LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 28 de enero de 2020

UNA CAJITA FELIZ MENOS


Acaso muchos no sepan que la Policía de la provincia, al igual que los espías de la AFI tiene "gastos reservados"; o sea, partidas para tareas de inteligencia, con oscuridad en su manejo y rendición de cuentas.

Hace un tiempo hablábamos acá del tema, cuando el gobernador era Bonfatti y había vetado uno de los artículos de la Ley 13297 de emergencia en seguridad (sí, el socialismo tuvo una ley como la que ahora le niega a Perotti, por cuatro años y prorrogable por decreto), porque le imponían rendir cuentas de esos fondos por el mismo mecanismo que cualquier otra partida del presupuesto. 

Esos "fondos reservados" estuvieron asignados siempre a reparticiones policiales, por distintas leyes: Drogas Peligrosas, la TOE (Tropa de Operaciones Especiales), Asuntos Internos y la PDI (Policía de Investigaciones), esta última por decreto del propio Bonfatti.

En sus orígenes encontraron su justificación en ciertos gastos que exigen confidencialidad, para no afectar el éxito de investigaciones policiales en curso: testigos protegidos, informantes, cosas por el estilo.

Los canas los manejaban sin control alguno del poder político, salvo que respondieran a directivas de ese poder político para fines bien precisos sobre su uso, en asuntos de su interés: por ejemplo sostener "fondos de reptiles" para que le llegaran sobres al periodismo amigazo, por ejemplo el que compartía asados con Tognoli, el ex jefe de policía provincial preso por vínculos con el narcotráfico.

Hasta ahora, al menos: por el decreto cuyas imágenes ilustran el post, Omar Perotti decidió que esos fondos ya no los maneje la Policía, sino el Ministerio de Seguridad, en la persona de su titular, Marcelo Saín.

Un claro gesto de reafirmación del mando civil sobre la fuerza policial, en medio de la disputa que el ministro viene sosteniendo con ciertos niveles de las cúpulas de la gorra, por sus vínculos con el narcotráfico y el delito organizado.

Y una "cajita feliz" menos que podrán manejar los uniformados, que en el presupuesto de éste año (diseñado por Lifschitz antes de irse) suman 15,5 millones de pesos: no es poca plata, en las manos incorrectas. 

Ojalá a partir de esto se pueda echar luz sobre lo que han hecho con esos fondos en el pasado, y a lo mejor nos llevamos más de una sorpresa. Y más de uno que habla (y mucho) se tiene que callar la boca. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Fin de la Pyme del gordo Delicia.
Fin de la S.A. del narco accionista Pullaro.
Bien Perotti, es por ahí la cosa.
El Colo.