LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 28 de julio de 2011

QUE ALGUIEN PINCHE LA NUBE DE PEDOS SOCIALISTA


Leemos en La Capital declaraciones de Pepitito Marrone (a), el ministro de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, tratando de explicar que el problema institucional que se planteará a partir de diciembre, cuando Bonfatti comience su gobernación con una Cámara de Diputados con mayoría opositora (35 legisladores sobre 50) no es culpa de la boleta única, sino de la Constitución de la provincia y que por eso hay que reformarla.

Una pavada similar dijo el propio Bonfatti en la noche del domingo cuando salió a celebrar su victoria.

No será del bueno pero es queso, decía el gallego mientras se comía un pan de jabón Federal: Superti fue uno de los principales defensores de la boleta única, y se resiste a aceptar la realidad de que el engendro que inventaron (en complicidad con el ultra nabo de Javkin), terminó siendo un corchazo directamente dirigido al dedo gordo de su propio pie.

Con el ejemplo (pavotón) del auto nuevo y las calles viejas, enumera otros casos similares: por ejemplo el Consejo de la Magistratura y la selección de los jueces.

Que radicales, socialistas y aledaños sigan creyendo que en política todo pasa por las alquimias de las reformas institucionales explica que sólo podrán seguir ganando elecciones, en la medida en que el peronismo provincial no resuelva su profunda crisis.

En el plano nacional -donde importan los tejidos grasos, como decía Homero Manzi- pasarán bastante más años, quizás décadas; hasta que puedan darse el gusto, a menos que se dejen de boludear con estas cosas.

Cosas que les suceden por traspasar los disparates del CIPPEC, Poder Ciudadano, Conciencia y todos eso forros descafeinados, al plano de las instituciones políticas, donde las definiciones tienen que venir de los partidos, que son los que en definitiva pagan costos electorales si se equivocan.

Supongamos por un momento que los legisladores opositores deciden que no tienen nada mejor que hacer a partir de diciembre que levantarle los dos tercios de las manos a Bonfatti para declarar la necesidad de reformar la Constitución, e incluir dentro de la reforma lo que Pepitito no se anima a decir: retocar el artículo 32 para que, el que gana a gobernador, gane también a Diputados las 28 bancas de la "mayoría automática", aunque pierda en esa categoría.

Porque no creemos que esté planteando que se establezca la proporcionalidad pura y simple en el reparto de las 50 bancas de Diputados (y no sólo a las 22 de la minoría), porque aun así la situación de Bonfatti (u otro a los que el día de mañana le pase lo mismo) no se modificaría.

Aun en ese hipotético caso, para garantizarse gobernabilidad (o sea: controlar las dos Cámaras de la Legislatura con sus bloques para imponer sus proyectos, como cuando en el Congreso funcionaba la "escribanía" que ellos denostaban), les quedaría por resolver el problema del Senado, donde cada senador por Departamento se elige a simple pluralidad de sufragios, siendo el Departamento un distrito único.

Alguno dirá: por eso propusieron ya en este gobierno suprimir el Senado, y que la Legislatura sea unicameral. Ajá, sí, y los senadores (actuales y futuros) lo van a votar; hay tanta probabilidad de que eso pase como de que Biolcatti pida retenciones móviles, ofrezca pagar impuestos, o poner paritarias para los peones.

Es que los problemas políticos como los que tendrá Bonfatti a partir de diciembre no se resuelven con alquimias institucionales, como la boleta única o la reforma constitucional.

De hecho: el problema que tiene Bonfatti con los diputados -mal que le pese a Superti- fue creado por la boleta única: no es casual que nunca haya pasado antes.

Se impulsó un engendro anti-político, anti-militancia (para evitar el reparto de votos casa a casa y el tradicional meloneo) y disolvente de cualquier construcción política con base territorial.

Que es lo que tiene que dedicarse a hacer un partido en serio que quiera gobernar en serio una provincia, sin quedar eternamente confinado a ser una fuerza municipal; como le pasa al socialismo aunque Bonfatti haya ganado, y aunque Binner crea que puede ser presidente.

Y si no vean los resultados del domingo, que se los refresca esta columna de Eliaschev en La Nación, autor y medio incuestionables para los republicanos. 

Y ojo que el consejo vale también para el PJ, donde los senadores votaron la boleta única jugando su propio partido, y así nos fue.

Hace poco en Buenos Aires lanzaron la campaña "Pinchále los globos a Macri", o algo parecido.

Desde acá hacemos un llamado a la solidaridad: que alguien pinche la nube de pedos en que está viajando el socialismo.

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