LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 23 de agosto de 2012

¿CHARLAS DE (O CON) QUINCHO O SE LES QUEMA EL RANCHO?


El intento de mostrar a un Macri hiperactivo en su armado político de cara al 2015, como una especie de eje vertebrador de la oposición (aunque La Nación diga que el arquitecto es Moyano) no logra disimular el hecho incontrastable de que el Jefe de Gobierno porteño sigue encerrado en los estrechos límites que le imponen su pereza orgánica, su capacidad de armado político, las posibilidades concretas de despliegue del PRO como estructura política y territorial, y los caminos de posibles alianzas que la derecha puede explorar.  

Cuestiones todas que quedan expuestas en las noticias que presenta hoy Infobae (convertido en los últimos tiempos en una especie de medio adscritpo a Clarín y su agenda) con singular crudeza: después de casi una década de lanzarse, la fuerza política conducida por Macri sigue contando con el Jefe de Gobierno como el casi único candidato taquillero y competitivo; reducido Del Sel a Santa Fe y apagada la estrella fugaz de Gabriela Michetti, como ya lo mostró la mala perfomance en la propia CABA en el 2009.

Por más que traten de ocultarlo bajo la idea de fortalecer las chances electorales opositoras en el 2013 para cerrarle el paso a la tentativa reeleccionista del kirchnerismo, el sólo hecho de que haya dirigentes del PRO que admitan que el propio Macri podría ser candidato el año que viene (porque se viene "un escenario muy grave para todos nosotros", dice expresamente Jorge Triaca (h) en Clarín) implica una clara señal de debilidad del experimento amarillo.

Como lo son de hecho (medidos en términos de construcción de una alternativa presidencial) los supuestos contactos para la foto con De La Sota, o la reunión con los radicales para "defender la autonomía porteña"; de la que también da cuenta Infobae como diario asociado a Clarín.

En el caso de De La Sota, hay un mutuo interés en mostrarse juntos para mandar una señal a Cristina, pero no se sabe bien de que: las posibilidades del gobernador de Córdoba de crecer como candidato expectable hacia el 2015 están en juntar voluntades de la derecha, pero con soporte en el peronismo; ante la imposibilidad de la presidenta de competir por un nuevo mandato, y de hecho, en medio de la polémica del subte, cruzó fuertemente a Macri por pretender que el servicio siga siendo subsidiado por el conjunto de las provincias.

Con los radicales la cosa es aun peor, porque el supuesto punto de convergencia (la defensa de la autonomía porteña, uno de los inventos aportados por Alfonsín al Pacto de Olivos) lo es en realidad de fricción: pensado para favorecer políticamente a la UCR (generando una ínsula democrática y civilizada en el borde mismo de la barbarie peronista ad portas allí nomás, en el conurbano bonaerense), terminó siendo usufructuado por el macrismo como nueva experiencia política y organizativa de la derecha argentina; que armó allí su principal bastión electoral, al que por ahora sigue recluída.

A menos que el encuentro sea la señal de que los radicales (rindiéndose a la evidencia de que Macri es más competitivo que cualquier candidato propio hacia el 2015) estén empezando a resignarse a la balbinización de su electorado (su dirigencia hace rato que lo está), y busquen una alianza en condiciones honrosas aportándole a Macri su despliegue territorial: hoy no parece probable sobre todo mediando a la vista elecciones legislativas (donde la UCR intentará ampliar sus bancadas en ambas Cámaras), pero en política todo es posible, aunque no los "todos" juntos: si el PRO suma por el lado de los radicales (los dirigentes, los votos son otra cosa) perderá por el lado de los peronistas anti K, donde además tiene competencia, como vemos acá:     


No es un dato menor que el rol de arquitecto del gran frente opositor que Clarín le asigna a Macri (un poco para pintarlo dotarlo de condiciones políticas que su real estatura no le da), La Nación se lo asigne a Moyano: es un síntoma claro de la desorientación política que cunde en la oposición al gobierno nacional, y en los medios que la editorializan y le bajan línea.

Desorientación que cunde conforme pasan los meses (y el tantas veces anunciado estallido del kirchnerismo se demora), porque esa hiperactividad "reunionista" (de Macri, de Moyano, del resto) donde todos hablan con todos o casi todos, donde todos los días resucita un muerto (ayer Carrió, hoy Duhalde) termina dando la imagen de un mazacote indigerible, que trae reminiscencias de lo que fue el plano inclinado por el que se deslizó la oposición desde las legislativas del 2009, hasta las presidenciales del año pasado.

Una confusa argamasa en la que caben desde Binner y Cobos a Castells, pasando por Michelli, Pino Solanas y el "Momo" Venegas (en el caso de Moyano, cuyo proyecto político final sigue siendo un brumoso misterio); o De La Sota junto a los radicales y los "arrepentidos" del kirchnerismo, como Scioli; en el caso de Macri; y que se termina reflejando en las votaciones en el Congreso, como pasó con el caso de Ciccone ayer.  

Esos intentos (reuniones de personajes individuales, con respaldo flaco o nulo de construcciones políticas concretas, desplegadas en el territorio, planteadas para el rebote mediático) terminará invariablemente chocando contra las apetencias que despiertan las candidaturas, que confieren visibilidad (máxime tratándose de elecciones legislativas) lo que -todo indica- terminará en una mayor fragmentación; porque la "unidad de la oposición", además de inviable políticamente, no reditua en términos electorales.

Con lo que allí está planteado el verdadero dilema de "las oposiciones", porque todos estos movimientos (con, reiteramos, el fuerte impacto visual negativo de ver junta a cierta gente con otra) aporta más a la consolidación de la idea de la re-reelección de Cristina como salvaguarda institucional que el propio despliegue del oficialismo.

Incluso la posibilidad que tiene el kirchnerismo de alcanzar los dos tercios de cada Cámara que exige la Constitución para su reforma está más lejana (por la aritmética de la distribución de las bancas, y por la renovación del Senado) que la percepción que de la posibilidad tiene el propio conglomerado opositor, lo que es todo un dato.

Porque hasta ahora los fuerza a intentar este tipo de estrategias que los pueden llevar, en las elecciones del año que viene, a otra derrota estrepitosa que los ponga en el difícil trance de oponerse a prestar su consenso para una reforma constitucional que garantice (en la persona de Cristina) la continuidad de un proyecto político que estaría revalidado (para entonces) en no menos de cuatro oportunidades por los argentinos en las urnas, por cifras contundentes.

Sumado a que su propia incapacidad para generar una propuesta alternativa (todos juntos o cada uno por su lado) pone a la re-reelección de Cristina no ya en términos de una necesidad política del oficialismo (llegado el caso el kirchnerismo deberá resolver su propio problema ante la imposibilidad constitucional de Cristina de ir por un nuevo período), sino de una garantía de estabilidad del conjunto del sistema; no tanto en términos estrictamente institucionales; sino de perduración de un conjunto de políticas macro (unidas a la reconstrucción de la capacidad de gestión estatal) que le dan sustento al andamiaje institucional; como que fueron el modo en el que el sistema político (en clave de gobernabilidad kirchnerista) saldó la mega crisis del 2001.  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

las vueltas qeu da la vida, je, ahora son conducidos por Moyano y ya piensan en testimoniales, todos productos de la barbarie K. Tiene razón, se los nota desorientados, antes tenían los golpes de estado para resolver estos intringulis, ahora a que pueden recurrir...?
Una duda existencial, si o si debe ser Cristina nuestra carta ganadora en el 2015? no hay tiempo para instalar a alguien? ya se que es una prueba de fuego.
pOr último, la yegua es tan yegua que ni siquiera puede hacer explotar el país como corresponde, jaja
abrazos fernandobbca

Anónimo dijo...

Moyano se "afana" por el bienestar de todos, de todos los impresentables que lo adulan porque lo creen un "capo", y sí, mirando las fotos últimas y los personajes que lo rodean es un capo de la "cosa nostra". El diablo los cría y los amontona en el horno.

tio pepe dijo...

El candidato del partido opositor que lidera Magnetto, es Scioli.
El goberna traidor es el verdadero as con que cuenta Tacuari power; Mientras el general ideologo no decida que el ex nauta declare la guerra, nos seguirán queriendo engrupir con el tilingo/procesado.