Leemosal ministro de Asuntos de Clarín del gobierno de Macri, Oscar Aguad: “Los
monopolios son los que impiden que haya inversiones y que haya competencia en
el mercado. Estamos frente a un mercado irregular,
hay quien vende y quien compra, pero los que venden se han puesto de acuerdo.
Además buscamos que el mercado se amplíe porque en las zonas periféricas el
mercado no ha llegado”, afirmó el ministro radical.
Consultado sobre la compra
de Nextel por parte del Grupo Clarín, el funcionario nacional sostuvo que
“Nextel al lado de las otras (empresas de telecomunicaciones) es una mosca,
representa un 3% del mercado”.“El mercado de comunicaciones es un mercado
millonario, ojalá a Clarín le vaya bien porque es una empresa argentina, las
otras son todas extranjeras. En este mercado los jugadores son
multimillonarios en dólares”, aseveró Aguad.”. (las negritas son
nuestras)
Albricias: el “Milico”
Aguad (que hasta ayer los negaba) ha descubierto la existencia de los
monopolios, en éste caso en el mercado de las telecomunicaciones. Y descubrió
también la necesidad (que hasta ayer rechazaba) de que el Estado intervenga,
para remediar esa situación. Lo raro es que la intervención para terminar con
los monopolios, consistiría en “desregular”.
Tras años de combatir las
regulaciones antimonopólicas de la ley de medios (hasta que finalmente logró
tumbarlas con un DNU “desregulador”) ahora Clarín reclama del Estado que le
arme una cancha a medida, para meterse de lleno en el negocio de las
telecomunicaciones, algo que viene buscando desde el 2007 por lo menos. Eso sí:
para que las telefónicas (sus principales competidoras) puedan meterse (por
contrario imperio) en el mercado del cable (donde Clarín es -si no el
monopolio- el claro detentador de la posición dominante) deberán esperar por lo
menos dos años, de acuerdo al DNU “desregulador” que sepultó las cláusulas de
la ley de medios que le molestaban al Grupo.
Vamos, venimos, regulamos,
desregulamos, el Estado interviene o deja librado todo a las fuerzas del
mercado, siempre con un único norte: proteger los negocios del Grupo Clarín.
Tanto que Aguad (que como
ministro debe controlarlos en sus negocios) les desea suerte porque “son una
empresa argentina”; cuando el Grupo Clarín tiene al menos un 9 % de accionistas
extranjeros, según surge de su propia página oficial. Eso siempre y
cuando uno crea que el resto de las acciones son de quiénes verdaderamente
dicen que son.
Gente con tanta coherencia
ideológica como los agrogarcas de la Sociedad Rural y CRA, que dejan de ser
creyentes devotos de las leyes del mercado y la necesidad de “liberar a las
fuerzas productivas”, para pedirle al Estado que intervenga contra Monsanto por“abuso de posición dominante” en la comercialización de las semillas
transgénicas; así como en su momento le pidieron a ese mismo Estado que los
defienda en los tribunales de la Unión Europea ante las demandas de la
multinacional.
Seguramente si el que
tomaba la iniciativa de regular a las telefónicas o a Monsanto era el Estado,
iban a poner el grito en el cielo por “el avance del estatismo dirigista y
agobiante”. De hecho, hace poco Etchevehere de opuso a que el Estado intervenga para resolver el alza de los precios de la carne, proponiendo como solución que la gente consuma menos.
En la misma línea de
análisis, vemos a la ex CEO de General Motors y actual presidenta de Aerolíneas
Argentinas Isela Costantini, cuestionar el “manejo político” de la empresa de
bandera:
Un calificativo que en boca
de una conspicua representante del gobierno de los CEOS pretende ser toda una
descalificación: la política es para esa gente el lugar de lo feo, malo, sucio
e incompetente.
¿Le habrá parecido lo mismo
a Costantini cuando en el 2009 el Estado argentino (es decir, la política)
acudió en auxilio de General Motors (la multinacional de la cual ella proviene)
otorgándole un préstamo del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la
ANSES para el desarrollo del modelo Agile?
Una decisión con la que el
gobierno de Cristina (o sea, la denostada política) salvó 2200 puestos de
trabajo que los CEOS de GM se aprestaban a dar de baja, porque la crisis
internacional los golpeaba fuerte, y no conocen otro modo mejor de enfrentar
los problemas que despedir gente. Costumbre que ahora -por cierto- se ha
trasladado al propio Estado.
Donde éste asunto del
“manejo político” como crítica parece convertirse en el discurso oficial, y el
preludio de ¿privatizaciones de empresas públicas?. Acá la propia Costantini
define a la situación de Aerolíneas como “insostenible”.
Vemos acá abajo por ejemplo
como el designado presidente de ARSAT S.A. utiliza exactamente los mismos
términos que su par de Aerolíneas:
¿Satélite, avión o empresa que “se
manejaron con criterio político”, satélite, avión o empresa que se venden?
2 comentarios:
pero mauri nos prometio...
cumplirá igual las promesas que les hace a los gobernas?
Desde lo político me parece que la ceo está queriendo privatizar AA.
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