LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 27 de enero de 2019

EL CUENTO DE LA BUENA PIPA EMERGENTE


Leíamos días pasados en Diario Bae que en mayo de éste año y de acuerdo con JP Morgan, Argentina superaría el período de prueba para poder pasar a ser -ahora sí- considerado "mercado emergente".

Y sin embargo, en el mismo informe los autores de la calificación (que se supone habilita a recibir mayores inversiones de fondos del exterior en los activos de un país) dicen que la Argentina de Macri recibirá a partir de entonces menos inversiones extranjeras que los demás países de la región, y en consecuencia el país perderá su peso específico en ese renglón en América Latina.

La razón que aducen es que la crisis desatada a partir de mayo del año pasado derrumbó estrepitosamente el valor de las acciones de las empresas argentina en las que los fondos podrían invertir, capitalizándolas o adquiriendo acciones.

Lo curioso es que el país se puso a tiro de ser considerado "mercado emergente" porque el gobierno de Macri, desde el inicio de su gestión, eliminó todas las restricciones al libre flujo de capitales: el famoso levantamiento del "cepo" para el giro de dividendos, el ingreso y la salida de capitales especulativos de corto plazo, la eliminación de los encajes bancarios de las inversiones, de todos los límites cualitativos y cuantitativos para acceder libremente al mercado de divisas, etc.

O sea, las mismas medidas que determinaron que ante un retiro masivo de capitales especulativos como se produjo a partir de abril o mayo de 2018, la economía argentina se hundiera estrepitosamente, y no se sepa cuando repuntará.

Es decir: vamos a ser emergentes porque adoptamos un modelo económico que (entre otros efectos perniciosos) viene destrozando el valor de las empresas argentinas, y por esa razón van a venir menos inversiones, aunque seamos formalmente emergentes; y si no queremos dejar de serlo, que ni se nos ocurra reimplantar las regulaciones que nos hubieran protegido de la crisis, que destruyó el valor de esas empresas.

Acá no entiende el que no quiere.

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