"En política hay que tragarse un sapo todos los días". La frase, se sabe (¿lo sabrán todos los que la repiten?) es de Perón, y su significado es preciso: es un llamado al pragmatismo, a ser capaz de dejar de lado las preferencias y gustos personales, las propias opiniones, en pos del conjunto, de un objetivo mayor y más importante que uno mismo. Traducida hoy, en tiempos de preocupación por la gestación de una opción opositora electoralmente competitiva frente al macrismo, llama a la amplitud, la reconciliación, el olvido de las diferencias o las querellas del paso, en pos del desafío presente y las posibles responsabilidades futuras.
Sin embargo la frase, acá y ahora, no tiene un sentido abstracto, o destinatarios imprecisos: es bien concreta, los que tenemos que "aprender" a tragar sapos o estar dispuestos a hacerlo somos nosotros, los kirchneristas; que cargamos con el sambenito de ser sectarios, excluyentes, "emocionales", excesivamente rígidos en determinadas cuestiones; que no comprendemos que los ranchos se levantan con barro y bosta, y ese tipo de cosas.
Lo cual es -como mínimo- una simplificación interesada de las cosas: ninguna fuerza política permanece siempre igual e incontaminada, inmutable a través de su decurso, y el kirchnerismo no fue la excepción. Por el contrario, resolvió algunos nudos gordianos de la gestión del Estado que le tocó protagonizar en más de 12 años desde el más puro pragmatismo, y sin apego alguno a esquemas preconcebidos; y no arrancó en el 2003 igual que como terminó en el 2015, ni en su ancho, ni en sus protagonistas, ni en sus apoyos sociales y políticos: algunos fueron quedando en el camino, otros se sumaron, cualquiera puede hacer su propio repaso mental al respecto; fue todo el tiempo prueba y error.
Pero siempre con un norte, una idea o un conjunto de ideas, por supuesto, como el propio Perón; al que injustamente presentan (aun sin quererlo) del mismo modo que los gorilas: como un pragmático completamente vacío de identidad, contenido y principios, dispuesto a cualquier maniobra o contorsión política con tal de sostenerse en el poder. Si así fuese, no hubiera debido marchar al exilio por 18 años.
En política todos somos -en un punto- el sapo de alguien: lo intragable, un límite difícil de cruzar, o aquello a lo que sólo se llega por necesidad; la cuestión es que significa hoy, en concreto y sin apelaciones abstractas a la "realpolitik", "tragarse un sapo". Está el "progre" para el cual tragarse el sapo es aceptar convivir con el peronismo y al revés (aunque se hable menos de ellos, pese a que se supone que son los expertos en la materia): el peronista que debe "tragarse el sapo" de aceptar a los "progres". Pero el mismo Perón decía que en política había que estar dispuestos a negociar concediendo el 50 % de lo que el otro reclamaba, para obtener el 50 % de lo que uno pretendía, pero teniendo la habilidad de conseguir el 50 % más importante: flexibles, pero no boludos.
Los teóricos de la sapofagia nos pintan (a nosotros, los kirchneristas, los que tenemos que aprender como son las cosas) como no dispuestos a transigir en nada, es decir "a no comernos ningún sapo", pero por mucho que le den vueltas al asunto, nunca nos terminan de explicar las dimensiones o el peso del batracio: ¿significa habilitar la competencia interna para resolver legitimidades hacia el interior del espacio opositor, algo perfectamente razonable, si al fin y al cabo las PASO las impulsamos nosotros? ¿O es acordar una propuesta electoral común en la que no estén presentes todos los puntos que consideramos relevantes, y tengamos que aceptar otros que nos parecen menos importantes, para sumar? ¿Acaso es "amnistiar" a algunos con los que estábamos peleados, disculparnos con ellos, no ha hecho ya bastante de eso Cristina estos últimos meses? Acá también cada uno puede hacer su propio repaso mental al respecto.
Reinterpretada la metáfora del batracio en el significado concreto que -al menos para nosotros- tiene en la coyuntura, "tragarse el sapo" parece ser exclusivamente aceptar que Cristina no sea candidata, que se corra de la disputa, y si es posible que señale un candidato "que no sea del palo", para que lo votemos los "kirchneristas paladar negro", que sería -dicen- el único modo de ganarle a Macri. De ese modo ella misma daría el ejemplo de que realmente quiere la unidad, tragándose su propio sapo. Así funciona, al parecer.
Porque -dicen- ella pierde, es funcional al gobierno, tiene el techo bajo o -más llana, sencilla y ocultamente- no les gusta a ellos, y no se la bancan, y algunos -para no ser injustos generalizando- no se la bancaron nunca, ni siquiera cuando estaba en el gobierno, y ganaba elecciones. Pero no les quedaba más remedio, porque como tenía poder "se tragaban el sapo". ¿O no usaban la metáfora entonces?
Como ven, estas cosas nadie (o casi nadie) las discute, pero a Cristina sí, aunque sea -por lejos- la que tiene más votos, y aunque los que la discutan son los que no tienen votos. Sobre todo ellos. ¿Quiénes son, entonces, los pragmáticos, y quiénes los emocionales? Eso sin entrar siquiera a discutir si "tragándose sapos" efectivamente se gana, sin margen alguno de duda, o si lo que se suma por un lado, se resta por el otro; porque la gente (mal que les pese a los Maquiavellos ensamblados en La Salada) vota como le parece y no como le dicen los dirigentes políticos, y está bien, para eso estamos en democracia.
En estos tres años hubo mil y una foto y "armado" del "peronismo alternativo no K", o como lo quieran llamar: Randazzo, Massa, Urtubey, Solá, Pichetto, Massa de nuevo y ahora Lavagna fueron desfilando por el escaparate de candidaturas, armando una madrioshka del ¿cuánto, 10 % de los votos, algo más? de suma cero: lo que puede crecer uno, se los resta a los otros. ¿O acaso fueron cayendo a su turno por el dedo flamígero de Cristina, porque les puso bolilla negra, o más bien por su propia levedad política? Hasta en algún momento soñaron con rodear a Tinelli.
Si la unidad, como dicen, se construye "aprendiendo a tragar sapos", ¿quiénes representan los mayores obstáculos a esa unidad, Cristina, o los que como Urtubey, Pichetto o Massa dicen que el límite es Cristina (y dice más: que a Nisman lo mataron, y que es un verso que hay presos políticos, como Milagro Sala: están en cana por afanar, y listo), o que con ella no pueden compartir un espacio (como dice Urtubey), porque no tienen nada que ver?
¿Y saben qué?: tiene razón, deberíamos imitarlo, no intentando compartir espacios con los que no tenemos nada que ver y -mucho más importante aun-, con los que dicen a quien los quiere oír que no quieren tener nada que ver con nosotros, porque "no están dispuestos a tragarse el sapo K", al parecer. ¿O al revés no funciona? Tuits relacionados:
¿Y saben qué?: tiene razón, deberíamos imitarlo, no intentando compartir espacios con los que no tenemos nada que ver y -mucho más importante aun-, con los que dicen a quien los quiere oír que no quieren tener nada que ver con nosotros, porque "no están dispuestos a tragarse el sapo K", al parecer. ¿O al revés no funciona? Tuits relacionados:
El obstáculo para la unidad no es Cristina, sino el peronismo misógino anti K, que todas las semanas inventa un nuevo candidato a presidente. Con Lavagna ya son como 10.— La Corriente K (@lacorrientek) 17 de enero de 2019
Es raro esto de que la sapofagia siempre consiste en que los kirchneristas deglutamos la presencia de algún impresentable como candidato, y nunca que los impresentables acepten votar a Cristina.— La Corriente K (@lacorrientek) 17 de enero de 2019
¿Saben qué pasa si se corre Cristina, así tan sencillo como se lo plantea? Una guerra peor entre el resto de los posibles sucesores porque ninguno está tan lejos del otro como para subordinarse. Y si ella designa, no tiene chiste. No cierra. Cristina existe. Qué se le va a hacer.— Ex-Silenciado (@Ex_Silenciado) 16 de enero de 2019
Dice que a Nisman lo mataron, y que lo de los presos políticos en un verso, que están en cana por afanar. ¿Igual siguen queriendo la unidad con este sorete?: https://t.co/Ypaw1nQFf9— La Corriente K (@lacorrientek) 21 de enero de 2019
4 comentarios:
""Reinterpretada la metáfora del batracio en el significado concreto que -al menos para nosotros- tiene en la coyuntura, "tragarse el sapo" parece ser exclusivamente aceptar que Cristina no sea candidata, que se corra de la disputa, y si es posible que señale un candidato "que no sea del palo", para que lo votemos los "kirchneristas paladar negro", que sería -dicen- el único modo de ganarle a Macri. De ese modo ella misma daría el ejemplo de que realmente quiere la unidad, tragándose su propio sapo. Así funciona, al parecer""
Eso pasó en 2015 y así estamos quedando 40 millones, viendo como 4 millones tiran manteca al techo!
adhiero al 50-50 pero recontrarecargado y en lo posible 70-40, por haber apoyado el pago a los fondos buitre, por haber cagado a los viejos y alos pibes con el cambio de fórmula, y or el blanqueo no cuestionado... xq con 2/3 el congreso puede rechazar los vetos...
http://tallerlaotra.blogspot.com/2017/03/el-evita-no-tiene-una-posicion-politica.html
A mí esto me deja en claro que en el altísimamente improbable caso de un ballotage Macri-Massa yo voto en blanco...
en 2014-2015 massa empezó a los grititos xq """no le gustaba""" la reforma concensuada entre pinedo. zafaonni y el otro jurista a lo largo de mas o menos un año de estudio...
¿se lo habrá dictado el ex embasy mamet, el que empezó eldesguace?
On December 1, 2014, the U.S. Senate voted 50–36 for cloture on Mamet's nomination, thereby ending a Republican-led filibuster of his nomination.[10][11] On December 2, 2014, the Senate confirmed Mamet in a 50–43 vote and he was sworn in on December 10, 2014.[12]
He arrived in Argentina on January 16, 2015, and presented his credentials that same day.[13]
" Pero el mismo Perón decía que en política había que estar dispuestos a negociar concediendo el 50 % de lo que el otro reclamaba, para obtener el 50 % de lo que uno pretendía, pero teniendo la habilidad de conseguir el 50 % más importante: flexibles, pero no boludos". Asi es, con los porotos en la mesa: la presi para Cristina, el resto se negocia. Cristina presi asegura q el gobierno sea peronista y eso es lo q nos debe interesar a nosotros y estar dispuestas a tragarnos una fila d batracios desesperados x mojar la galleta con una candidatura. obviamentee q esos sapos deben aportar porotitos propios al fideicomiso, nada d regalos a piantavotos.
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