A propósito del
proyecto de reformas al régimen del “compre nacional” que debate el Congreso,
decíamos los otros días acá que el gobierno “...presionado por los acontecimientos, envió un proyecto que no tiene ninguna convicción de defender o aprobar, y que no representa para sus objetivos ninguna prioridad; tanto que por ejemplo Macri jamás lo mencionó siquiera al pasar en sus habituales pases de factura al Congreso por las hipotéticas “trabas” que le pone a su gestión.
Más allá de que no se puede cuestionar que la dirigencia industrial le ponga pilas al proyecto de “compre nacional”, es difícil en éste contexto no verlo como un cazabobos para mantenerlos entretenidos; tal como sucede con el discurso anti-obrero del gobierno (“mafia de los juicios laborales”, críticas al sindicalismo, “bajar los costos laborales”, baja de los aportes patronales), que suena agradable a sus oídos (incluso de las Pymes), mientras los asfixian hasta morir con la depresión del consumo interno (justamente por la “baja del costo salarial”), la apertura de las importaciones, los tarifazos y las siderales tasas de interés.”.
Más allá de que no se puede cuestionar que la dirigencia industrial le ponga pilas al proyecto de “compre nacional”, es difícil en éste contexto no verlo como un cazabobos para mantenerlos entretenidos; tal como sucede con el discurso anti-obrero del gobierno (“mafia de los juicios laborales”, críticas al sindicalismo, “bajar los costos laborales”, baja de los aportes patronales), que suena agradable a sus oídos (incluso de las Pymes), mientras los asfixian hasta morir con la depresión del consumo interno (justamente por la “baja del costo salarial”), la apertura de las importaciones, los tarifazos y las siderales tasas de interés.”.
Y muy errados no
estábamos: leemos en La Política Online que los legisladores de “Cambiemos”
(obviamente que en consulta con el Ejecutivo) resolvieron cajonear el proyecto,
disconformes con los cambios propuestos por la oposición.
Como por ejemplo
ampliar al 20 % los márgenes de preferencia para la participación de empresas
nacionales en los contratos del Estado, incluir la participación de las Pymes y
-dentro de los sujetos obligados por la norma- a las empresas públicas, y a las
privadas concesionarias, licenciatarias o permisionarias de servicios públicos.
Así se evitar -por
ejemplo- que YPF compre pelotas chinas para las promociones de sus estaciones
de servicios, y se ampliaría el universo de demanda que puede abastecer la
industria nacional.
La decisión del oficialismo no sorprende,
por el contrario es consistente con sus propios antecedentes, y con toda la
política de desprotección y destrucción planificada de la industria nacional
llevada a cabo hasta acá.
Que incluye -como señalábamos antes- la
búsqueda de un acuerdo de libre comercio UE-Mercosur que supone precisamente
eliminar todos los regímenes de preferencia para la industria nacional en las
compras del Estado, el régimen de “participación público-privada” (donde la
“oposición constructiva” pretendió introducir salvaguardas que se revelaron
letra muerta), el “plan de reconversión industrial” y la apertura de las
importaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario