LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 1 de enero de 2021

DEBATE SALDADO

 


Desde que empezó la disputa de un sector de los senadores del PJ encabezado por Armando Traferri y sus socios socialistas comandados desde Diputados por el ex gobernador Miguel Lifschitz y el gobierno de Omar Perotti, el ministro de Seguridad Marcelo Saín dijo lo que muchos venimos diciendo en Santa Fe hace años: existe un bloque de poder político transversal a los partidos, que cogobernó la provincia los 12 años transcurridos entre 2007 y 2019 en los gobiernos del Frente Progresista, y que se resiste a dejar de hacerlo; desconociendo el resultado de las elecciones del año pasado.

A partir del momento en el que las urnas dijeron en junio del 2019 que Perotti era el nuevo gobernador de Santa Fe, se sucedieron innumerables hechos que así lo demuestran: le aprobaron el presupuesto para el 2020 sin su intervención y pese a que les pidió que no lo hicieran, le aprobaron por ley el Plan Abre para repartir fondos entre municipios y comunas desde la Legislatura y casi sin intervención del Poder Ejecutivo, y a los pocos días de haber asumido le rechazaron sobre tablas y sin debate la primera ley de emergencia que propuso.

Durante todo el 2020 y en plena pandemia sancionaron leyes insólitas que obligaron al gobernador a disponer varios vetos, le introdujeron cambios al proyecto de Presupuesto 2021 que remitió el Ejecutivo (insistiendo otra vez con el Plan Abre, aumentando los gastos de la Legislatura) y la remataron en la tarde del 30 de diciembre, mutilando artículos de la ley tributaria que envió el gobierno para determinar los impuestos provinciales para éste año.

Es decir, no conformes con haberle modificado el presupuesto, le aprobaron en éste gastos, pero luego le pretenden negar los medios para financiarlos. Pero como da cuenta ésta nota de Tizziani en Rosario 12, los cambios no son inocentes: con la excusa de proteger al Banco Municipal de Rosario (una cueva de ladrones y la pata financiera de los curros del socialismo) rechazaron la suba de la alícuota de Ingresos Brutos a la actividad financiera del 5,5 % al 7 % que propuso Perotti. Los bancos, que la levantaron con pala aun en plena pandemia, agradecidos.   

También eliminaron del texto aprobado la propuesta del Ejecutivo de gravar con Ingresos Brutos al juego online (con la excusa de que ellos consideran que es ilegal) y otras plataformas digitales, cuyas ganancias crecieron exponencialmente en la pandemia. Otra vez, los beneficiarios de la "ayuda" (ninguno una Pyme precisamente), agradecidos.

Por si todo eso fuera poco, en el mismo debate rechazaron el artículo que autorizaba al Poder Ejecutivo a pasar a planta a 2781 trabajadores contratados del Estado provincial; en su inmensa mayoría precarizados en los 12 años de gestiones socialistas.   

Con lo cual no solo el debate que se planteaba respecto a la existencia o no de ese "bloque de poder transversal" del que habla Saín está saldado, sino que además ese bloque no se oculta, no disimula sus movimientos, ni sus intenciones: generar un gobierno paralelo en la provincia si puede, obstruir por todos los medios al gobierno de Perotti (al que el abogado de Traferri amenazó con que no terminaba su mandato), si no alcanzan lo otro.

Pero con el debate de la ley tributaria lo que quedó bastante claro -o va a ser más difícil de disimular- es que además hay otras intenciones, y otros beneficiarios de sus acciones. Quizás devolver favores a aportantes de campaña.

Vistas las cosas desde este lado, nos quedamos con esto de Perotti en el acto en su apoyo en Sauce Viejo el miércoles pasado, que rescata Tizziani: "Lo que quieren no es frenar al gobierno. Es frenar una forma de hacer política: transparente, que deje de lado las extorsiones, el esquema corporativo y corte los vínculos con el delito”, dijo el mandatario."

Por estos mismos días y como cuenta acá Barricada, se suman los pedidos desde la UCR al socialismo (o sea, en realidad, Lifschitz lo manda a Pullaro  a decir lo que él no puede en público, para no despintar su imagen "progre") para armar una Unión Democrática provincial junto al PRO, y así evitar fraccionar el voto opositor, y perder nuevamente frente al peronismo. A lo mejor si la arman hasta tiene una pata peronista y todo.

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