Este suele aparecer con más frecuencia en esta época del año, cuando se aproximan las paritarias.
Porque su principal poder es tratar de contener los "desbordes salariales", para que "no afecten la competitividad".
Y si no lo logra, apela a la remarcadora para recuperar lo cedido en la mesa de negociaciones.
En su caso, con efectos devastadores, porque su superpoder lo ejerce sobre los alimentos básicos de la canasta familiar.
No se opone a la participación en las ganancias, siempre que se las participen sólo a él.
Desde Cáritas lo están mirando como ejemplo.
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