NO HAY PEOR BRUTO QUE EL PORFIADO

O sí querés, "con Garro mearon afuera del tarro": seis días duró en el cargo el designado jefe de la URI, y nazi confeso.

Seis días en los que el gobierno provincial -con Bonfatti y Chaumont a la cabeza- se emperraron en pretender dar una imagen de falsa autoridad, sosteniéndolo contra todas las críticas que le llovieron, para después y en menos de una semana, terminar haciendo rodar la cabeza del que nunca debió haber llegado a ese cargo, con esos antecedentes.

Una autoridad que no tienen, porque se la cedieron a la propia policía, allá lejos y hace tiempo; antes incluso de que Binner fuera gobernador, cuando en campaña se comprometió con APROPOL y las cúpulas policiales (a las que mantuvo casi la mitad de su mandato) a sepultar la reforma votada durente el segundo gobierno de Obeid.

Un compromiso que siguen cumpliendo ahora a rajatablas, más aun luego del motín policial de diciembre del 2013, donde los milicos les volvieron a arrancar concesiones a punta de pistola.

Como por ejemplo los pseudo "concursos" truchos y masivos (no con vacantes previamente establecidas, como manda la Ley 12.521), donde terminan ascendiendo casi todos, como con las viejas Juntas de Calificaciones policiales.

Concursos en los que -por ejemplo- por el Decreto 4887 de apenas unos días antes de su designación en la URI, Bonfatti ascendió a Garro al segundo lugar en importancia del escalafón policial, para luego poder designarlo en su cargo.

Exactamente lo mismo que hizo Binner con Tognoli para que luego Bonfatti pudiera designarlo jefe de policía, con los resultados por todos conocidos.

Dicen que es de necios esperar resultados diferentes, aplicando siempre los mismos métodos. De necios, o de socialistas.

Que siguen tan perdidos en el tema seguridad como Pinochet en el día del amigo, porque las tan anunciadas "reformas" están destinadas de antemano al fracaso, en la medida que no tomen la única decisión que hasta acá vienen evitando tomar: conducir políticamente a la policía, en lugar de ser conducidos por ella.

Una desorientación que cuesta cara, además: la URI -que no sabe por estas horas quien será su jefe, y hasta se evaluó la vuelta de Tonto y Retonto, los "licenciados"- tiene responsabilidad entre otros lugares sobre la seguridad de la ciudad de Santa Fe, que cerró el 2014 con el triste récord de muertes violentas; sin perspectivas de mejoras a la vista. 

Y mientras el gobierno juega a los soldaditos moviendo a los jefes policiales como si fueran piezas de ajedrez, la policía se dedica a otras cosas; como por ejemplo a los 278 casos de tortura y malos tratos documentados por la Defensoría General, de los que solo 36 terminaron con denuncias judiciales.