Cuando se votó en el 2005 la ley de financiamiento
educativo que permitió llevar la inversión en educación, ciencia y técnica al
6,8 % del PBI Esteban Bullrich (hoy eventual ministro del área si gana Macri)
votó a favor, pero advirtiendo que además de invertir más recursos, había que
garantizar la calidad.
Macri -que por entonces era
diputado- estuvo ausente de la sesión en Diputados como se lo recordó ayer Scioli en el debate, y los 37 votos en contra
que tuvo el proyecto en la Cámara fueron todos de los diputados de la UCR; hoy
aliada al jefe de gobierno porteño en “Cambiemos”; con el argumento de que la
ley avanzaba sobre la autonomía de las provincias.
Al discutirse el mismo año la Ley 26.058 que restableció la enseñanza técnica en todo el país tanto el PRO como la UCR votaron en contra con el argumento de que previamente debía derogarse la Ley Federal de Educación del menemismo; pero cuando al año siguiente se votó la Ley de Educación Nacional 26.206, que la reemplazó y estableció -entre otras cuestiones- la obligatoriedad de la enseñanza secundaria; la UCR y el PRO volvieron a votar en contra.
Al discutirse el mismo año la Ley 26.058 que restableció la enseñanza técnica en todo el país tanto el PRO como la UCR votaron en contra con el argumento de que previamente debía derogarse la Ley Federal de Educación del menemismo; pero cuando al año siguiente se votó la Ley de Educación Nacional 26.206, que la reemplazó y estableció -entre otras cuestiones- la obligatoriedad de la enseñanza secundaria; la UCR y el PRO volvieron a votar en contra.
Desde que llegó al gobierno de la
CABA en el 2007, el PRO no privatizó las escuelas públicas de la ciudad -no
hubiera podido aunque quisiera- pero dispuso cada vez menos recursos para la
educación pública: Educación fue perdiendo participación relativa en el gasto
total en forma constante desde entonces, año tras año.
Es decir entonces que la supuesta
tensión entre inversión para garantizar masividad y búsqueda de la calidad
educativa, la resolvió restándole recursos a la educación: están presentes aun
las protestas de los alumnos por las condiciones edilicias de algunas escuelas,
y el episodio de las aulas contáiner.
En el 2013 se discutió en la
Cámara de Diputados el proyecto de Adriana Puiggrós que modificaba la Ley de
Educación Superior para garantizar la absoluta gratuidad de la enseñanza de
grado en las universidades públicas, y la eliminación de las restricciones para
el ingreso. Gabriela Michetti -entonces diputada, hoy candidata a vice de
Macri- votó en contra, al igual que el resto de la bancada del PRO.
Hace unos días el Senado completó
la sanción del proyecto y Michetti -ahora senadora- se ausentó de la sesión
para no volver a votar en contra, cosa que sí hicieron los restantes senadores
del PRO.
¿Hay que creerles que les
preocupa la calidad de la educación cuando ni siquiera han demostrado que les
interese su financiamiento y su gratuidad como garantía del acceso más amplio
para todos?
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