El sistema más eficaz y directo para destruir la industria nacional y el empleo, es la apertura de las importaciones que proponen diversos voceros del PRO, para amortiguar el impacto inflacionario de una eventual devaluación.
El crecimiento sin precedentes de la actividad industrial a lo largo de estos últimos años, generó la creación de miles y miles de empleos vinculados a las distintas ramas de la industria, empleos con muy buenos niveles salariales, y que desaparecerían en gran número a partir de una apertura de las importaciones.
La causa es sencilla. Cualquier país que permite el ingreso indiscriminado de bienes importados, se expone a que los países con excedentes de producción, lo invadan con productos a precios inferiores a los que se producen localmente. Esos países comercialmente invasores, para mantener su volumen de producción y las fuentes de trabajo en su territorio, siempre están en la búsqueda de mercados “abiertos” para colocar sus productos, muchas veces artículos de dudosa calidad. Y esos productos son ofrecidos a un precio inferior, porque a esa ventaja “competitiva” en el precio, la obtienen entre otros factores, a través de mano de obra barata con salarios cuatro o cinco veces inferiores a los que percibe un obrero industrial en Argentina.
Y el nivel de salarios que perciben los trabajadores de nuestro país es fundamental, porque a través del poder adquisitivo del salario, la población consume bienes y productos, y eso genera un mercado interno que aumenta su producción ante la demanda de los consumidores, como ocurrió en Argentina desde el año 2003 a la fecha.
Pero invadidos por productos importados, los fabricantes locales disminuirán sus ventas, y si las ventas se caen, hay menos producción, por lo que se necesita menos manos de obra, y comienzan los despidos. Y cada despedido, es una familia menos que consume, una familia que ya no compra.
Entonces el que tiene un negocio y piensa que le da lo mismo vender productos nacionales o importados, y que si los importados son más baratos venderá más, se equivoca. Eso podrá suceder un breve tiempo, porque en la medida que los productos importados vayan desplazando a los nacionales, se irán cerrando fábricas y aumentará la desocupación. La gente sin trabajo no tiene capacidad de consumo. Entonces los clientes serán menos, indefectiblemente, serán menos las ventas, menos las ganancias, y comenzarán también los despidos de los empleados de ese comercio ante la falta de actividad. Empleados que pasarán a engrosar la fila de desocupados sin capacidad de consumo.
Ante cada producto que viene del extranjero, la industria nacional producirá menos y eso significa menor cantidad de empleados.
El dueño de una PYME, el empleado de la fábrica, los proveedores de la empresa, los comerciantes que venden esos productos en sus locales, los viajantes que los distribuyen por todo el país, todos, todos dependen de esa producción y de las ventas, porque a partir de esa actividad, se obtienen ingresos, y a su vez, se consumen productos que producen otras ramas de la producción local. La apertura de las importaciones quiebra esa cadena, y detrás de cada actividad que quiebra, queda el costo social de la desocupación y la pobreza.
5 comentarios:
¿El del video es Vittori,el de El Litoral?
Una cosa es lo que dice y otra la que escribe.
¿Está esquizofrenico el gordo?
Esta bueno escribir compañeros blogueros, pero hay que salir a decirlas en la calle, casa por casa, puerta por puerta.
No hay que pedir que nos llamen. Estos blog por lo general son leidos por los nuestros, hay que salir por los otros
Abrazo
Fijate en el comentario del ano de 14:13.
Otro que en lugar de preocuparse por lo que se le puede venir encima, desacredita al tipo que habla. Ponele que tenga razón, que el tipo sea un farabute. Yo no tengo la menor idea de quién es.
Pero de lo que si tengo idea es que la PESTE NEOLIBERAL nos dejó varias veces con el culo p'arriba. Cambian el vestuario y la escenografía, pero el libreto SIEMPRE ES EL MISMO. Los que terminan pagando el pato son los laburantes.
Si producimos la maldición de que resulten triunfadores el 22 de noviembre, anunciarán muy sueltos de cuerpo que "se terminó la fiesta".
Que ahora "habrá que pagar la factura". ¿Y sabés quienes deberán pagarla y de qué manera?
¿Los empresarios con parte del dinero que ganaron? NO.
¿Los bancos con la enorme utilidad que obtuvieron? NO.
La vas a pagar VOS y todos los que vivan de un sueldo, tengan una pyme o cobren algún beneficio jubilatorio. Y la forma de pago será el congelamiento de sus haberes, su reducción o en el caso de los activos, la pérdida de su trabajo por el achicamiento de las nóminas o el cierre de las empresitas.
VOS sos el que constituís un GASTO con tu sueldo exhorbitante y esos viejos inútiles que cobran fortunas, muchos sin siquiera haber aportado. Si laburaron sin aportes o si los cagaron, es un problema de ellos.
Y se producirá ese CAMBIO tan deseado, tan cacareado y tan poco explicado. Dicen que para arrepentirse, siempre hay tiempo.
Pero en esa oportunidad, estoy seguro que un arrepentimiento sería totalmente al pedo.
La idea es que el que las lea tenga algo para decir cuando sale a la calle, en lugar de (ponéle) "eh, gato, no votés a Macri", o algo por el estilo.
Pretender que abriendo las importaciones, se neutraliza el efecto inflacionario de una devaluación, es un delirio.
Los que aquí se reconvierten a empresas importadoras, compran porquerías a 1 y las venden a 10, pero también acompañan las subas de precios por la devaluación de los productos locales, alimentando la inflación también con los productos importados, ingresados en teoría para descomprimir precios.Sube el precio del producto nacional, los importadores también suben los precios de los importados.
Y en la medida que más devalúan el peso, los importadores más aumentan acá el precio en pesos del producto que importaron, para mantener así los márgenes de ganancias en dólares y hacer nuevas compras manteniendo la diferencia.
Y mientras tanto, acá cierran las fábricas.
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