Por A.C.
Los economistas neoliberales ortodoxos, siguen sin comprender que un problema central de la Economía, es implementar políticas activas para reducir el desempleo.
Aunque hoy, hasta un premio Nobel de Economía norteamericano -Paul Krugman-, esté planteando en congresos y publicaciones, que las reiteradas políticas de ajuste solo pueden conducir a nuevos fracasos y elevar los ya altísimos costos sociales que produjeron, los fundamentalistas del mercado y representantes de los intereses de las grandes corporaciones económicas, se aferran a su mirada economicista y a sus políticas de museo.
Aunque hoy, hasta un premio Nobel de Economía norteamericano -Paul Krugman-, esté planteando en congresos y publicaciones, que las reiteradas políticas de ajuste solo pueden conducir a nuevos fracasos y elevar los ya altísimos costos sociales que produjeron, los fundamentalistas del mercado y representantes de los intereses de las grandes corporaciones económicas, se aferran a su mirada economicista y a sus políticas de museo.
Frente a la crisis financiera mundial desatada en el año 2008, consecuencia exclusiva de políticas económicas de libre mercado que priorizan la inversión especulativa por sobre la productiva, los países europeos responden con la vieja receta de políticas austeras, y con su costo, que se traduce en tasas de crecimiento inexistentes, con caída del consumo y de la producción, y por lo tanto con más desempleo.
Por su parte, en Estados Unidos, en estos días la Oficina del Censo informó que el índice de la pobreza creció hasta el 15,1% en 2010, es decir que más de 46 millones de personas se hallan en esa condición, uno de cada seis habitantes. En el país del Norte, además, hoy el número de personas sin seguro médico también alcanzó el récord de 49,9 millones, sobre una población de 310 millones de habitantes.
El Citigroup, el segundo mayor banco de Estados Unidos, anunció recientemente sus planes para despedir a 50 mil empleados, con el fin de reducir sus costos y recomponer su posición mientras continúa siendo afectado por la crisis financiera. Los despidos en Bank of America y UBS se unen a los recientemente anunciados por grandes bancos como HSBC (30 mil despidos), Barclays (3 mil) y Bank of New York Mellon (1.500). El cuadro estadounidense se podría continuar detallando con los despidos en una industria base como la construcción, y con los recortes implementados en educación y sus consecuencia en el empleo escolar, al igual que en las universidades, con despidos y aumentos de matrículas.
Estas son las consecuencias sociales de las políticas neoliberales. Los diarios suelen publicar la foto de algún operador de bolsa agarrándose la cabeza ante el derrumbre del precio de las acciones. Pero el drama real no está ahí, en el recinto de una bolsa de valores, sino en la calle, donde miles y miles de personas pagan las consecuencias de las economías de mercado y sus derrumbes. El drama está en los que se quedan sin trabajo, sin recursos para pagar su hipoteca, sus deudas, la educación de sus hijos.
Por eso, quienes pensamos que el capital debe estar al servicio de la economía, y que la economía debe orientarse al bienestar social, entendemos que el proceso económico no puede observarse desde la limitada óptica economicista del neoliberalismo, al que solo le preocupan variables como el déficit fiscal, y que desde la vetusta Teoría General del Equilibrio, aplica sistemáticamente políticas de ajuste sin reparar en la caída de la actividad económica y sus consecuencias sociales.
Esas mismas teorías neoliberales, y su aplicación en el mercado europeo y norteamericano, provocaron el derrumbre de la economía mundial en el año 2008. Los economistas neoliberales que generaron el derrumbe, tampoco tuvieron la capacidad de anticipar la crisis y de tomar a tiempo medidas para evitarla, y cuando finalmente estalló, declaraban que la crisis estaba controlada. Esta afirmación, dificilmente la compartan hoy los griegos, los irlandeses o los desocupados norteamericanos.
Tampoco hubo respuesta a tiempo, ni la hay ahora, por parte de organismos financieros internacionales. Los brillantes técnicos del FMI, acostumbrados a deambular por el mundo pontificando sobre la aplicación de soluciones infalibles para corregir cualquier desequilibrio, deben estar de vacaciones.
Mientras tanto en Argentina, la realidad es otra. Muy diferente. Por más que los neoliberales autóctonos y residuales, sigan profetizando la inminente caída del modelo. Dada la profundidad de la crisis mundial, y como ya dije una vez, sería bueno que nuestros fundamentalistas del mercado viajen y lleven sus recetas a Europa y a Estados Unidos. Por nosotros no se preocupen. Vamos a estar bien.
1 comentario:
Buen comentario AC. En esa línea está bueno el chiste de Paz y Rudy en Página de hoy lunes (Elabas)
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