“Para algunos
entender al peronismo es convertirse en peronista. A muchos les ha pasado esto
último. Pero el antiperonismo, como se ha dicho, no lo entiende. Y en su lógica
racional, no entender es una razón más para la negación y el desprecio.”
“El apellido es
importante y determinante a la hora de construir un líder. Es el caso de Perón.
Perón permite tocar el bombo. No así el apellido Masteodonato o Llambias. Perón
suena como un bombo. Es un bombo en sí mismo. Es el propio sonido del bombo.
Tal vez el hecho de que sea Perón el portador de semejante palabra sea solo
azar. Ese azar que a veces empuja a la historia. También quizás su nombre de
fácil retención y transmisión modeló en parte su personalidad y su destino. No
alcanzaría con llamarse Perón para ser líder. Pero sí colaboraría para que
creara al peronismo que para millones de personas es algo tan fácil de
entender, retener, transmitir y por supuesto, perdurar, como su nombre.”
“Siempre se acusa
al peronismo de sostener prácticas ligadas al clientelismo. De la misma manera,
muchos antiperonistas de clases medias y altas suponen que no son víctimas del
clientelismo. Pero lo son: los beneficios de la injusticia social, la
conservación de privilegios y de cómodos lugares en la estructura social, son el
choripán y la Coca por los cuales votan a quien se los asegure.”
“La propaganda
política suele tomarse como un concepto despectivo en sí mismo. Se supone una
práctica indeseable y maligna. Pero no comunicar a la población sobre los
logros de una gestión política es una omisión grave. Porque se puede confundir
lo que hace un gobierno con logros derivados del azar, del exclusivo mérito
personal, de la situación socioeconómica mundial o de la providencia. Parte
intrínseca de un buen gobierno es una buena propaganda política. El peronismo
siempre fue criticado por sus supuestos excesos propagandísticos. En todo caso,
se lo puede acusar de no ser discreto. Lo contrario del capitalismo, que hace
propaganda de sí todo el tiempo, pero siempre en forma enmascarada.”
“Perón era todos y
ninguno. Fenómeno que le otorga la cualidad de ser inclusivo al máximo:
incluimos a todos los que vean a la fuerza política que defenderá sus
intereses, o bien, los del pueblo. Perón es, entonces, el espejo en que cada
argentino puede ver reflejado lo que él quiere ver. Perón le devuelve a cada
uno el reflejo de lo que busca ser, enviándole el Perón adecuado para que, en
cada momento, uno se sienta peronista.”
“El peronismo
molesta, básicamente, porque no se ajusta a las normas. Y se siente
suficientemente libre como para hacerlo. Si no molesta, es entonces funcional.
En términos cartesianos, la molestia sería la propia comprobación de su
existencia. De todos modos, esto demuestra que el peronismo es bueno con sus
adversarios. Es más lo que molesta que lo que asusta. Porque cuando los
peronistas meten miedo, terminan presos o los matan.”
“Tanto el odio de
clase en general como el odio al peronismo en particular, pueden verse como
reflejos de luchas por el poder. Es decir, el peronista pelea por compartir
recursos, por tener participación en las ganancias, porque los trabajadores
ganen su cuota de poder. Y la oligarquía, en su odio al peronismo, expresa su
temor a que le arrebaten su histórico poder.”
“Un purista termina
siendo un individualista. Porque la sola idea de lo comunitario puede meterlo
en el problema de juntarse con otros, y esto será impureza. De ahí que las
posibilidades de acción del purista se reduzcan siempre: la idea es pura en
tanto no entre en contacto con otras. Y menos lo será si entra en contacto con
la realidad. La idea pura sólo es pura en la inmovilidad total. Así que el
purista sirve, pero solo en la punta de la cadena de producción de hechos. En
el medio o al final arruinan todo. Evita enseñó a amar a los humildes, Perón a
cómo tener cargos. Ambas cosas son necesarias. El que te enseña que el poder es
malo es el que tiene el poder. Así se lo dejás a él.”
“Tomando los
parámetros del enemigo como ideal y aspiración, el peronismo termina por
identificarse con lo que el otro marca como falencia. Es culposo. Trata de dar
pruebas de no ser aquello de lo que es acusado. Sin poder escapar a su origen
de oprimido, no puede dejar de comportarse como el esclavo bueno que pretende
imitar los modales del amo. Ahí es cuando pierde.”
“El peronismo,
nacional y popular, es visto muchas veces como opuesto a la cultura de las
marcas internacionales de prestigio. Porque el peronismo es percibido por los
amantes de las marcas como una marca más. En este caso, una marca “de pobre”,
de cabotaje, ajena a la cultura central. Paradójicamente, por sus políticas de
consumo el peronismo siempre genera crecimiento y con él, la llegada de
aquellas marcas internacionales y prestigiosas que ansía la burguesía. Esta, de
todos modos, seguirá viendo al peronismo como esa gran “contra-marca” que
amenaza a las marcas deseadas. Y por lo tanto, los amenaza a ellos.”
(Fragmentos del
libro de Pedro Saborido “Una historia del peronismo...”. Si solo tienen tiempo
ahora de leer un libro, que sea ése. Para recordar algunas cosas hoy, a 73 años del primer triunfo electoral de Perón)
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