LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 24 de noviembre de 2021

¿QUI BONO?

 


Aun en un clima de crispación política, el atentado con bombas Molotov contra la sede de Clarín es un episodio fuera de todo contexto, y como tal sospechoso. Máxime cuando no ocurrió durante la recién finalizada campaña electoral que concluyó con las elecciones del pasado domingo 14, sino después.

Hasta tanto la investigación avance y se determinen sus autores y sus móviles, se tejen y tejerán especulaciones de todo tipo, pero como siempre en éstos casos lo que hay que preguntarse es quien se beneficia y quien se perjudica con un hecho de esa naturaleza; y por ese lado será más sencillo dar con los autores y sus eventuales instigadores.

Ciertamente no se beneficia el gobierno, al cual desde el propio dispositivo mediático opositor (y la oposición institucional que se mueve a su compás) se lo vinculó de inmediato con el hecho. Un gobierno que -al menos en el núcleo duro cercano al presidente que participa de las decisiones- ha hecho grandes esfuerzos por sostener una relación "amigable" con el multimedios, sin contrapartida: lo sigue beneficiando con abundante pauta oficial (esta misma semana se conocieron las cifras del reparto), no objeta la fusión Cablevisión-Telecom (y como veíamos acá, no parece que tenga la intención de hacerlo en un futuro), y el propio presidente ha dicho reiteradas veces que para él no es prioritario reponer los artículos de la ley de medios que Macri mutiló por DNU, y afectaban los intereses del hólding de Magnetto.

Tampoco al kirchnerismo, que soportó por años los ataques del Grupo Clarín contra Cristina y sus gobiernos, y jamás ensayó una respuesta de tal calibre, ni siquiera después del 54 % del 2011 y cuando, ya estando aprobada la ley de medios, esperaba que los tribunales y la Corte Suprema de Justicia la liberaran de la maraña de cautelares para poder aplicarla y desguazar al monstruo.

Beneficiarios son, claramente, la oposición política -que rápidamente salió a capitalizar el hecho- y antes que nadie, el propio Grupo Clarín, que puede victimizarse presentando el hecho como un ataque a la libertad de expresión.

Hay quienes entienden que no sería ajeno al hecho que, apenas el día antes de los bombazos, Clarín publicara una extensa y documentada nota sobre los "grupos de tareas" de la Metropolitana, y sus redes de corrupción. Por lo pronto, apenas se conoció el atentado, se dejó de hablar de la muerte de Lucas González, precisamente a manos de un escuadrón de gatillo fácil de la policía de Larreta: quizás haya que buscar por ahí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una miniserie para sus votantes. Y ellos la van a mirar toda.
Buscan generar tensión en sus partidarios. Están generando el estado de ánimo necesario para que esa parte de la sociedad acepte y convalide lo que pretenden hacer más adelante.

Tal vez esto se más grande que argentina.