LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

jueves, 3 de mayo de 2018

CUANDO LA LIMOSNA ES GRANDE, HASTA EL SANTO DESCONFÍA


Varias veces hemos contado acá la historia de Boldt y sus innumerables contratos con el Estado provincial, que se remontaban a 1984 y atraviesan todos los gobiernos, sin distinción de colores políticos. En la etiqueta respectiva a la que pueden acceder siguiendo este enlace están todos los posteos publicados sobre el tema, que dan cuenta de los servicios que el grupo prestó y presta a la provincia; desde la impresión de las boletas únicas a las obleas de la revisión técnica vehicular, pasando por alquileres de inmuebles o provisión de radares para la Agencia Provincial de Seguridad Vial.

De todos esos contratos, el más importante sin dudas por su volumen es aquel por el cual la empresa presta el servicio de captura y procesamiento electrónico de los juegos de azar de administra la Caja de Asistencia Social Lotería de Santa Fe.

Un contrato que le permite a Boldt embolsar millones al año, cobrando por sus servicios un porcentaje de la recaudación de cada uno de esos juegos, y una suma fija por las consultas que se hace desde el Estado a terminales del sistema.

Desde el año 2013 (última vez que se le adjudicó el servicio, que viene prestando como dijimos hace 34 años) esa retribución era del 5,35 % más IVA del total de la recaudación de los juegos de la Caja, y 70 $ por cada consulta a una terminal. Para dimensionar el volumen del negocio diremos que de acuerdo con el presupuesto de éste año el producido de la recaudación de los juegos estaría en el orden de los $ 8.787.236.000, sin contar el fondo común que integran todas las loterías provinciales y el canon por la explotación de los bingos y casinos autorizados por la provincia (de estos últimos, sobre 3 que existen, dos son regenteados por Boldt).

Si se suman esos dos rubros, los ingresos de la Caja de Asistencia Social ascienden a $ 9.884.796.000, lo que supone que en la perspectiva más conservadora, Boldt se llevaría este año por el contrato de lectura de las apuestas $ 568.841.722,46; y en la variante más generosa $ 639.892.269,06; además de que en este caso por un lado pagaría un canon como licenciataria de la explotación por dos de los tres casinos de la provincia, y por el otro lo recuperaría por la lectura de las apuestas.

El contrato se vencería el 1º de septiembre del año que viene (es decir, dentro de 16 meses),con opción a prórroga por parte de la provincia por tres años más; pero al parecer y conforme lo muestra el decreto cuya imagen encabeza el post, el gobierno de Lifschitz ha decidido acelerar los tiempos, y hace uso ahora de la opción de prorrogarlo hasta el 2022, o sea cuando hayan transcurrido las tres cuartas partes del mandato de su sucesor.

Con la curiosidad de que (conforme consta en el decreto), Boldt hace un “renunciamiento patriótico” de sus beneficios, disminuyendo el porcentaje de la recaudación de los juegos con el que se queda como pago por sus servicios.

Y al parecer -según consta en el decreto- no lo haría a cambio de nada, sino de proveerle a la provincia mejor tecnología para combatir el juego clandestino (que según dice el decreto, estaría haciendo mermar los ingresos de la Caja).

La provincia, por su parte, valora el hecho de que de ese modo se “ahorra” hacer una nueva licitación (aunque la opción de prórroga estaba prevista en el contrato), que le demoraría unos 30 meses: dos años y medio para adjudicar una licitación, para que la termine ganando siempre la misma empresa, que viene prestando ininterrumpidamente los servicios desde 1984.

Como reza el dicho popular, cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.

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