Hace bastante tiempo ya nos ocupábamos en este post de la construcción del nuevo edificio del Acuario Rosario; y contábamos que en septiembre del 2011 la obra fue adjudicada por Binner en $ 9.408.234 (un 28 % más que el presupuesto oficial) a la empresa Dinale S.A., en una extraña licitación en la cual la oferta más barata fue retirada luego de la apertura por la empresa que la había presentado.
Dinale tenía ocho meses de plazo para construir la estructura de hormigón armado (o sea que la tenía que terminar mas o menos para mayo del 2012), pero para no perder la costumbre del socialismo en materia de obras, la cosa se fue estirando: en enero del 2013 (ocho meses después del plazo originalmente previsto) Bonfatti le aprobó un adicional de obra por $ 611.672 pagado íntegramente con las partidas del Fondo Soja; y en diciembre del mismo año (ya excedido el plazo original de finalización en 19 meses) "trabajos complementarios" por $ 2.308.564, y otro adicional (que sería el tercero, pero hay uno que no está documentado en ningún lado) por $ 1.245.244.
Es decir que lo que se tendría que haber terminado en mayo de 2012 pagándolo 9,4 millones de pesos, 19 meses después seguía sin finalizarse y ya costaba casi 13,6 millones: un aumento de casi el 45 % del precio original.
En abril de éste año y por el Decreto 1088 se adjudicó la segunda etapa de la obra por $ 11.458.856, otra vez a Dinale S.A. (una empresa que sabe ver bajo el agua para presentarse, parece), con un plazo de ejecución de la obra (también íntegramente pagada con el fondo soja) de 10 meses.
Pero a poco de arrancar (en realidad antes) empezaron los problemas: el 26 de junio por el Decreto 1869 le dieron a la empresa un "anticipo financiero" del 10 % del monto del contrato (exactamente $ 1.145.885), y un mes después (el 28 de julio) una "redeterminación de precios" por $ 1.865.000; seguida por otra el 28 de agosto de $ 2.140.000 por el Decreto 2428.
Es decir que una obra que en su segunda etapa está en pañales (pese a que se le adelantó plata a la empresa para arrancar) ya está costando casi un 35 % por encima de lo adjudicado en la licitación, este mismo año. Y casi todo solventado con el fondo soja.
Pero la cosa no termina ahí, como les vamos a contar en otro post.
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