(*)
Tiene razón Jaime Durán Barba:
en el escenario de la política argentina, lo simbólico tiene más peso que
cualquier declaración pública, (Faltaría que consideraran los hechos en el
análisis, y estaríamos) y "el círculo rojo" es una máquina de
repetir frases hechas sin evidencia científica. (Ah, exactamente igual que
vos, digamos) La última tontería de los formadores de opinión tradicionales
(¿Fantino, Feinmann, Baby Echecopar, Beatriz Sarlo, Caparrós, Julio Bárbaro,
el Turco Asís, de quiénes estamos hablando Luis?) fue suponer que a Daniel Scioli su "crisis de
pareja" le puede aportar votos. Y que constituye una operación de
marketing perfecta para pelear una candidatura a senador nacional. (Claro,
si fuera para diputado tiene que ponerse de novio con un tipo. Perfecto, sigamos)
El círculo rojo dice que a los argentinos les gusta el
"macho alfa" capaz de conquistar a una mujer de la edad de su hija (Un
Franco Macri, digamos) y "engañarla" con otra de la misma
generación y con las mismas curvas. (A juzgar por las fotos, incluso
mejores) Pero las últimas encuestas que midieron a Scioli parecen
evidenciar lo contrario. (¿Qué le midieron, Luis, los atributos viriles?) Es
que a millones de argentinos les resultó indignante que el ex motonauta, como
candidato a presidente, viajara a Cuba junto con su amante, Giselle Berger,
mientras seguía presentando a Karina Rabolini como la futura primera dama. (¿Posta
Luis, millones, basado en...encuestas telefónicas de 400 casos?) Los
electores se sintieron engañados. Le colgaron al ex gobernador el cartelito de
hipócrita. Incluso lo "etiquetaron" así hombres y mujeres que lo
votaron en la primera y en la segunda vueltas. (¿Y cómo saben eso si el voto
es secreto?)
Un efecto parecido tuvo el famoso "soy yo, pelotudo",
de Cristina Fernández a Oscar Parrilli. (Ah, ¿no estaba hablando con vos?
Cierto que no te atiende el teléfono y te bloqueó en Twitter) Para los (10)
argentinos consultados, la manera en que la ex presidenta trató al ex jefe
de los espías habló mucho más y mucho peor de ella que cualquiera de las
afirmaciones que hace en público. (Seguro, si en este país nadie putea, ni
siquiera cuando lo están grabando sin que sepa) Es que el maltrato y la
humillación a un semejante tienen mala prensa. (Claro, por eso Macri y
Donald Trump ganaron elecciones) Tanto o más que cualquier hecho de
corrupción (Confesión implícita de que el grupo de tareas de Comodoro Py
viene flojito de resultados) y, desde el punto de vista simbólico, parece
casi insalvable. (“Parece casi”, abramos el paraguas por las dudas toda esta
sanata se venga abajo si se presenta y gana las elecciones)
Pero si
alguien sabe de simbología es Macri. (¿Es tarotista?) Su imagen de
multimillonario insensible es algo que no se puede sacar de encima, por más
timbreo y visitas al conurbano que realice. (Es que lo caga el gobierno que
está haciendo, que si no...) En los últimos días, su "mesa chica"
dejó trascender la posibilidad de que piense volver a colocarse el traje de
candidato a presidente cuando termine su mandato. (“Mesa chica” las pelotas,
lo dijo él mismo, dos o tres veces, en público. Por un 1 % de eso a Cristina le
pegaban por querer eternizarse en el poder) Los analistas sostienen que instalar una idea así, además de
extemporáneo, sería perjudicial. (Y bastante absurdo, considerando que las
mismas encuestas lo dan perdiendo imagen, y a Cambiemos tercero en Buenos
Aires) Porque demuestra ambición desmesurada y deseo de perpetuidad, (Y
nada más lejos de un patriota que dejó la comodidad de su reposera en Los
Abrojos, para pasar a la tortura de una reposera en el country de Lewis) características
que se podrían encuadrar en la categoría de "piantavotos". Pero
parece que, según las últimas encuestas cualitativas, (Volvieron) en el
caso específico de Macri, conllevaría un efecto positivo. (Ahí está, con él
haga lo que haga, siempre es para bien) Es interesante entender por qué. (A
ver ilustrános, jeño) Es que millones de argentinos tienen la fantasía de
que un día de éstos el jefe del Estado, cansado de lidiar con los asuntos del
país, podría quitarse los atributos del mando para ir a descansar a una playa
en el Caribe. (Fantasía la pelotas: es lo que hace cada fin de semana, sin
la playa del Caribe) Ninguno de los electores consultados pudo precisar
dónde leyó o escuchó que el Presidente sería capaz de hacer semejante cosa. (Raro,
porque fueron millones. Que chanta sos Majul) Pero la fantasía colectiva de
que Macri ya "está hecho", (Hecho mierda) que no disfruta del
poder y que preferiría mil veces pasar más tiempo con su esposa, Juliana, y su
hija Antonia que escuchando a ministros, empresarios, jueces, sindicalistas y
periodistas parece estar arraigada en la conciencia colectiva nacional. (Rarísimo,
ni que leyeran los diarios que lo muestran tirado al sol rascándose el higo, con
la mujer y la hija, a la que le sacan fotos para subir a las redes cada vez que
hay un quilombo) Le dijeron a Macri, incluso, que a los inversores que
todavía dudan les encantó saber que el ingeniero está dispuesto a quedarse
durante cuatro años más, (Primero tendría que demostrar que está dispuesto a
quedarse hasta el 2019) porque eso significaría que también está dispuesto
a plantear las reformas de segunda generación que estaría necesitando la
Argentina. (O sea, la rotura de ojete definitiva, digamos)
Parece
que cuando a un dirigente con alto nivel de conocimiento lo perciben de una
manera determinada es muy difícil desarmar ese preconcepto con unas cuántas
palabras de ocasión. (“Parece”. O sea que todos los consultores de imagen
estarían robando la plata digamos, no hay nada que puedan hacer. Y no importa
cuantas cagadas se mande gobernando. Estás redefiniendo el concepto de chanta,
Majul. Y sus límites) En 2011, cuando Macri, después de haber anunciado con
insistencia que sería candidato a presidente, finalmente se bajó, le adjudicó a
Durán Barba las razones de su decisión final. (Y te dejó a vos prendido del
pincel, con esa famosa columna en la que asegurabas que era candidato, iba al
balotaje con Cristina y ganaba) Entonces explicó que su asesor, con los
números en la mano, (¿De las encuestas cualitativas? Porque si son con
números son cualitativas) le había informado que era casi imposible ganarle
a una mujer, viuda, y con la sensación de que la economía marchaba viento en
popa. (“Sensación”, claro, como la térmica, o la de la inseguridad) "No
se puede competir contra la empatía que provoca el llanto de una viuda
dispuesta a trascender su dolor para ponerse al servicio del país", fue lo que le habría
recomendado Durán Barba. (Ah, el 54 % fue por eso, claro. La economía no
tuvo nada que ver. Perfecto, sigamos)
El asesor ecuatoriano, una verdadera máquina de
ganar elecciones, (Y de decir pelotudeces, digamos todo) también es un
experto en registrar la alta volatilidad de las emociones colectivas. (Basado
en sus continuos viajes en bondi por el conurbano, y largas horas de cola en la
feria) Porque ahora más de la mitad de quienes la eligieron entonces y le
ayudaron a ganar con el 54 por ciento de los votos la considera una persona que
no dice la verdad (Cosa que a Macri no le pasa, ponéle) y desearían
verla presa, no besando a niños refugiados en Grecia. (Ah, mirá vos, ese
efecto se registra en los que la votaron. Lo cual implica que los que no la
votaron desearían verla muerta, digamos) Ya ni siquiera importa mucho lo
que diga y muy poco de lo que haga. Ni la ropa que se ponga ni las lágrimas que
derrame ni su opinión sobre el tan meneado "dos por uno".” (Obvio,
a nadie le importa, no da ni para escribir dos o tres columnas a la semana en
distintos diarios hablando todo el tiempo de ella. Ah, no, pará...)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.
2 comentarios:
"De machos alfa, viudas altaneras y 'escritores' pelotudos".
Ahí. Ese es el verdadero título.
Notar además como los mercenarios de Clarín salen en manada:
"La caricatura más patética de una casta"
(http://www.lavoz.com.ar/node/1111127)
Lucho Avilés y Jorge Rial, listos para hacer juicio por competencia desleal.
A estas alturas, a luisito debieran estudiarlo en el CONICET o sitio así, es un hito inevitable hasta poder llegar a definir al pelotudo químicamente perfecto. Que sirva para la ciencia, que como "analista"......ay, mamita....
Publicar un comentario