Hermanas y hermanos: la voluntad del pueblo se ha impuesto.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) October 19, 2020
Se ha producido una victoria contundente del MAS-IPSP. Nuestro movimiento político tendrá la mayoría en las dos cámaras. Hemos vuelto millones, ahora vamos a devolver la dignidad y la libertad al pueblo.#JallallaBolivia pic.twitter.com/gTHa6qRhTB
Solamente un dirigente político de dotes excepcionales como Evo Morales pudo conseguir un triunfo tan aplastante en condiciones tan adversas, para salir de la trampa golpista en la que estaba sumida Bolivia desde que derrocaron a su gobierno con un golpe de Estado al estilo de los de los años 70'; cosa que mucha intelectualidad atragantada de libros mal digeridos se resistió a admitir, apelando a eufemismos varios.
Evo y el MAS, la organización política que sobrevivió al tiempo y a los hombres como planteaba Perón, ganaron contra todo y todos: el poder de los Estados Unidos y su injerencismo desembozado, los sectores del poder económico interno y sus vínculos internacionales interesados en apropiarse de los recursos naturales bolivianos (como Elon Musk, por ejemplo), los medios de comunicación que expresan a ese poder económico, el Ministerio de Colonias yanqui (también conocido como OEA) y sobre todo, una derecha política boliviana golpista, asesina y fraudulenta.
Y venció siendo proscripto, viéndose forzado a proponer otro candidato para encarar el desafío electoral. Como Perón en el 73', sin ir más lejos: de ese calibre es el triunfo de Evo, para medirlo con justicia.
Se abre ahora un proceso de transición que no estará exento de peligros, porque la derecha se resistirá a dejar el poder. Tanto que aun no hay un resultado oficial de las elecciones, y el conteo provisorio fue de una lentitud apabullante, directamente vinculada a la magnitud del triunfo del MAS. Demorando la difusión de los resultados, la dictadura saliente de Añez trata de negociar las condiciones de su retirada, y los condicionamientos al futuro gobierno; que además deberá ir con pie de plomo porque -por ejemplo- ya sabe que no puede confiar plenamente en las fuerzas armadas, ni en las de seguridad.
Por supuesto que además el triunfo de Evo y el MAS tienen trascendencia regional, en un contexto muy complicado para las fuerzas populares de América Latina: es una bocanada de aire fresco en un contexto en el que las derechas gobiernan en buena parte del continente, la principal potencia hegemónica retoma prácticas de bradenismo explícito y allí donde las fuerzas populares gobiernan, son jaqueadas por embestidas cuasi golpistas de esas mismas derechas, que de "nuevas, modernas y democráticas" no tienen nada.
En medio de la alegría del triunfo del MAS, causa tristeza que la obcecación golpista de la derecha boliviana, que no pudo perpetuarse en las urnas ni intentando orquestar un fraude, les costó a los bolivianas muchas vidas humanas, mucho dolor y lágrimas.
El triunfo del MAS es un buen momento para recordar que el horrible gobierno de Macri sumó a su larga lista de bochornos, haberse negado a reconocer que el derrocamiento de Evo Morales fue consecuencia de un golpe de Estado; baldón de la larga tradición democrática argentina que, por suerte, el gobierno de Alberto Fernández enmendó, además de darle asilo al presidente boliviano depuesto, salvándole la vida.
Y para recordar que en pleno proceso electoral -plagado de irregularidades desde el principio, por las mañas de la derecha boliviana para perpetuarse en el poder- hubo quienes trataron de impedir el voto de los residentes bolivianos en la Argentina, como el gobernador radical de Mendoza, actuando deliberadamente de ese modo como auxiliares de la derecha boliviana: en nuestro país el 84 % de los votantes se inclinó por los candidatos del MAS.
Dicho esto para cuando después nos quieren dar lecciones de democracia, o nos corren con lo de la "infectadura", y la supuesta restricción de las libertades individuales. Tuit relacionado:
Buen lunes para todos y todas. Felicitaciones a Lucho Arce y David Choquehuanca que, junto a Evo, construyeron en Bolivia un gran triunfo popular. La Patria Grande feliz. pic.twitter.com/29PVIwbExp
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) October 19, 2020
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