Había bancado a muerte los tarifazos de
Macri y Aranguren porque “hay que sincerar el costo de la energía y resolver el
desastre que nos dejó el kirchnerismo”. Pero bastó que Durán Barba planteara
como estrategia hablar de los impuestos en los servicios para no hablar de la
rentabilidad extraordinaria del presidente, sus amigos, parientes, socios y
testaferros, para que se anotara en la carrera a ver quien baja más impuestos.
Y como siempre,
manda fruta mal: la cuota de alumbrado público (CAP) nunca puede ser el 10 % o
más de una factura de la EPE, cuando es el 6 % del precio básico a abonar (es
decir, el cargo por conexión a la red más el consumo efectuado), antes de
impuestos: IVA, Fondo de Electrificación Rural, Energías Renovables y Ley 7797
(vulgarmente llamado impuesto a la energía); sin contar Ingresos Brutos que la
distribuidora provincial lo carga en el precio del kilowat y no lo discrimina
en la factura.
Por otro lado, si fuera el 10 % de la factura de luz, debería representar el mismo porcentaje en los ingresos de la EPE por tarifas (porque se cobra en las facturas), y está lejos de eso: tomando los datos de la Cuenta de Inversión del 2016 (último año disponible de la misma) fue exactamente el 3,18 % del total de esos recursos, y para el presupuesto de éste año la cosa no cambia: los ingresos por la CAP serán (antes de los tarifazos) de 600 millones de pesos, sobre un total de $ 19.174.400.000 que recaudaría la EPE por tarifas, siempre antes de los aumentos, es decir el 3,13 %. Las proporciones se mantienen casi iguales entonces.
Tampoco es que Corral es
un gran desprendido: en un presupuesto municipal que estima recaudar recursos
para éste año por $ 5.798.318.929, la CAP representa $ 16.272.118 (ambas cifras tomadas de la Ordenanza de presupuesto); lo que
supone que la inconmensurable generosidad de nuestro lord mayor lo llevará a
desprenderse de la friolera del 0,28 % de sus recursos.
Y tampoco es que lo
de “pelear foco a foco” por renunciar a la CAP, lo obligue a postergar un
fenomenal plan de alumbrado público: en el mismo presupuesto, el programa
“Mejora del alumbrado público y electromecánica” a cargo de la Secretaría de
Obras Públicas tiene asignadas partidas por $ 78.027.289, o sea el 1,34 % del
total del presupuesto municipal.
De esos algo más de
78 millones, $ 40.426.812 (el 51,81 % del programa) se van en el ítem
“Coordinación”, es decir, en el pago de los sueldos y gastos de funcionamiento
de la Dirección de Alumbrado Público y Electromecánica de la Municipalidad.
Los restantes
fondos se reparten en $ 35.748.009 para “Mantenimiento” (reposición de
luminarias dañadas, rotas o robadas) y $ 1.852.468 para “Expansión” (colocación
de columnas de iluminación y luminarias en las calles y barrios que no la
tienen.
Es decir que Corral
pensaba gastar el 0,61 % del presupuesto municipal en reponer luminarias, y
otro 0,03 % en poner luz donde no hay. Así que tampoco es que antes de todo
esto Santa Fe era la ciudad luz, o que el bache que tendrá que cubrir Corral es
tan grande: con los $ 44.890.000 que tiene presupuestados para publicidad
oficial en los medios, le alcanza y le sobra.
Con un detalle adicional: pese a que la CAP se cobra con un fin específico (financiar el alumbrado público y su infraestructura), en el presupuesto municipal figura como "recurso de libre disponibilidad"; lo que supone que Corral lo puede usar para lo que quiera, por ejemplo para subsidiar punteros, pagar publicidad en los medios o los sueldos del gabinete.
1 comentario:
acá las únicas luces verdaderas son las de ustedes, compañeros.
Gracias!
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