Parece que hubo gente que estuvo atenta a otros párrafos del discurso de Cristina en el Congreso, como el novio de Luly Salazar, Tincho "Sin reservas" Redrado; que reparó en el anuncio de que se examinará la rentabilidad de las empresas.
Explicaciones sobre las causas de la inflación hay muchas, según sea quien las dé o la visión económica que se asuma, pero la de Redrado pica en punta como novedosa: según él, la inflación no es culpa de que los empresarios ganen mucho, sino de muchos otros factores, como el gasto público, la política monetaria o el tipo de cambio.
Sería interesante realizar un experimento para poner a prueba la teoría de Redrado: suprimir por completo la rentabilidad empresaria (o sea que las empresas trabajen al costo, y no tengan ganancia), y ver que sucede con la evolución de los precios y la inflación.
Para sacarnos la duda, ¿vieron?, porque el discurso del Golden Boy se parece sospechosamente al de esos empresarios que todo el tiempo están diciendo que les preocupa la inflación, mientras se dedican a aumentar los precios "para cubrirse".
En reiteradas oportunidades ha dicho Cristina que muchas empresas argentinas (no casualmente, las que más protestan porque "no hay clima adecuado de negocios para invertir") tienen niveles de rentabilidad récord, que superan por mucho los estándares internacionales.
O sea: la levantan con pala, y desde hace muchos años.
Y es muy correcto que el gobierno vincule esa rentabilidad con los aumentos de salarios, porque son esas mismas empresas (por boca de dirigentes empresariales como De Mendiguren o Funes De Rioja) las que salen a pedir techos salariales para las discusiones en paritarias; ocultando que el famoso "costo laboral" es muchísimo menor del que cacarean en público.
Empresas que tienen la obligación de exhibir sus números al fisco (para comprobar por ejemplo la consistencia de sus declaraciones juradas del Impuesto a las Ganancias), y de mostrar el llamado "balance social" si cotizan en bolsa; por lo que no se entiende entonces cual es el problema insoluble que plantea Redrado al respecto.
¿O sabe Redrado que los muchachos dibujan números a lo pavote para evadir impuestos o no pagar aumentos a sus empleados?, lo cual sería gravísimo tratándose en su caso de un ex funcionario público, y no uno cualquiera: fue nada menos que presidente del Banco Central.
Justamente este tema del acceso a la información de los balances de las empresas, es uno de los principales motivos por los cuales los empresarios se oponen al proyecto Recalde de participación en las ganancias; con lo que la advertencia de Cristina en el Congreso matiza así su rechazo a que se discuta en el Congreso, derivándolo a las paritarias.
Si los niveles de rentabilidad son razonables -es decir, de acuerdo a los estándares de los países serios, con los que siempre nos comparan- ¿cuál es entonces el problema con que el gobierno examine los números de las empresas?
A menos que crean que somos todos unos boludos, que estamos convencidos de que la inflación la generan Moreno y el Indec.
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