En el Boletín
Oficial de hoy apareció publicado el Decreto 882 (completo acá), que dispone
fusionar ENARSA (Energía Argentina Sociedad Anónima) y EBISA (Emprendimientos
Energéticos Binacionales Sociedad Anónima), la empresa que explota la venta de
energía producida por emprendimientos binacionales (como Yaciretá o Salto
Grande) en una nueva empresa que se llamará Integración Energética Argentina
S.A.
A esta nueva empresa se le otorga (por el
mismo decreto) la concesión para la
generación de energía eléctrica correspondiente a las centrales hidroeléctricas
sobre el río Santa Cruz que se están construyendo con los préstamos chinos; que
vuelven a llamarse “Cóndor Cliff y “La Barrancosa”, en lugar de “Presidente
Néstor Kirchner” y Gobernador Jorge Cepernic” como las habían denominado sendas
leyes de la Legislatura de Santa Cruz. Pero el cambio de nombres es lo de
menos: el mismo decreto autoriza al ministerio de Aranguren a transferir la
concesión al sector privado, que se quedaría así con un negocio para cuya concreción
(la de las represas) se endeudó el Estado argentino.
Al mismo tiempo el decreto autoriza a Aranguren a vender, ceder o
transferir los activos correspondientes a las Centrales Térmicas de Generación
Eléctrica “Ensenada de Barragán” y “Brigadier López”, los activos y los
derechos correspondientes al proyecto Central Termoeléctrica Manuel Belgrano
II; así como a cancelar los respectivos proyectos (sin importar cuanto estén
avanzados a la fecha), o continuarlos pero en éste caso mediante inversión privada.
También el decreto (fundado genéricamente en las atribuciones
constitucionales del presidente, y sin contemplar participación alguna del
Congreso habilita a Aranguren a desprenderse de la participación accionaria de
ENARSA en CITELEC (Compañía Inversora de Transmisión Eléctrica Sociedad
Anónima; y a proceder a la venta, cesión u otro mecanismo de transferencia de
las participaciones accionarias de titularidad del Estado Nacional en Central
Dique Sociedad Anónima, Central Térmica Güemes Sociedad Anónima, Central Puerto
Sociedad Anónima, Empresa de Transporte de Energía Eléctrica por Distribución
Troncal de la Patagonia (TRANSPA) y DIOXITEC S.A..
En alguna de esas empresas los accionistas mayoritarios (que
seguramente comprarán las participaciones accionarias del Estado) son Pampa
Energía, de Marcelo Mindlin, y SADESA de “Niky” Caputo. Es decir, desguazar por completo la
participación del Estado en la generación, transporte o distribución de energía
en seguro beneficio de Mindlin, Caputo, Lewis y los demás amigos y testaferros
de Macri, justo cuando bajan los subsidios y suben las tarifas.
Y por si todo eso fuera
poco; conforme al decreto Aranguren también puede ceder los derechos que
correspondan al Estado Nacional en relación con varias centrales de generación
eléctrica, las sociedades de igual nombre y los fideicomisos relacionados, a
saber: Termoeléctrica Manuel Belgrano, Termoeléctrica José de San Martín
(Central Timbúes), Termoeléctrica Vuelta de Obligado y Termoeléctrica Guillermo
Brown; todas construidas por el Estado nacional durante los gobiernos de Néstor
y Cristina, y bajo la responsabilidad del Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios a cargo de Julio de Vido, hoy preso político sin
condena en Ezeiza.
A juzgar por el decreto,
son otros los que deberían ir presos.
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