MÁS DE LO MISMO

El gobierno provincial sigue groggy por el impacto del escándalo Tognoli (no es que antes estuviera muy despierto), y no atina a responder conforme la gravedad de la situación lo exige.

Por el contrario, apela a las mismas estrategias conocidas que lo llevaron al punto en el que está: victimizarse echándole la culpa de todo al gobierno nacional, poner a funcionar la maquinaria de prensa aceitada por Galassi mediante la publicidad oficial a detectar conspiraciones K y operaciones contra la gestión, y ahora hasta le deben estar prendiendo algunas velas a Jauchen (el otrora defensor de Storni y Fendrich); para que articule alguna estrategia judicial que logre desvincularlo a Tognoli de la causa por la que está detenido, como si de ese modo los graves problemas de inseguridad que sufre la provincia desaparecieran como por arte de magia.

Y las "medidas" (porque de algún modo hay que llamarlas) anunciadas ayer por Lamberto van por el mismo camino: por momentos pareciera que para el socialismo la única forma de resolver un problema de gestión, es creando más cargos con denominaciones estrambóticas en la estructura política, y mover muñequitos polirrubro de un lugar a otro, como si fueran "expertos en cosas", o todo-terreno que pueden asumir cualquier función; como si estuvieran capacitados para todas.

Para corroborar lo que decimos nos remitimos al parte de prensa oficial que reproduce el diario del Loco Lindo, y al que corresponde la imagen que encabeza el post: nuevas Secretarías, Subsecretarías, Direcciones, tipos que son rajados de un Ministerio (como Escajadillo) para ser nombrados en otro, organismos que pasan a depender de un lugar a otro (como pasó con Seguridad Vial, que cambió cuatro veces de mando entre tres ministerios distintos), chapas para los parientes (como la hija de Zabalza, que ya es funcionaria en Economía pero no estuvo presente en el acto ni ejerce el cargo, porque está haciendo un post grado en España).  

Una lógica ombliguística, punteril y presupuestívora, que hará volar por las nubes el Indice Lamberto (que ya pasó holgadamente de los 800 funcionarios políticos, el triple del último gobierno del PJ), sin que se traduzca en ninguna mejora concreta, excepto en los bolsillos de algún militante conchabado en el Estado. 

Puro fulbito para la tribuna, para hacer como que están haciendo algo y tomando medidas, cuando en realidad no hacen nada, y daría la impresión que no lo hacen porque no saben, no quieren y -sobre todo- no pueden; por los compromisos que fueron asumiendo con la propia Policía desde el inicio del gobierno de Binner.  

Con más emplastos en la relación entre el gobierno y la Policía, como los que hicieron hace poco más de cinco meses en la gestión de Corti en el Ministerio de Seguridad con Drogas Peligrosas y la Tropa de Operaciones Especiales (T.O.E.), según contamos acá. 

Y sin la decisión de ir con el cuchillo a fondo, recuperando para las autoridades políticas el control de la fuerza de seguridad provincial, para poder empezar a pensar en resolver el problema de la inseguridad.

Recordemos esto cuando la próxima crisis (que a este paso será cada vez más cercana a la anterior) se lleve puestos a estos muñequitos que ahora acomodaron, y vuelvan a querer distraernos otra vez con estos pases de magia efectistas, tan caros al socialismo.