LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 24 de agosto de 2017

DONALD EL ACEITOSO Y MAURICIO EL PAPARULO


Estamos aislados del mundo”, “Nos peleamos con todos”, “No se puede manejar la política exterior en base a ideologías”, “La Cámpora copó la chancillería y el servicio exterior perdió total profesionalidad”, “Hay un mundo ávido por comprar lo que nosotros vendemos”, “Tenemos una de las tres o cuatro economías más cerradas del mundo”, “Tenemos que volver a respetar las normas de la OMC, con las que funciona todo el mundo”, “Aspiramos a convertirnos en el supermercado del mundo”.

Puede que falte alguna en la enumeración, pero en ese puñado de lugares comunes y frases hechas -repetidas por años durante el kirchnerismo, cuando eran opositores- está encerrada la idea que tiene el macrismo de como funciona el mundo al que “volvimos”, como quiere que nos insertemos en él y como manejar en consecuencia con ese objetivo, la política exterior del país.

Con casi medio mandato de Macri cumplido, los resultados están a la vista, y no son precisamente los mejores: incurren en todos y cada uno de los errores que nos achacaban a nosotros, corregidos y aumentados.

Como se puede ver en los episodios de ésta semana y la anterior, ligados a la relación con los Estados Unidos y el intercambio comercial: después de la visita del vicepresidente yanqui Pence al país y de que éste virtiera abundantes elogios sobre Macri y su gobierno, ellos consiguieron que abriéramos nuestro mercado a la importación de cerdos made in USA (con serios riesgos sanitarios de por medio), poniendo en riesgo 39.000 puestos de trabajo de la cadena de la industria porcina en todo el país.

Y a cambio de tanta generosidad, conseguimos que todavía no habiliten nuestras exportaciones de limones para allá (que mueven, con todo el viento a favor, unos 50 millones de dólares al año) y le acaban de cerrar la puerta al biodiésel; que generaba divisas para el país por unos 1200 millones de dólares anuales, o sea 24 veces más que los limones que todavía no entraron a los Estados Unidos.

Una medida que es particularmente perjudicial para la provincia de Santa Fe, donde se produce el 80 % del biodiésel del país, y se exporta el 90 % de esa producción al mercado norteamericano: corren serio riesgo plantas industriales, inversiones que significaron agregado de valor en las exportaciones y -por supuesto- muchos puestos de trabajo.

Puestos a evaluar la agenda comercial bilateral entre la Argentina y los Estados Unidos no se nos ocurre un tema más relevante, puesto que la venta de tubos de acero sin costura que le interesaba al Grupo Techint, la multinacional con sede en Luxemburgo y negocios en el país lo resolvió instalando una planta en el país del norte (que insólitamente Macri fue a inaugurar, en su último paso por allá), mientras suspendía y despedía empleados acá.

A nadie que entienda como funciona realmente el mundo y conozca las reglas de juego del comercio y la política internacionales (es decir, a nadie que no sea un completo zapato como Macri y sus funcionarios) puede sorprenderle que las cosas sean como son, y terminen como terminaron: en un estrepitoso fracaso de nuestro gobierno en asegurar mercados para exportaciones nuestras, que incluso benefician a un sector (como el ligado a la transformación de la producción agropecuaria) que les es absolutamente afín.

Y eso que al gobierno y al propio Macri no le faltaron gestos de obsecuencia y sumisión con la administración Trump, tras haber cometido el papelón diplomático de involucrarse abiertamente en la campaña electoral yanqui, y para peor del lado de la perdedora, Hillary Clinton.

De allí para acá, “Cambiemos” y su sistema de medios adictos trataron de convencernos de que el episodio quedó superado por la “diplomacia personal” del presidente, que apeló a su presunta amistad con Trump, forjada en el mundo de los negocios: de la sofisticación al paisanismo cholulo, sin escalas.

El presidente de la primera potencia mundial (que fue muy claro en su campaña como candidato respecto a como conduciría estas cuestiones) hizo lo que cualquier lídser de un país importante hace: manejarse por intereses concretos, más que por abstractos principios ideológicos; que por cierto, no deja de enunciar porque le sirven para mantener entretenidos a los amateurs como Macri, que aunque abjuren de las ideologías, sí se manejan por ellas en los asuntos de política exterior.

En consecuencia con eso, los Estados Unidos y su presidente toman de nosotros lo que les sirve, como por ejemplo el rol de ortiva regional que se autoasignó Macri respecto a Venezuela, que les permite a ellos no ser el foco exclusivo de las críticas por asediar a la administración de Maduro; y repartir esas cargas con otros.

Y lo que no les sirve porque pone en riesgo sus propios intereses nacionales (como los de sus productores de biodiésel) lo desechan, sin miramientos ni complejos, sin derramar ni una lágrima en el altar del sacro santo comercio libre: así fueron y serán siempre las cosas, aunque algunos paparulos (como nuestro presidente) no se enteren, sino hasta que la cuestión les termina estallando en las narices.

Perón decía que la verdadera política, era la política exterior, y eso es así porque vivimos insertos en el mundo (queramos o no, no existe tal cosa como “estar aislados” de él, y no tenemos escala para modificar nosotros solos las reglas con las cuáles funciona; pero además porque la política exterior es la proyección hacia fuera de la interior.

Y un país que pone en marcha un modelo que debilita la cohesión social y la “densidad nacional” (por usar la conocida expresión de Aldo Ferrer) debilitando nuestras propias capacidades (cuestión muy visible en los retrocesos en el desarrollo del plan satelital, la inversión en ciencia y tecnología o el plan de negocios de YPF) no puede proyectar hacia fuera una imagen que lo haga merecedor de respeto, o lo coloque en posición de negociar exitosamente en defensa de sus propios intereses nacionales.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

#Biodiesel relaciones carnales sin vaselina sin mantequilla sexo hardcore

Anónimo dijo...

Si el "Aceitoso" lo apura le declaramos la guerra a Venezuela.

Anónimo dijo...

Es lo que se llama una ¨bajada de lienzos¨ sin condiciones. Sin vergüenza.

Anónimo dijo...

Esto es Macri muchachos. Un heredero gastador. Un inútil.
Un eterno armador como su padre, de equipos para saquear al Estado, mientras miente y grita "ahí están los ladrones", para que la gilada mire para otro lado mientras él y su banda se llevan a paladas el dinero ajeno.
Cuando la realidad te pega en la cara, por ejemplo con el biodiesel,como no te van a enternecer los termocéfalos que lo votan.
El Colo.

Anónimo dijo...

El gobernador de Santa Fe, que se vaya preparando para una mojadita más de oreja, de parte del presidente. Un daño más para la pcia. y van...