EL CANUTO DEL CAMPO EN NÚMEROS

Los decretos de Lifschitz cuyas imágenes ilustran el post modifican la fuente de financiamiento de obras comprendidas en el plan de inversiones para ser financiadas con el Fondo Federal Solidario, conformado con la coparticipación del 30 % de las retenciones a las exportaciones de soja y sus derivados; porque no están llegando las transferencias por ese rubro en función de que en “el campo” encanutan la cosecha, esperando la devaluación post electoral, y la baja en cinco puntos más de las retenciones a partir del 1º de enero del año que viene anunciada por el gobierno de Macri.

En consecuencia, las obras pasan a ser financiadas con Rentas Generales, para luego reintegrarle las partidas cuando llegue lo del fondo soja; algo de dudosísima viabilidad legal porque los recursos afectados (como el fondo sojero) solo pueden ser ejecutados en la medida de su ingreso efectivo, y para el fin para el que fueron previstos.

Pero lo interesante del caso es que muchas obras son en rutas provinciales, puentes y alcantarillas, es decir en infraestructura que "el campo" reclamar mejorar para "sacar la producción"; para lo cual Santa Fe (como otras provincias) tomó deuda en dólares, y ni falta hace decir que además de no liquidar la cosecha para que ingresen retenciones, su aporte a las Rentas Generales de la provincia (vía Inmobiliario Rural, pues están exentos de Ingresos Brutos) es irrisorio.

Acá están los datos de la ejecución presupuestaria de la provincia al 31 de agosto, de los que surge que por Impuesto Inmobiliario se recaudaron $ 2.382.240.000, un 35 % de los cuáles corresponden al Inmobiliario Rural: unos $ 833.784.000, el 0,83 % de lo recaudado por el Estado provincial en los primeros ocho meses del mes.

De los mismos datos surgen que al 31 de agosto habían entrado a la provincia $ 1.337.166.000 por el fondo sojero que viene de la nación, el 70 % de eso va a la provincia y el 30 % restante a los municipios y comunas.

Acá está la ejecución presupuestaria nacional al día 5 de octubre. Curiosamente (o no tanto) el Fondo Federal Solidario no aparece expuesto en los recursos comparando lo presupuestado con lo ingresado efectivamente, pero en total se recaudaron por esa vía $ 15.480.020.000, de los que el 8,97 % (se toman los índices de la coparticipación federal) le corresponde a Santa Fe, o sea unos $ 1.388.558.000.

Lo que supone que en los 35 días transcurridos entre el 31 de agosto (corte de la ejecución presupuestaria de la provincia) y el 5 de octubre (corte de la nacional) solo entraron por el fondo sojero poco más de 51 millones de pesos: cerraron el grifo digamos, y no el gobierno de Macri (las transferencias son automáticas, como la coparticipación), sino la gringada. 

Según este otro cuadro que muestra la ejecución del presupuesto nacional por programas, al 5 de octubre solo se había ejecutado el 44,11 % del Fondo Federal Solidario; es decir que calcularon recaudar (en cifras redondas) unos 35.386 millones de pesos, y a esa fecha entraron solo 15.607, o sea 19.799 palos menos para el Estado y las provincias, que duermen en los silos bolsa.

Como el fondo sojero es el 30 % del ingreso total de las retenciones a las exportaciones del poroto y sus derivados, lo encanutado representa unos 65.930 millones de pesos que el Estado se perdió de recaudar, sin contar lo que resignó por la baja de retenciones dispuesta por Macri apenas empezó su gobierno, y los cinco puntos adicionales que resignará a partir del 1º de enero.

Si sumamos todo, estamos en los volúmenes de los tarifazos que aplicaron “para reducir el gasto público en subsidios”, o los del ajuste del gasto que plantean para el año que viene en el presupuesto. Sin contar -claro- las divisas genuinas que dejan de ingresar al país en un año en el que el déficit de la balanza comercial podría superar los 6000 millones de dólares.