Tras la revelación de Marcos Peña, la izquierda exige derogar las leyes que financian a la Iglesia https://t.co/rO9Jvdjvpn pic.twitter.com/qBUyBy8C1o— Clarín (@clarincom) 15 de marzo de 2018
Como se estaban disipando las bombas de humo de "la luz verde para debatir la despenalización del aborto" y "Macri, el feminista menos pensado que propone la equidad de género en las relaciones laborales", Lousteau (la Manaos de "Cambiemos") acudió en auxilio propio y del gobierno; y para fortalecer su imagen de "progre" le preguntó al Jefe de Gabinete durante su paso por el Congreso cuanto gastaba el Estado en sostener el culto católico, y cuanto cobraban los obispos.
El resultado fue previsible: de todos los temas que se dipararon con el informe del Jefe de Gabinete, todos los medios hegemónicos salieron en cadena a celebrar la "revelación" aportada por Peña, a partir de la pregunta de Lousteau; y la izquierda se engancha y se desayuna con que hay leyes que derogar, porque financian a la iglesia.
Mientras tanto, por supuesto, toda la discusión sobre la economía, la vuelta del FMI, el posible préstamo de 10.000 millones de dólares, el cepo a las paritarias, la inflación de febrero que no subió como dijo Peña a menos que 2,4 % sea menos que el 1,8 % que había dado en enero, pasaron a un completo segundo plano: Durán Barba, agradecido.
Lo curioso es que un diputado pregunte y el Jefe de Gabinete responda como si se tratara de secretos de Estado, sobre datos que figuran en el presupuesto de todos los años; y el de éste (aprobado a fines del año pasado) no es la excepción, como pueden ver en ésta captura de pantalla, sacada de la parte correspondiente a la Secretaría de Cultos del Ministerio de Relaciones Exteriores:
Donde como pueden ver, figura no solo cuanta plata gasta el Estado en el sostenimiento del culto católico, sino cuantos son los obispos, arzobispos, curas y seminaristas que cobran una asignación mensual pagada con dineros públicos; en base a un conjunto de normas sancionadas en la última dictadura. Con lo que "El Libro de las Revelaciones" no sería el Apocalipsis como hasta ahora se pensaba, sino el Presupuesto nacional.
Antes de que alguno se apresure a conjeturar que acá estamos a favor del "beneficio", leer ésta entrada escrita apenas 3 días después de la elección de Bergoglio como Papa, hace exactamente cinco años atrás. Lo cierto es que más allá del pago de una "asignación" (jubilación de privilegio, en realidad) a los obispos y arzobipos creada por Videal, la obligación del gobierno federal de proveer al sostenimiento del culto católico surge del artículo 2 de la Constitución Nacional.
De allí que nosotros decíamos hace cinco años atrás y en medio de la euforia de la elección de un Papa argentino que la asignación a los obispos (exenta además de pagar Ganancias) era "Un privilegio que es consecuencia de la interpretación que se hace del artículo 2 de la Constitución Nacional, que establece la obligación del gobierno federal de proveer al sostenimiento del culto católico, apostólico romano; una rémora de 1853 que ni siquiera la reforma del 94' (que por ejemplo eliminó el requisito de ser católico para poder ser presidente) eliminó.".
Y de allí que más allá de derogar la Ley 21.950 de 1979 (que es la que establece la "asignación" para obispos y arzobispos), la discusión sobre el sostenimiento del culto católico o la separación de la iglesia y el Estado requiere de una reforma constitucional; como sin ir más lejos sancionó el Congreso en mayo de 1955, en pleno conflicto del gobierno de Perón con la jerarquía ecleciástica. O sea, un debate tan posible hoy como el de la pena de muerte, digamos.
Pero "revelación", lo que se dice "revelación", las pelotas. A menos que cierta gente -como Lousteau- voten a favor de algo (como el Presupuesto, ponéle), sin haberlo leído antes en detalle:
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