El presidente hablando como lo que es -un
empresario- rechaza de plano reabrir las paritarias, porque “ya fueron
firmadas, y la inflación está bajando”; omitiendo que cuando se firmaron él
mismo pronosticaba una inflación que fue la mitad de la que efectivamente se
produjo.
El mismo presidente
que en cuanta aparición en público tiene, no pierde la oportunidad de echarles
la culpa a los trabajadores de todo: que si faltan mucho, que si hacen paro,
que si reclaman en la justicia por los accidentes de trabajo, que si llegan
tarde.
El gobierno
defiende en el Congreso una ley que llama de “primer empleo”, que plantea que
para conseguir trabajo, hay que renunciar de antemano a tener derechos
laborales, y desfinancia la seguridad social.
Con diferencia de
un día, el ministro del Interior desmiente que el gobierno esté pensando en
despedir más empleados públicos, y el ministro de Modernización lo confirma;
pero dice que es una “evaluación”.
En los medios
públicos tienen reclamos de pase a planta de empleados precarizados (como los
de Radio Nacional Santa Fe), y contratan para asesorarlos a un estudio jurídico especializado en despedir trabajadores.
Estudio cuyo titular
escribió la misma semana éste artículo en El Cronista diciendo que la
solución de los problemas del país es hacer una reforma laboral como la que
encara Francia; y que ha generado enormes protestas sociales en todo el país.
A lo mejor estemos
en presencia de un gobierno de empresarios, patrones y garcas, que cree que los
trabajadores son el problema; y busca todos los medios para cagarlos, para así bajar "los costos laborales, y alentar la inversión".
Es una posibilidad que no tendríamos que descartar.
2 comentarios:
Es un tema de comunicación. Si a un despedido se le comunica bien el despido, va a entender que es por su propio bien.
Cesante primero con c y no 2 veces ccon s por ejemplo, ah, entiendo.
Publicar un comentario