LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

sábado, 29 de septiembre de 2012

SE LARGÓ LA INTERNA DEL FRENTE PROGRESISTA PARA 2015, CON ESCALA EL AÑO QUE VIENE


Hace más de dos años que se venía discutiendo en la Legislatura provincial la redistribución de los recursos del Fondo Federal Solidario (fondo soja) que envía la nación entre la provincia (que se queda con el 70 %) y el conjunto de las municipalidades y comunas, que reciben el 30 % restante.

Se trata de recursos ciertos, líquidos y disponibles, afectados con exclusividad a la obra pública (aunque el gobierno provincial también los haya usado para adquirir ambulancias o equipamiento hospitalario); que se ha constituído desde su creación en el 2009, en el principal soporte financiero de la escasa obra ejecutada por el gobierno de Binner antes, y por el de Bonfatti ahora: ver datos oficiales acá.

Por esa razón los proyectos de reforma para incrementar la participación de municipios y comunas en el FFS no prosperaban: la administración provincial defendía la distrinución dispuesta por Binner por decreto, porque le daba una herramienta para mostrar algo de gestión en uno de los flancos más vulnerables de los gobiernos del Frente Progresista: la obra pública.

Pero ahora las cosas cambiaron, y la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el fifty fifty: 50 % de lo que llegue del fondo soja irá a la provincia, y el otro 50 % al conjunto de los municipios y comunas; y si hay excedentes sobre lo previsto en el Presupuesto (unos 868 millones se proyectan para el 2013), el 60 % de esos excedentes irían al conjunto de municipios y comunas, y el resto a la provincia.

En la votación en general (parta llevar la cuota parte de municipios y comunas al 50 %) todos los diputados del FPCyS  votaron a favor, pero cuando se discutió el destino del excedente los socios menores (los demás partidos, excepción del radicalismo y el socialismo) votaron en contra, y ambas posturas tienen su explicación.

El año que viene no sólo se eligen en Santa Fe diputados nacionales, sino que se renuevan la totalidad de los gobiernos comunales (que tienen dos años de mandato), de modo que si los presidentes comunales del interior de la provincia no se garantizan fondos disponibles para ejecutar obras en plena campaña electoral, se juegan su suerte en condiciones desfavorables.

Y los radicales (a diferencia de lo socialistas, que sólo gobiernan en Rosario) tienen muchas comunas bajo su control, desde las que despliegan su poder territorial para llegar a las elecciones provinciales del 2015 en condiciones de poder imponer a un hombre de la UCR como candidato a gobernador del FPCyS, por encima de los aspirantes que ya han empezado a surgir desde el socialismo, empezando por el senador rosarino (y ex intendente) Miguel Lifschiz.

Esas razones son además convergentes con las de los presidentes comunales del PJ (de hecho, son las mismas), y de los intendentes de todos los partidos, cargos ejecutivos que se jugarán también en el 2015, y localidades donde se renovará la mitad de los concejos municipales el año que viene.

Los partidos menores del FPCyS en cambio (ARI-Coalición Cívica, Pares) no tienen responsabilidades concretas de gestión ejecutiva en municipios y comunas, y participan como socios (muy) minoritarios en la gestiones municipales de Santa Fe y Rosario, conducidas por la UCR y el socialismo, respectivamente; de allí que su suerte está más ligada a la perfomance del gobierno provincial que a la de las gestiones locales. 

La votación de Diputados hace presumir que el proyecto será aprobado sin problemas también en el Senado (donde los representantes territoriales son aún más afectos a oír los reclamos de intendentes y presidentes comunales); y de ese modo el gobierno provincial se verá privado de unos 174 millones de pesos destinados a la obra pública, en beneficio del conjunto de municipios y comunas de todos los signos políticos.

Otro ejemplo de la debilidad política del gobierno de Bonfatti en la Legislatura (donde el socialismo sólo cuenta con un senador y cinco diputados propios), y la contracara de la reciente aprobación de la reforma tributaria; o si se prefiere, un trago amargo que la Casa Gris deberá apurar, si pretende que le den luz verde al pedido de endeudamiento de la provincia en 500 millones de dólares, justamente para concretar obras públicas.

Pero la cosa no se detendría en la redistribución del llamado Fondo Soja. hay proyectos legislativos para modificar el llamado Fondo de Obras Menores, de modo tal que los recursos que asigna sean distribuidos entre los municipios y comunas (todos, excepto Santa Fe y Rosario) en forma diaria y automática como la coparticipación; y no mediante el engorroso y burocrático sistema diseñado por Binner en el 2008; del cual se daba cuenta acá.     

Y allí habrá que ver como juega la interna del Frente Progresista de cara al 2015, porque se descuenta que los distintos sectores del peronismo (que expusieron sus fracturas en el tratamiento de la reforma tributaria) cerrarán filas para que el proyecto avance, porque sus intendentes y presidentes comunales verán de ese modo superada la discriminación que sufren por parte del gobierno provincial en la asignación de esos recursos; y que llegara a los oídos de la propia Cristina, que se lo enrostró días pasados a Bonfatti en teleconferencia.  

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