LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 24 de diciembre de 2019

QUE SE QUEDEN TODOS


Que se entienda bien el título: no estamos apuntando a que Alberto guarde la guadaña, y se salven los ñocazos VIP que el macrismo dejó plantados en toda la estructura estatal, para sabotearla desde adentro; no señor. Desde ese punto de vista nos parece bien lo que piensa hacer, que va en la línea con lo que hizo Perotti acá en la provincia; y contamos en detalle acá

Cuando decimos "que se queden todos" estamos apuntando a otra cosa, y es a prevenir respecto a los riesgos de caer en la trampa que nos está tendiendo el verdadero comando operacional de la derecha, que son los medios hegemónicos, con Clarín y La Nación a la cabeza.

Una trampa que consiste en disimular el estruendoso fracaso de su gobierno, el de Macri, el del país atendido por sus propios dueños, bajo el engañoso rótulo del "fracaso de la política", y el "que se vayan todos", como si estuviéramos en el estado de anomia social del 2001, y el pueblo argentino no hubiera buscado y encontrado en las urnas su destino, y el modo de salir de la crisis en clave democrático.

Lo que fracasó en estos últimos cuatro años no fue solo un gobierno, o un presidente: fue un modelo de país excluyente en el que el 85 % de los argentinos no tienen cabida, y que por ende no puede legitimarse en democracia, de un modo más o menos estable.

En esos cuatro años no fracasó la política, así, a secas, o en todo caso fracasó el campo nacional y popular para permitir que -por errores propios- la derecha llegara al gobierno en elecciones democráticas. De allí para acá, unos (nosotros) corrigieron lo que tenían que corregir para volver, y los otros (ellos) persistieron en su programa, con los resultados económicos, sociales y electorales conocidos.

Cuando nos dicen que el capital (en sus diferentes fracciones) "ya hizo el ajuste" y ahora "debe hacerlo la política" nos están queriendo vender gato por liebre: así como hay fracciones del capital que perdieron en el macriato (destruyendo su propio patrimonio), hay otras que ganaron, y mucho. Y son esas las responsables de la crisis que hoy Alberto Fernández y su gobierno tratan de conjurar, afectando sus intereses.

Y por eso quieren correr el eje de la discusión hacia la política que, con todo y sus defectos, es la única garantía que tenemos en democracia los ciudadanos de a pie, para que defiendan nuestros intereses de los poderosos.

Por eso más allá de un ñoqui más o un ñoqui menos, de un celular o auto de funcionario que se recorte o no, no hay que perder de vista el contexto, ni confundir el objetivo: los responsables mayores del saqueo y la destrucción del país están en otro lugar, que no es precisamente en la política. Habrá en todo caso políticos y partidos que aceptaron ser cómplices de ese saqueo, alquilando sus votos y representaciones al servicio de los intereses corporativos.

La cuestión entonces es que, con esa idea en mente, se queden todos: los arquitectos del fracaso macrista para afrontar sus responsabilidades en la justicia como debe ser, y los compañeros que han asumido responsabilidades institucionales, para ponerle pilas al esfuerzo de sacar el país adelante, desde y con la política, como debe ser en democracia.

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