LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 21 de enero de 2020

BUENOS SÍ, BUENUDOS NO


Todos los días nos enteramos de un nuevo caso de funcionario macrista atrincherado en su cargo, negándose a abandonarlo: el caso de Jorge Macri en la presidencia del BAPRO acaso sea el más difundido, pero no es el único.

Al parecer, lo mismo pasa en la Unidad de Información Financiera (UIF), donde el ex FMI Mariano Federici resiste, y se hace notar: como da cuenta el tuit de apertura, acaba de dictar (con mano muerta, porque está de salida) una resolución prorrogando por seis meses las sanciones contra Hezbollah, organización a la que el gobierno de Macri caratuló como terrorista, algo que ni siquiera hizo la ONU.

La medida, por supuesto, responde a las directivas estratégicas de los verdaderos mandantes de Federici: los gobiernos de los Estados Unidos e Israel, país que en unos días va a visitar Alberto Fernández. Por supuesto que la medida le "allanará" la visita y acaso le evite las previsibles presiones del premier israelí Netanyahu, pero ése no es el punto, o sí.

Cuando el gobierno de Macri -a instancias de la administración Trump- dictó la norma calificando a Hezbollah como una organización terrorista, el entonces candidato y hoy presidente Alberto Fernández la cuestionó, y con razón: no solo significaba apartarse del criterio sentado por las Naciones Unidas, sino hacer tomar partido al país en una disputa ancestral, cuando la Argentina mantiene relaciones diplomáticas, comerciales y culturales pacíficas con todas las partes involucradas; e incluso ha reconocido a los dos Estados: el de Israel (en el gobierno de Perón, siendo uno de los primeros países en hacerlo), y el palestino, en tiempos de Cristina éste último.

La decisión de Macri (refrendada luego por la UIF al imponer las sanciones que ahora prorroga) fue un peligroso exabrupto en un país que ha sufrido en su territorio dos atentados criminales aun no esclarecidos, presuntamente vinculados al conflicto en Oriente Medio.

El gobierno de Alberto comenzó el proceso de nominación del nuevo titular de la UIF; una creación del GAFI, para servir a los propósitos de política exterior de los EEUU, con la excusa de combatir el terrorismo o el lavado de dinero. En ese proceso, la impresentable de Elisa Carrió (agente free lance de la embajada) ha impugnado al propuesto, tras cuatro años de silencio mientras el organismo se convertía en parte central del dispositivo de persecución de los opositores políticos del gobierno de Macri.

En realidad el ahora "autónomo" Federici hizo bastante más que eso: mirar para otro lado mientras se consumaba el mayor blanqueo de capitales de la historia, sin obligación de traer los fondos al país y ampliado por decreto para que entren parientes (presidenciales y de vaya uno a saber cuantos más) que no estaban contemplados en la ley aprobada por el Congreso; y eximir de sanciones a los lavadores (estos sí comprobados) del HBSC, entidad de la que venía su segunda en el organismo, a la sazón sobrina de Macri. 

Sin desconocer que el gobierno debía cumplimentar los procedimientos establecidos en la Ley 25246 para reemplazar a Federici al frente del organismo, nada obstaba a que se le hubiera pedido la renuncia, apenas asumido Alberto; porque de lo contrario pasa lo que pasa: el tipo opera con agenda propia, y se jacta de tomar la decisión sin consultar con el gobierno, como si fuera un Estado dentro de otro, y lo que hace no impactara en la política exterior del país. 

Otro ejemplo de como la diferencia entre ser buenos y ser buenudos es aprovechada del otro lado de la grieta, donde no dan puntada sin hilo. 

1 comentario:

Norberto dijo...

Y no es el único caso, en aviación no han reemplazado a nadie, ¿será que le conviene a Meoni para poder continuar con los negociados de Dietrich con Flybondi, JetSmart y El Palomar?
Stop Fly pasajeros Bondi Arbus para pasajeros y equipajes de la lowcost
Nunca menos y abrazos