GENTE CON EL RELOJ ATRASADO

De cara a la votación del miércoles en el Congreso (en especial en Diputados) para darle sanción definitiva a los proyectos de reformas en las justicia enviados por Cristina, se ha desatado una caza de brujas que pretende recrear el clima de la discusión de la resolución 125; que incluyó aprietes indisimulados de las patronales agropecuarias a legisladores "dudosos", o "librepensadores".

Cosa que ahora se repite y además de reprochable políticamente, es un modo seguro de promover el filibusterismo legislativo por parte de quienes estigmatizaron en su momento a Borocotó por haber votado con el gobierno en alguna oportunidad (al punto de hacerlo emblema del travestismo político); o predisponer a más de un legislador a subir la cotización de su voto, todo con el propósito además de echar de antemano sombras de sospecha sobre la legitimidad del alumbramiento de las leyes que discute el Congreso.

Aspecto éste que, en sintonía con el despliegue del show de Lanata, tiende a proveer de un consolador ético a los sectores que se manifiestan en los cacerolazos, básicamente porque nunca terminaron de metabolizar el 54 % de Cristina.

Al respecto leemos en Infobae sobre la campaña promovida por un grupo de ONG'S (encabezadas por el CIPPEC y Poder Ciudadano) para lograr que un puñado de diputados que suelen acompañar al oficialismo cambien su voto, y frustrar así la aprobación de los proyectos.

Hace un tiempo acá nos referíamos a este asunto de las presuntamente bienintenciobnadas ONG'S, y decíamos que "Estas organizaciones florecieron como hongos en el clima anti político de los 90', cuestionando la corrupción política de gobiernos como los de Menem, Fujimori o Collor de Melo, y parecían progresistas entonces. Como Lanata o Tenenbaum en el periodismo, y por las mismas razones.

Cuando los primeros años del nuevo siglo trajeron vientos de repolitización en América Latina (y en ese contexto, en la Argentina de Kirchner), quedaron expuestas como lo que son: peloteros para el entretenimiento de profesionales de clase media, ávidos de obtener subsidios, becas y contratos del Estado, tanto como puede estarlo un puntero del conurbano.

Pero eso sí: para aportar desinteresadamente su saber académico en la construcción de una democracia más sólida y transparente y -si les quedaba tiempo- por que no un mundo mejor; con buenos modales y sin indagar nunca a fondo sobre los problemas reales de esas democracias, y sus verdaderos responsables y causantes. 

Son juzgadas además con una evidente doble vara: ¿cuántos de los que azotan a los dirigentes gremiales que piden lugares en las listas electorales o critican la cooptación política de los movimientos sociales o de los organismos de derechos humanos están dispuestos a señalarlos por sus agachadas?

Agachadas como proclamar a los cuatro vientos una asepsia política que no tienen, porque cada vez que tienen la oportunidad de expresarse políticamente (como lo han hecho Garrido y los demás con sus postulaciones) están siempre del mismo lado, nunca se equivocan. " 

En el post mencionado contabilizábamos los casos de referentes de éstas ONG'S que saltaban a la política, casi invariablemente en las filas opositoras al kirchnerismo, con lo que se le veían antes las patas a la sota, ni hablar ahora; cuando por ejemplo se supo por ejemplo que Poder Ciudadano era financiada nada menos que por Paul Singer, que capitanea uno de los fondos buitres que litigan con más entusiasmo contra el país en los tribunales de todo el mundo. Del CIPPEC y su voracidad por morder el monedero público, hemos hablado largo y tendido acá.

En Tiempo Argentino de hoy se amplía la información al respecto, con varios ejemplos interesantes, que dejan claro que lo que hacen este tipo de organizaciones con campañas como las del apriete mediático a los diputados "dudosos", es tributar a la estrategia política de una oposición (de la que forman parte) que pierde las votaciones en el Congreso, porque antes perdió en las urnas, cuando había que votar para elegir como quedaban conformadas las Cámaras. 

Y por supuesto también, sumarse al libreto que diseñan los medios hegemónicos (con los cuáles las mismas ONG'S y sus integrantes tienen vínculos fluidos, y negocios en común en algún caso), que son los verdaderos vertebradores de la oposición.

Táctica antiguas, como que corresponden más a la Argentina de los 90' y de la crisis de principios del siglo XXI, con una política fragmentada y en retirada, y un Estado quebrado y sin capacidad de intentar imponerse a las lógicas corporativas.

Al intento de relanzar en la figura de Lanata al "periodista justiciero" -que en esos años fungía de sustituto de la acción política- y el renovado mesianismo golpista de Elisa Carrió (cuya desmesura verbal es inversamente proporcional a su representatividad electoral), llamando a impedir la sesión del Congreso (luego de que una turba intentara hacerlo ya la noche del 18A), se suman estas "campañas" de las ONG'S, y las amenazas de judicialización de las reformas si son sancionadas; tal como pasara con la ley de medios.

Amenazas de las que se jacta acá Obarrio en La Nación, dando por sentado que las reformas quedarán paralizadas por la justicia; que será en éste caso (contra su naturaleza), juez y parte. 

De un modo que justamente, motivó parte de las reformas, como los límites a las cautelares; o la propuesta de elección popular de los miembros del Consejo de la Magistratura.

Lejos de haber realizado un análisis a fondo de las causas del desastre electoral del 2011 los opositores (partidos, medios, ONG'S y sus cruces) persisten en aferrarse a esquemas que ya se mostraban perimidos en los albores del kirchnerismo; creyendo que el deterioro de 10 años de gestión del Estado crearán un clima propicio para que esos esquemas ahora surtan efecto; sin comprender lo que ha cambiado en el país desde entonces, y subestimando la capacidad política del proyecto que conduce el país en la última década.

Viven con el reloj atrasado, a lo mejor el miércoles (como les pasó el 23 de octubre del 2011) les vuelve a sonar el despertador.