En este nuevo aniversario del fallecimiento de la Abanderada de los Humildes, bueno es recordarla en una de las tantas imágenes que marcan su impronta: Votando con sus últimos alientos.
Eva fue, ante todo, una luchadora social. Y no sólo por los pobres, por los desposeídos, por los trabajadores, sino también una luchadora de género. La reivindicación de la mujer tuvo durante su vida como punto cúlmine, el reconocimiento del elemental derecho cívico que es el del voto.
Y a días del comienzo de una nueva etapa electoral, no sólo debemos reivindicar esa lucha de género -como se está haciendo masivamente-, sino honrarla.
Hemos llegado a una encrucijada. Tenemos la posibilidad de optar por dos caminos: O continuamos con este gobierno devastador de derechos de las mayorías o retomamos una senda que los reivindique y los proteja.
Eva fue denostada, ultrajada por los mismos que hoy atacan a Cristina y con las mismas armas. Se veía entonces y lo vemos a diario.
Sin embargo, la reivindicación universal de nuestra Abanderada fue tan fuerte que siempre está volviendo, siendo millones.
1 comentario:
Hay una suerte de injusticia histórica con Evita. Se la asocia con la lucha y la emocionalidad, pero no con una agudeza fuera de lo común que poseía en grado sumo.
Doy un ejemplo. Para explicarle a los militares y los clérigos la naturaleza del nacionalismo, dijo que ellos creen que defender la patria y la nación es algo distinto que defender al pueblo, cuando no solo es lo mismo sino que es el único modo.
Oti.
Publicar un comentario