* Las obras en la Ruta 1 tienen un costo total de $
445.734.364,80, de los que hasta diciembre pasado se habían ejecutado
175.734.364,80, y éste año se ejecutarían otros 120 millones; lo que supone que
se deberían ejecutar 150 millones durante el 2017 para poder terminarlas:
bastante lejos de las “precisiones” que dieron los funcionarios provinciales
(post anterior), que hablan de inaugurarla dentro de 60 o 90 días.
* Para la autopista Santa
Fe-Rosario hay previstos unos $ 661.114.000 a ejecutar con el fondo de obra que
se conforma con una parte del peaje; de los que hasta el año pasado se habrían
ejecutado $ 104.364.000. De acuerdo al presupuesto, éste año se ejecutarían $
100.000.750.000, lo que deja unos 446 millones de pesos a ejecutar en los años
venideros.
O lo que es lo mismo,
transcurridos cinco de los diez años que dura la concesión otorgada en su
momento por Binner (la mitad del plazo de vigencia del contrato), apenas se
ejecutó el 15,78 % de las obras previstas; y en sólo cinco años se ejecutaría
el 84,22 % restante. Para cumplir las pautas del presupuesto, debería más que
quintuplicarse el ritmo actual de obras, y ejecutarse en 2016 el mismo monto
que en los cinco años anteriores.
* Otro caso emblemático es el
Cemafe: sin dar datos actualizados de lo invertido hasta fines del año pasado
en el “Yaciretá socialista”, el presupuesto valoriza los trabajos de las
siguientes etapas en $ 150.057.238,98, de los que se habrían ejecutado $
20.057.239,98, y se ejecutarían otros 90 millones éste año.
Es decir entonces que en el mejor
de los casos la obra (iniciada a fines del 2010) finalizaría en el 2017, si se
ejecutasen los 40 millones de pesos restantes.
* Los trabajos en el conducto
Larrea tienen asignado un costo total de $ 317.357.950, de los que se ejecutaron
$ 33.357.950 hasta fin del año pasado, y se harían -según el presupuesto- 99
millones de pesos éste año (casi el triple de lo ejecutado).
Aun así, quedarían por ejecutar
185 millones de pesos (es decir el 58,29 % del valor de la obra, casi el doble
de lo previsto ejecutar éste año) a los que el presupuesto ni siquiera les
asigna fecha concreta de terminación.
* El presupuesto contempla gastar
éste año 7,2 millones de pesos en obras de mantenimiento y reparación de las
defensas contra inundaciones de Santa Fe, Rincón, Santo Tomé y Recreo, contra
14 millones de pesos (el doble) que se gastarán en el “Parque Biblioteca de la
Constitución”, construida en zona inundable.
Otra comparación válida es
contraponer esos 7,2 millones que se gastarán en mantener y reparar las defensa
contra inundaciones de la zona, con los $ 30.500.000 (más de cuatro veces más)
que se gastarán éste año en el acuario municipal de Rosario, o los $ 15.020.000
(más del doble) que se llevará el “Museo del Deporte” de la misma ciudad.
* Otro de los famosos “8
hospitales” de la propaganda oficial (que incluyen al Cemafe), el nuevo
Iturraspe, tiene calculados en $ 145.579.640,99 como costo total de las
sucesivas etapas de la obra, hasta su finalización.
De ese monto, se ejecutarían éste
año 75 millones, que se sumarían a los $ 20.808.708,51 ya ejecutados (es decir
que el gobierno promete cuadriplicar el ritmo de una obra parada hace meses),
para quedar pendientes de ejecución unos $ 49.770.932,48 para el 2017 donde la
obra (iniciada en el 2009) se terminaría, según los cálculos oficiales.
* Si el presupuesto no miente, a
fines de éste año el Instituto Superior Nº 12 debería contar con su edificio
propio terminado e inaugurado: está previsto que los 10 millones de pesos que
cuesta la obra se ejecuten todos en el 2016.
* El sistema provincial de
acueductos tiene un costo estimado de $ 2.563.913.190, de los que hasta
diciembre pasado se habrían invertido $ 879.313.190 (el 34, 29 % del total, en
8 años de gobiernos socialistas), y se gastarían otros $ 316.600.000 éste año.
A este ritmo las obras no
estarían finalizadas para antes del 2021, siempre y cuando no medien
circunstancias económicas o de otra índole que las “ralenticen” más todavía; salvedad que cabe para todos los
casos mencionados, en los que además las cifras expuestas no consideran los
“añadidos” habituales en la obra pública, más cuando se demora:
redeterminaciones de precios, adicionales de obra, trabajos extracontractuales,
y otras yerbas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario