Vacunar, reactivar, controlar precios, redistribuir. El resto, silenciar, ignorar, olvidar.
— La Corriente K (@lacorrientek) March 15, 2021
Se cumplen hoy 15 días del discurso del presidente en el Congreso, inaugurando el período ordinario de sesiones. Un discurso marcado por los anuncios vinculados a la justicia, y a la denuncia contra Macri y sus funcionarios por las condiciones en que endeudaron al país con el FMI.
Antes y durante estos 15 días esos temas marcaron la agenda de la discusión política, junto con la situación en Formosa y desde el sábado, los incidentes en la visita de Alberto a Chubut. La querella por el acuerdo con el Fondo finalmente se presentó, y aun cuando sus argumentos son contundentes, cabe ser escépticos respecto a su posible avance, considerando precisamente el funcionamiento cuasi delictivo de algunos sectores del Poder Judicial, que el propio presidente planteó en su discurso.
En esa línea, los camaristas okupas Bruglia y Berturzzi -aferrados a los cargos que ocupan ilegítimamente por resoluciones de otros jueces tan impresentables como ellos- acaban de vincular de nuevo a Kicillof con la bizarra causa promovida por Clarín por su participación -junto a Guillermo Moreno- en una asamblea del Grupo allá por el 2013: la respuesta del poder real a las invectivas presidenciales, y otro intento por desgastar a la figura cada vez más ascendente del gobernador bonaerense.
El cambio de dirección de la política del gobierno en relación al Poder Judicial -por ahora más discursivo que concreto- se llevó puesto a la absolutamente ineficaz Marcela Losardo, una ministra pensada para otros tiempos, otros climas y otros modos de relacionarse con ese poder. En su reemplazo llega Martín Soria, al cual los medios se apresuraron a "camporizarlo" presentándolo poco menos que como una imposición de Cristina a Alberto; cuando allá por el 2016 -por decir algo- su hermana votó, siendo diputada, el desafuero de Julio De Vido, que lo dejó inerme frente a los ataques "lawferianos" del macrismo.
Esa es, en apretada síntesis, la agenda pública sobre la que discurren los medios, y buena parte de la política. Que no es ciertamente la que ocupa las preocupaciones de la gente común, más atenta a la evolución de la pandemia y el avance de la vacunación, y a los avatares de la economía: salarios, inflación, tarifas, consumo, empleo.
El gobierno logró torcer socialmente el discurso antivacuna, a punto tal que los medios debieron virar dudar de la eficacia de ellas (sobre todo la Sputnik), a quejarse porque no llegan más dosis, o porque las disponibles no se aplican en su totalidad o más rápido. Una recorrida por las redes sociales basta para ver que el grueso de las personas celebran que haya vacunas, y ven con esperanza el aviso del turno, o la colocación de su dosis a un familiar o amistad: una dura derrota discursiva del terraplanismo bolsonarista opositor; tan así que ciertos sectores de él (como la UCR mendocina y Patricia Bullrich) han planteado que se permita comprar vacunas a las provincias, y a los privados.
Tarde pero seguro advirtieron que hay allí un capital político que el gobierno puede aprovechar electoralmente, si logra desplegar exitosamente el operativo de vacunación en tiempo razonable, para vastos sectores de la población. Conseguir vacunas y aplicarlas con eficiencia se vuelve, entonces, en una necesidad de índole sanitaria y social, y vista desde el gobierno, en un imperativo político categórico.
Máxime considerando las situaciones estalladas en países vecinos (Brasil, Paraguay, chile) con el número de contagios y muertes en aumento, amenazando nuestra propia situación. Por cierto: cerrar ya las fronteras con ellos y cancelar definitivamente los vuelos es una solución racional y lógica, que no puede demorarse más, sin correr el riesgo de lamentar las consecuencias de la demora.
Y después (o antes que todo y primero que nada) está la víscera más sensible de todas, la que termina definiendo siempre los humores electorales, aunque "la patria consultora" trafique otras versiones. La economía es la tarea prioritaria para el gobierno junto con la vacunación, porque sin salud no hay economía, y sin economía creciendo, generando empleo y mejorando la distribución del ingreso, los posibles logros sanitarios por sí solos no garantizan un triunfo electoral.
En ese plano, la embestida contra el macrismo por el acuerdo con el FMI tuvo el efecto -posiblemente buscado- de ralentizar el acuerdo con el Fondo, pero el tiempo que se demore éste (que siempre entraña el riesgo de las "condicionalidades" recesivas anexas) debe aprovecharse para tomar las decisiones correctas, para consolidar y generalizar la incipiente recuperación que se viene advirtiendo en algunos rubros; y que ésta se note en los bolsillos.
Para eso, es más urgente hoy que cuando el presidente habló en el Congreso tomar medidas para contener los aumentos de precios de los alimentos, que castigan los bolsillos de los sectores populares que destinan a eso la mayor porción de sus ingresos. Y es más urgente hoy que entonces sencillamente porque en estos 15 días no se hizo nada concreto, salvo reuniones para "analizar estructuras de costos", revisar "cadenas de formación de precios" y "trazar un mapa de los aumentos".
Subir o imponer retenciones para desacoplar precios internos de internacionales, imponer mayores controles, aplicación de la ley de abastecimiento, transparentar costos y penalizar los abusos de posición dominante o cartelizaciones, o todo eso junto en su medida y armoniosamente. Y otras cosas que se les ocurran a los que saben, a esos mismos fines, pero ya. Ayer. En el acierto de esta otra campaña de vacunación (contra la inflación) se juegan buena parte de las chances electorales del oficialismo, contra una oposición lanzada a "guarimbear" a la venezolana, pero sin propuestas para resolver ninguno de los problemas del país.
Y en ése sentido hay cosas que ayudan poco, como instalar la idea de que se aumentarán tarifas -siendo poco relevante en el contexto que se diga que no será mucho- o que desde la petrolera estatal se anuncie "un sendero de precios" para los combustibles, en los próximos meses. Cosas que no hacen más que acelerar las expectativas de remarcación, en una profecía autocumplida que ya conocemos de memoria.
8 comentarios:
Muchachos, muchachos..
¿Qué tiene que ver la buchoneada de la hermana de Soria con él?
A menos que la alcahuetería sea hereditaria.
Estamos peor que con Macri en cuanto a salarios.
Lo demás es chachara. Vote y voy a votar de nuevo al fdt. Pero no significa que voy a decir que ahora estamos mejor.
https://delotroladodelamechaa.blogspot.com/2021/03/economia-gestion-k-vs-gestion-mm-en.html
compañeros arme un blog en donde escribimos distintos compañeros...estamos en la misma de ustedes, si me pueden dar una mano difundiendolo les agradecería. va el enlace. atte juan pividori
Los precios de los combustibles los cuida la subsecretaria de Hidrocarburos, Maggie Luz Videla Oporto
¿Será la novia de Dicky del Solar?
Pero claro, si la hermana se maneja sola. Por eso lo sucedió como intendenta de General Roca. Seamos buenos.
Mientras que Martín Soria no herede las conuctas de la madre...
"...tomar medidas para contener los aumentos de precios de los alimentos, que castigan los bolsillos de los sectores populares que destinan a eso la mayor porción de sus ingresos".
enorme confusion no saber diferenciar inflacion d costos d la inflacion x concenracion d oferta, desde diciembre 2015 la inflacion es generada casi exclusivamente por ambos gobiernos: macristaa-albertista, y vayamos a la causa del descontrol inflacionario d estos ultimos meses:
1- deva del 20% en los ultimos 4 meses (oficial, el q marca precios ya q a este verde se likida todo el comercio exterior)
2- convalidacion d aumentos d Chiicago, negandose a aplicar retenciones-cupo expo
3- aumentos semanales en combustibles, q ademas derraman en logistica
4- tarifazos en servicios publicos (ya efectivizado x telcos y anunciados en energia para empresas, q obviamente van a ser descargados en precios, al ser parte del costo).
No verlo es tomarnos x boludos.
Jajjaja habrá sido casualidad
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