En el bombardeo a Plazo de Mayo el día jueves 16 de junio de 1955, fueron asesinadas 308 personas y hubo más de 900 heridos, muchos de ellos de gravedad debido a que los aviones en su mayoría de la Armada y algunos de la Aeronáutica arrojaron toneladas de bombas, pero además, los criminales pilotos de esos aviones también ametrallaban a la población indefensa que transitaba por la calle.
Ese día, los asesinos arrojaron las primeras bombas al mediodía, precisamente a las 12,40 horas. Comenzaron con 30 bombas de 100 kilos cada una, y la primera explosión se produjo en Hipólito Irigoyen y Paseo Colón, mientras además ametrallaban las seis cuadras de Avenida de Mayo anteriores a la Plaza de Mayo.
Los asesinos fueron 132 aviadores militares y un aviador civil, y utilizaron entre 37 y 40 aviones de las Fuerzas Armadas de nuestro propio país para matar a argentinos indefensos, arrojando bombas y metralla sobre hombres, mujeres, ancianos y niños. Los aviones de los asesinos tenían pintadas una V y una Cruz,“Cristo Vence”, reflejando el apoyo de la iglesia católica. Luego del crimen huyeron a Uruguay.
Todos estos aviadores y sus cómplices civiles, después del golpe de Estado del 16 de Septiembre de 1955, fueron amnistiados de sus crímenes por el gobierno militar golpista. A partir de entonces, los grandes intereses contrarios al país planificaron y ejecutaron una sistemática acción de negación y ocultamiento de estos crímenes, de sus autores y de sus cómplices civiles.
En la época actual donde el odio gorila intenta otra vez desde el poder borrar la memoria colectiva, es conveniente recordar nuestra historia, porque “cuando no recordamos lo que nos pasa, nos puede suceder la misma cosa”, como canta Litto Nebbia en “Quien quiera oir que oiga”.
En su relato “Anímese”, del libro “EL BOMBARDEO. Plaza de Mayo, junio de 1955”, la escritora María Pía López describe un trolebús lleno de niños que queda destruido al recibir una bomba:
“Baja corriendo de la ambulancia. El trole 305 aún humea. Hay niñas en el piso. Se acerca urgida. Una no respira. La otra se queja, bajito. Mamá, dónde estás, mamá… Llora la chiquita. La espalda, mucho duele la espalda. La suben a la camilla. Flora sabe que no tiene que llorar, el uniforme no se mancha de lágrimas. Ahora correr, buscar heridos, ayudar a que sobrevivan. Llueve la muerte. No estamos en guerra, piensa, y ni siquiera en la guerra se mata así”.
Así se describe “la potencia oscura de un hecho que, a fuerza de negación, asalta la conciencia”, como dice Julián López en el prólogo del libro antes referido, una antología de relatos sobre el mayor ataque terrorista de la historia argentina.
En base a esta nota publicada unos años atrás en Página 12, se detallan algunos nombres y otros datos de los pilotos criminales que bombardearon Plaza de Mayo:
Osvaldo Cacciatore. Primer Teniente de Aeronáutica. Posteriormente, Intendente de Buenos Aires durante la dictadura de Videla.
Carlos Carpintero. Teniente de Fragata. Llegó a Vicealmirante. Secretario de Prensa y Difusión en el gobierno de facto del general Videla.
Horacio Pedro Estrada. Guardiamarina. Llegó a Capitán de Fragata. Represor en la ESMA a partir de 1976. Muerto de un disparo en la cabeza implicado en la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia.
Carlos Fraguío. Teniente de Navío. Llego a Contralmirante. En 1976 estuvo al frente de la Dirección General Naval con injerencia en Centros Clandestinos de Detención de la Armada.
Eduardo Invierno. Teniente de Corbeta. En 1976 durante el proceso militar se desempeñó como Jefe del Servicio de Inteligencia Naval.
Carlos Massera. Teniente de Navío. Hermano del genocida condenado Eduardo Massera.
Néstor Noriega. Capitán de Fragata. Aviador. Jefe de la Base Aeronaval Punta Indio. Su avión lanzó la primera bomba sobre Plaza de Mayo.
Máximo Eduardo Rivero Kelly. Teniente de Corbeta. En un reportaje de la revista “Viva” (12-6-2005) sobre lo acontecido el 16 de junio de 1955, afirmó que “era un hecho necesario” y que nunca se arrepintió de haber tomado parte del bombardeo.
Luis Suárez. Teniente de Corbeta. A partir de 1976 es integrante de un grupo de tareas de la ESMA.
Santiago Sabarot: Teniente. Formó parte de la escuadrilla al mando de Nestor Noriega, junto a Carlos Fraquio. Arrojan las primeras bombas a las 12,40 hs. y ametrallan a la población.
Jorge Alberto Mones Ruiz. Capitán de la Fuerza Aérea. Llegó a Comodoro y fue integrante de la Secretaría de inteligencia del Estado (SIDE) en La Rioja, entre 1976 y 1977 .
Miguel Angel Zavala Ortiz: Miembro del Partido Radical (UCR), el único civil entre los pilotos.
Entre los altos rangos militares, los principales impulsores del bombardeo fueron los generales Isaac Rojas y Justo Bengoa, Samuel Toranzo Calderón , Aníbal Olivieri y el vicealmirante Benjamín Benedicto Gargiulo.
Entre los pertenecientes a la Fuerza Aérea, además del ya citado Capitán Mones Ruiz, participaron del bombardeo criminal el comandante Agustin de la Vega, y los pilotos Carlos Carus, Orlando Arrechea, Mauro Saita y Eduardo Correa.
2 comentarios:
Asesinos, criminales, violentos, inhumanos, terroristas. Dios bendiga a Cristina. Tripas y corazón con Ella. Siempre
Siempre se olvida de mencionar a Ernesto "Muñeco" Adradas, joven teniente de la Fuerza Aérea que despegó desde Morón en su Gloster Meteor y derribo a 2 AT-6 Texan de la Armada sobre el río de La Plata, que sin ser peronista era leal al gobierno constitucional.
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