El escándalo Alfano estalló como uno de los tantos que sacuden a los personajes mediáticos de la farándula, para ir in crescendo hasta agotarse; tapado por otro escándalo que genera más ráting y así sin solución de continuidad, todo girando en torno a las trivialidades a que son habitués estos personajes.
Sin embargo en un punto volvió a poner en foco el tema de la complicidad civil con la dictadura, que asumió diferentes formas y tuvo también diferentes grados de responsabilidad. no es lo mismo compartir la cama con Massera, que aprovechar la dictadura y el genocidio, para montar un emporio periodístico a partir de Papel Prensa.
Que estos temas salgan a la luz -sea por la vía que sea, como un chimentero vengativo deseoso de cobrarse viejas cuentas con una estrella en decadencia- es consecuencia del clima de época que vive la Argentina desde Néstor Kirchner para acá; sin el cual no se pueden comprender.
Ver (como en el video de abajo) a un protagonista central de la cultura (así, en sentido amplio) de la dictadura y del menemismo como Sofovich repudiar los vuelos de la muerte o el centro de torturas de la ESMA para no perder el lugar de la correción política, es un enorme triunfo cultural del kirchnerismo; que remó con este tema cuando sólo estaba en la agenda de los organismos de derechos humanos y de grupos minoritarios de la sociedad, que mantenían viva la llama del reclamo por verdad, memoria y justicia.
Porque Sofovich interpelado por Camilo García acerca de cuanto sabía de lo que pasaba en el país en la dictadura hilvana una serie de mentiras inconcebibles y contradictorias entre sí; y luego se descompone en insultos, completamente vacío de argumentos y exhibiendo en esa furia todos los esqueletos que carga en su placard.
Si pudo mentir diciendo que no se enteró de lo que pasaba en la Argentina de los años de plomo, no puede explicar como siguió siendo funcionario del menemismo (y más que eso: un decidido apologista de la rata de Anillaco) luego de que Menem indultara a Videla y a Massera de los crímenes por los que fueron juzgados y condenados por un tribunal de la democracia.
Enhorabuena que se destapen ollas (todas), que se derrumben mitos, que caigan las aureolas de impunidad de todos estos personajes que forman parte de la cultura y la vida cotidiana de los argentinos; así como también es deseable que los empresarios que financiaron a la dictadura y que se enriquecieron con ella, paguen alguna vez sus culpas.
Y de paso vean en el video una modesta (o no tanto) clase de ética y periodismo a cargo de Camilo García; sí: un pibe que trabaja en un programa de chimentos, pero que -probablemente por la tragedia personal y familiar que lo atravesó- trata de ser algo más que eso; y no le sale nada mal.
Que aprendan de él algunos que se llenan todo el tiempo la boca hablando de "periodismo independiente", y no son capaces de hacer una repregunta, o apartarse un milímetro del libreto que les escriben los dueños de los medios hegemónicos en los que trabajan:
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