LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

lunes, 20 de septiembre de 2021

EL SALVAVIDAS DE CRISTINA

 

La crisis política que desató la derrota electoral en el seno del gobierno y del "Frente de Todos" quedó expuesta al sol con la carta de Cristina: para los que dicen que los trapos sucios hay que lavarlos en casa, la vicepresidenta está diciendo en el texto que intentó hacer precisamente eso, 19 veces, sin ser oída. A lo que hay que sumar varias advertencias públicas de un año -o más a ésta parte- que cayeron en saco roto.

Frente al documento, el conglomerado de medios hegemónicos (que funcionan como "intelectualidad orgánica" del régimen) y la comparsa de opositores que abreva en ellos en busca de un discurso (porque ese es el orden estricto en el que suceden las cosas, desde hace años) hablan de golpe institucional, de Cristina contra Alberto. Sí: los mismos que vienen practicando golpismo, desestabilizaciones e intentos destituyentes varios todos estos años, y que en su momento celebraron con bombos y platillos el "voto no positivo" de Cobos.

Precisamente a eso se refirió Cristina en su carta para diferenciarse, marcando a las claras que no es su intención romper la coalición que llegó al gobierno en el 2019, sino algo mucho más sencillo: que esa coalición cumpla, desde el gobierno, el contrato electoral con sus votantes. Así tan claro y contundente como se lo enuncia, parece increíble que haya tenido que llegar a la instancia de hacerlo público, para ver si provoca algún cambio en el presidente, y el rumbo de su gestión.

Todo gobierno en democracia tiene dos momentos de legitimidad: el original, cuando lo ungen con el voto ciudadano, y los subsiguientes que son un continuo revalidad esa legitimidad, en el ejercicio. La drástica pérdida de seis millones de votos en 21 meses de gestión por parte del FDT muestra la diferencia en el tiempo de uno y otro, y el documento de Cristina es una invitación a recuperarlos, del único modo posible: haciendo aquello que se dijo y prometió que se venía a hacer. No hay dobleces, no hay segundas lecturas, no hay misterios: relegitimarse en la gestión, honrando el compromiso electoral. Así, casi con esas exactas palabras termina su carta. 

Hace un par de meses decíamos acá: "Cristina es la política llamando a las cosas por su nombre, sin lugares comunes, sin eslóganes huecos y vacíos diseñados por algún creativo publicitario para ganar votos, la política como defensa de una idea, como afán obsesivo de representación social, como compromiso militante con la custodia de los intereses generales, en particular los de las grandes mayorías nacionales. Si durante sus gobiernos vivimos mejor, en sus propias palabras, "no fue magia", sino la consecuencia de gestionar el Estado desde esa idea de lo que debe ser la política." .

Cristina entiende que la política está obligada a representar, es decir, a hacerse cargo de interpretar intereses, aspiraciones, deseos y transformarlos en realidades tangibles; en especial de aquellos que te han confiado el voto. Y no es casual que los que la tildan de golpista, estén en realidad pensando realizar ellos, el más burdo de los golpes a la voluntad popular: pedirle al presidente que rompa con ella, y gobierne con el programa que fue derrotado en las urnas, y no con el que ganó.

Precisamente el peligroso acercamiento de la gestión de Alberto Fernández hacia ese extremo es el que detonó la carta, que lejos de representar para el gobierno un problema, es una solución, si la quiere ver: basta con recuperar la senda del mandato popular recibido. Cristina, la constructora del FDT, la autora de su candidatura, la garante principal del destino de la coalición, la dueña de la inmensa mayoría de los votos, tiene más derecho que nadie a reclamarle que lo haga: golpismo es lo contrario, es negarle ese derecho, y pretender que sea garante del desvío político, y la estafa electoral.

En medio de las escenas de patetismo que sucedieron después de la derrota electoral, con funcionarios que además de no funcionar no renunciaron, con otros convocando a una absurda e inverosímil marcha en contra del voto popular y a favor de la conservación de sus sillones en el gobierno, con el presidente ensayando alquimias inviables para sostenerse sin su principal apoyo (y sin llamarla ni atenderle el teléfono) el documento de Cristina, con toda su dureza y el peso político de quien lo firma, fue la principal muestra de cordura y sensatez que se vio por parte del sistema político, gobierno y oposición incluidos.

Está en el gobierno y en el presidente recoger el salvavidas que se le lanza, o hundirse en la obcecación de seguir la agenda de los otros, de los que nunca van a elecciones, y que pretenden -gobierne quien gobierne- que siempre se atiendan sus intereses, antes que todo. Quien sabe si tomándolo alcanzará para revertir la derrota en noviembre, lo que es seguro es que dejándolo pasar -parafraseando a Einstein y aquello de la locura- ésta está garantizada.

5 comentarios:

Claudia dijo...

Hablando de patetismos durante la crisis, nuestro clon fabiozerpiano, Guillote Moreno (el que acierta algunas caracterizaciones, pero la chinga en el bosquejo general de la política, sin remedio) viene de proponer ante la audiencia de Vilouta, nada menos que la necesidad de llamar a Asamblea Legislativa para deponer a Aleerlo y Cristina (exiliándolos de toda solución política futura, vaya a saberse cómo y con qué recursos). Tal fantasiosa Asamblea Legislativa votaría el advenimiento de un gobierno de transición netamente Peronista de Perón,claro, que estaría encargado de realizar una transición pacífica y ordenada hacia el inevitable futuro gobierno cambiemita.
Uno puede decir, livianamente, "otro delirio de Moreno y van...". Pero ante audiencias ideológicamente contrarias al actual gobierno,y cuando cunden falsos libertarismos que seducen a los impacientes de siempre que teorizan que los problemas complejos, y las soluciones simplistas para ellos, funcionan, esa clase de dislates son jodidos.
Porque, encima de proponer cagarse en la voluntad que eligió una determinada Administración, tira falacias de una grosería incalificable, las que, por desgracia, pueden calar en mentes vulnerables.
Moreno no desconoce la composición actual de la Cámaras ni la previsiblemente futura (de color amarillo rabioso). De donde un gobierno de transición de corte Peronista "tradicional" (¡para una crisis terminal institucional ni arribada siquiera!) es una fantasía etílica: una Asamblea Legislativa amarilla ni en pedo votaría continuidad Peronista alguna, empecemos por derribar el nuevo sueño húmedo de Guillermito.
Haciendo desmedida ponderación de la vieja gestión de crisis de Duhalde en 2001, hace un retorcimiento de la Historia memorable por lo creativo y va por los medios que lo llaman para ser funcional a sus intereses, tirando barbaridades peligrosas.
Ya sé que debemos ocuparnos de la política en serio. Pero venimos de ver una invención como Milei que la fue de payaso en los medios y veamos cómo terminó la chanza. Moreno ya no levanta ni una mina en una plaza, OK. Pero su prédica en programas masivos ya se esta pasando de lesiva. En serio

Prol dijo...

(Con todas las salvedades que derivan de opinar desde una posición que no implica responsabilidad alguna más allá que la de abrir la boca)
Como en 2015, Cristina se vuelve a ver atrapada en la imposible disyuntiva de radicalizarse y quedar aislada en una lógica de vencer o morir (con un ejército desarmado, sin preparación para la batalla frontal contra un enemigo descomunal y sin alianzas internacionales ciertas) o poner todo su capital político al servicio de una construcción cuya amplitud la obliga a ceder el centro de las decisiones, con las consecuencias a la vista y con la obligación de pagar los platos rotos.
Todo esto parece evidente. Lo que no lo parece tanto es que los que la ponemos a Cris en esa posición somos los que estamos de su lado. La invocación al liderazgo de Cristina tiene más de una arista: Una de reconocimiento, otra de comodidad y otras cuya enumeración prefiero omitir.

Anónimo dijo...

Sabe Dios que le pasó a Moreno este último tiempo, derrapó y perdió en las paso.
El análisis económico es correcto. El acuerdo con el FMI supondrá un ajuste mínimo de 6/7 puntos del PBI. Un auste sobre la situación actual. No hay ninguna opción más que ajustar (ah, no, está la plata de la oligarquía, pero por ahí no vamos a ir).


profemarcos dijo...

La pregunta es ¿Quién se va a tragar los sapos de "una construcción cuya amplitud"...
En estos dos años hubo varios y ya millones de votantes dejaron ese paladar...

Y sera Justicia dijo...

El 90% de las "altas" de mensajes y noticias que me llegan "espontáneamente" a mi Google son de Clarín, La Nazion, Mendoza on line, y La Política on line.
Si no volvemos con la Ley de Medios, el derrumbe de la fusión Clarin-Telecom, y la creación de un Internet estatal y cuasi gratuito (usando las bondades de Arsat e Invap) y, por ende, de los servicios de cable, no hay Cristina que aguante. La comunicación (la de los otros) se lo traga todo, con su bombardeo total y permanente.
Hoy sin "comunicación "(entendida como quieran, hasta como "propaganda", mal que le pese a más de uno), estás al horno con fritas, es una lucha absolutamente desigual. Hasta el nazipayaso de Milei con el infradotado de Boggiano hicieron un panfleto comunicacional vomitivo, pero de enorme llegada, replicado miles de veces en poco tiempo. Peronismo en el siglo 21, pero con tecnología del siglo 21, urgente, por favor...propaganda política, que es lo que hace la derecha TODO el tiempo...y muy bien...