LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 18 de septiembre de 2019

QUE NO NOS DE VERGÜENZA DEFENDERLO


El lunes pasado les contábamos acá como el gobierno emitió dos Letras del Tesoro (LETES) para que las suscribiera obligatoriamente el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de ANSES, por 35.000 millones de pesos en un caso y por 275 millones de dólares en el otro. Decíamos que ésta última tenía la sugestiva coincidencia de que le permitía al gobierno hacerse con dólares cuando todo indica que el nuevo desembolso del FMI no llegará, y esta semana debe cancelar el BOPOMO (Bono de Política Monetaria) por 410 millones de dólares.

No es la primera vez que el macrismo apela a "la plata de los jubilados" (tal la denominación generalizada por los medios en tiempos kirchneristas, que hoy no se usa) para tapar agujeros financieros; pero en este caso en particular la maniobra roza lo delictivo, en tanto el Estado le "enchifa" al fondo de respaldo del sistema previsional argentino activos depreciados, porque hace poco el mismo gobierno y a través del DNU 596 "reperfiló" sus vencimientos, provocando que se convirtieran en activos tóxicos.

Es muy curioso como el gobierno "honesto" que "lucha contra la corrupción" y debió lidiar con "la pesada herencia" de los que "se robaron un PBI" (tal las coordenadas del relato oficial) no solo echó mano del FGS, sino que lo hizo disminuir drásticamente su valor medido en divisas, como consecuencia de sus políticas económicas: cuando terminó el mandato de Cristina y tomando en consideración un dólar que cotizaba a $ 9,82 en el mercado oficial, los activos del Fondo representaban unos 67.620 millones de dólares.

Al 31 de marzo pasado (último dato oficial disponible en la página oficial del propio FGS) y con un dólar que por entonces cotizaba a $ 44,37, esos activos habían pasado a costar 41.920 millones de dólares: una merma de 25.700 millones de dólares en su valor, equivalente a poco más de la mitad de las reservas actuales del Banco Central. Imaginen ustedes lo que valen hoy, con un dólar que superó los $ 59: la pérdida de valor de los activos en moneda dura debe haberlos reducido a casi la mitad de lo que valían cuando Cristina terminó su mandato.

Además del desastre en términos de preservación de los activos, todo lo que rodea al FGS está teñido durante el macrismo de la más absoluta oscuridad: el último informe presentado ante la Comisión Bicameral del Congreso que debe controlar el manejo del Fondo data de noviembre del año pasado (hace 10 meses, y antes de la fase final de aceleración de la crisis económica); y la última acta del Consejo Directivo de administración donde constan las razones por las que se invierten los recursos del Fondo es del 10 de abril, o sea, hace más de cinco meses. Finalmente, el último informe sobre la evolución de los activos es del 31 de marzo.

Conocer en detalle por qué se invierten los recursos del Fondo de Garantía como se invierten es crucial no solo porque se trata de recursos públicos que obran como respaldo de las obligaciones del sistema de seguridad social, sino para vertificar si se cumple con lo dispuesto por el artículo 8 de la Ley 26.425 en cuanto a que "...el activo del Fondo se invertirá de acuerdo a criterios de seguridad y rentabilidad adecuados, contribuyendo al desarrollo sustentable de la economía real a efectos de garantizar el círculo virtuoso entre crecimiento económico y el incremento de los recursos de la seguridad social....".

Al ejemplo señalado de las LETES que lo obligaron a suscribir este lunes, hay que sumarle que, por ejemplo, la Auditoría General de la Nación (AGN) acaba de dar a conocer un informe sobre la gestión del FGS para los primeros años del gobierno de Macri en el que señala precisamente la falta de transparencia en el proceso de toma de decisiones de inversión, sumado a situaciones de ostensibles "conflictos de intereses" (vulgo por delitos de negociaciones incompatibles con la función pública) 

Frente a este panorama, no deja de sorprender el silencio al respecto de la mayor parte de la dirigencia y los candidatos de la oposición, que no menciona este tema con el mismo énfasis con el que -por ejemplo- toman nota de la sangría diaria de las reservas del Banco Central; con algunas excepciones como la diputada Luana Volvonich que se viene ocupando del tema.

La defensa del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES de la depredación macrista debería ser un asunto de primer orden; no solo porque se trata del respaldo del pago de las obligaciones del sistema de seguridad social en un contexto en el que caen los empleos, aumenta la informalidad laboral y caen la recaudación impositiva y de los recursos propios del sistema previsional, sino también porque también es una de las pocas fuentes de recursos disponibles para inyectar recursos en la economía real, contribuyendo a reactivarla y generar empleo.

Por solo citar dos ejemplos, recordemos que durante los gobiernos de Cristina, el FGS fondeó el lanzamiento del modelo Agile por GM ern su planta de General Alvear en el sur de esta provincia (contribuyendo a generar 2200 empleos directos y otros tantos indirectos), y el PROCREAR, con el que se construyeron más de 136.000 viviendas particulares en todo el país, estimulando a la construcción y las industrias asociadas a la misma.

Es de esperar que el silencio no tenga que ver con el hecho de que el gestor intelectual de la liquidación del sistema de jubilación privada (que le dio pleno sentido a la creación del FGS que dispusiera Néstor Kirchner en 2007) fuera Amado Boudou, preso político del régimen macrista; y ese sea otro asunto espinoso del cual no conviene hablar en campaña porque "resta". Tuits relacionados: 

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