que se adopten, ni exigir cambios de rumbo. En otras palabras, más o menos lo mismo que dijo (o quiso decir) Vilma Ibarra el sábado en Rosario, en un tiro por elevación a Cristina.

Repiten como un mantra "Si no nos mantenemos unidos, vuelve la derecha", pero resulta que para mantenernos unidos, hay que tomar herramientas del arsenal conceptual y de la caja de herramientas de esa misma derecha: ayer el ministro dijo que la inflación seguía subiendo pese a que se estaban reduciendo el déficit fiscal y la emisión monetaria; y el sábado en Rosario Cecilia Todesca (de quien nos dicen a menudo que es de las que mejor comunican en el gobierno) decía que para redistribuir la riqueza no se podía tirar plata desde arriba de un helicóptero: justo, pero justo, vea señora, una imagen que usó el mismísimo Milton Friedman.

Nos cuentan que la unidad debe preservarse más allá de la diversidad de miradas que puedan existir en una coalición política como el FDT, pero ayer Guzmán dijo que para estar en el gobierno, hay que tener una sola mirada: la del presidente y su núcleo más cercano. Del mismo modo, Vilma Ibarra dijo que nadie se salva solo, pero al parecer en el gobierno creen que sí, que se salvan, sin Cristina ni el kirchnerismo; que o se subordinan, o se dejan de joder, palabras más, palabras menos. Y Moroni dijo hace poco que no veía problemas en los salarios, pese a los niveles de inflación.   

El año pasado perdimos -y feo- una elección porque el gobierno se enamoró de los números de la macroeconomía y apostó al reconocimiento social de la campaña de vacunación. De allí para acá, no solo la praxis de la gestión revela que no se ha hecho la más mínima autocrítica al respecto, sino que el discurso oficial parece no tomar nota de esa realidad, que se ha vuelto más apremiante aun que cuando votamos, al compás de los indicadores de la inflación.

Y el presidente reafirma su autoridad, pero a través de personeros (mediáticos o funcionarios del gabinete, para el caso es lo mismo), y la reafirma para seguirse equivocando; y anuncia por medio de voceros (como Guzmán) que aquello de "Si me equivoco, salgan a la calle y háganmelo saber" era una oferta limitada a la campaña electoral. Tuits relacionados:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La próxima vez hagan caso. No hay unidad de subordinacion, la unidad es de cooperación y coordinación.
Esta unidad venía rota antes de arrancar.
No nos plantamos cuando era momento de hacerlo. No reclamamos ni disputamos espacios y ahora estamos acá, tal vez demasiado flacos para huelga de hambre.
En algún momento hay que analizar que pasó, porque dijimos hasta cansar... La Juárez Celman...
Pero a Roca no lo pasaron por arriba. Pareciera que a Cristina si.

Anónimo dijo...

La propuesta económica que hace Guzman, con un 1% de inflación mensual, sería una apuesta muy discutible.
Con 6% de inflación mensual, Guzman está fuera de la realidad.
El Colo.