A ver: el trasfondo de todo esto es que todos los opositarados quieren desprenderse de los muertos (léase: candidatos presidenciales que oscilaron entre el 3,24 % de Carrió y el 12,17% de Ricardito), para poder salvar las chapitas de diputados que corren serio riesgo de perder.
O por lo menos eso creen ellos, ¿qué clase de tarado desecharía votar a la gordi para acabar metiendo la boletita de Patricia Bullrich?
Cierto es que el cerebro quemado que concibió la idea del grupo A (es decir la propia Bullrich) sabe de lo que está hablando en carne propia: debe renovar su banca, y con los números del domingo, la Coalición Cívica en la CABA podría obtener una banca; siempre y cuando logre superar con sus votos el 3 % del total del padrón que exige como piso el artículo 160 del Código Electoral; y está en el límite.
Por cierto: tremendo alarde de republicanismo y calidad institucional pretender cambiar las reglas de juego de un proceso electoral a mitad de camino, y cuando todavía no terminó.
¿Recuerdan cuando estos mismos tipos y tipas decían que el gobierno no podía enviar al Congreso la ley de medios después de las elecciones de junio del 2009 y antes de que cambiara la composición de las Cámaras, porque tenía que esperar que asuman los nuevos legisladores?
Y por entonces, la oposición no estaba unificada, ni había obtenido ningún candidato el 50,07 % como acaba de sacar Cristina.
Pero lo que la Pato en su embriaguez pasa por alto es que, aun suponiendo que lograse que el proyecto prospere en Diputados antes del 23 de octubre (lo cual es sumamente dudoso, como veremos), es difícil que pase por el Senado; y directamente imposible que Cristina no lo vete.
En Diputados no creemos que ni siquiera pase la instancia de las comisiones: los minibloques que ahora reportan a la candidatura de Binner (Lozano, Donda y cía.) no tendrán ningún interés en poner en riesgo sus bancas desprendiéndose de la boleta presidencial de Hermes; y lo mismo pasa con los peronistas federales que están pensando en pasarse al kirchnerismo el 22 de octubre, o con Rodríguez Saá que podría tener su propio bloquecito de diputados, pegados a sus números como candidato a presidente (de hecho, con su cosecha estaría sumando un senador por San Juan).
Ni hablar del PRO, donde Pinedo ya compitió el pasado domingo con boleta corta (sin fórmula presidencial) y no obtuvo una cosecha muy promisoria que digamos, en la mismísima CABA que reeligió a Macri con más del 64 % de los votos en la segunda vuelta.
Es decir que la arquitectura del hoy fenecido Grupo A está totalmente resquebrajada, y difícilmente se recomponga.
Pero lo peor de todo es que estos esperpentos, residuos de lo peor de la política argentina como Bullrich, siguen sin entender nada, y crean que con estas alquimias de bricollage electoral pueden obtener lo que no se supieron ganar haciendo política en serio: militando, construyendo organización en el territorio, convocando a la militancia, dejando de pasar tantas horas en los estudios de televisión.
Esperpentos que son todo lo que le queda a la furia autodestructiva de Carrió, junto a personajes semianalfabetos funcionales como Fernando Iglesias, o que entran a la política con asco a lo que todo eso implica; como Pablo Javkin, el inventor de la boleta única santafesina, que le debe haber soplado la idea a la Pato, basado en su propia experiencia.
Porque el domingo el sacó 14.000 votos más que Carrió, claro que no vayan a pensar que los dos los levantaron con pala, eh: 58.000 la pitonisa, contra 72.000 del cráneo de Javkin.
O sea la diferencia entre irse al Nacional B, o directamente a la Primera B Metropolitana.
Ni hablar del PRO, donde Pinedo ya compitió el pasado domingo con boleta corta (sin fórmula presidencial) y no obtuvo una cosecha muy promisoria que digamos, en la mismísima CABA que reeligió a Macri con más del 64 % de los votos en la segunda vuelta.
Es decir que la arquitectura del hoy fenecido Grupo A está totalmente resquebrajada, y difícilmente se recomponga.
Pero lo peor de todo es que estos esperpentos, residuos de lo peor de la política argentina como Bullrich, siguen sin entender nada, y crean que con estas alquimias de bricollage electoral pueden obtener lo que no se supieron ganar haciendo política en serio: militando, construyendo organización en el territorio, convocando a la militancia, dejando de pasar tantas horas en los estudios de televisión.
Esperpentos que son todo lo que le queda a la furia autodestructiva de Carrió, junto a personajes semianalfabetos funcionales como Fernando Iglesias, o que entran a la política con asco a lo que todo eso implica; como Pablo Javkin, el inventor de la boleta única santafesina, que le debe haber soplado la idea a la Pato, basado en su propia experiencia.
Porque el domingo el sacó 14.000 votos más que Carrió, claro que no vayan a pensar que los dos los levantaron con pala, eh: 58.000 la pitonisa, contra 72.000 del cráneo de Javkin.
O sea la diferencia entre irse al Nacional B, o directamente a la Primera B Metropolitana.
1 comentario:
Qué me cuenta de la excuñada de Gerardo Rico. Dónde hay un voto?
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