Después de las mentiras de campaña del 2015, hay que reconocerle a Macri que para estas elecciones que se vienen, hay algo en lo que no miente: promete que si gana hará lo mismo, pero más rápido. Así que nadie podrá decir luego si lo vota, que fue engañado.
Y si hay algo en lo que no ocultan lo que piensan hacer, es en la reforma laboral; tanto que están hablando de que incluso la harían por DNU antes de comenzar el segundo mandato. Para eso vienen creando el ambiente (desde el 2015, para ser más precisos), como por ejemplo con ese grupete de whatsapp de los garcas más garcas de la Argentina, que han asumido el rol de ser la fuerza de choque mediática del oficialismo en éste tema.
Como Galperín, el empresario favorito de Macri, y como para no serlo, si reúne todas las condiciones para ello: considera que tener muchos empleados es un problema, reclama mercado libre para él, pero protegiéndolo contra posibles competencias, y exige que regulen todo a favor suyo. Macrismo en estado puro, digamos.
Y si hay algo en lo que no ocultan lo que piensan hacer, es en la reforma laboral; tanto que están hablando de que incluso la harían por DNU antes de comenzar el segundo mandato. Para eso vienen creando el ambiente (desde el 2015, para ser más precisos), como por ejemplo con ese grupete de whatsapp de los garcas más garcas de la Argentina, que han asumido el rol de ser la fuerza de choque mediática del oficialismo en éste tema.
Como Galperín, el empresario favorito de Macri, y como para no serlo, si reúne todas las condiciones para ello: considera que tener muchos empleados es un problema, reclama mercado libre para él, pero protegiéndolo contra posibles competencias, y exige que regulen todo a favor suyo. Macrismo en estado puro, digamos.
Este buen muchacho la ha emprendido contra Sergio Palazzo y la Bancaria, resistiendo la aplicación del convenio del sector a sus empleados, y despotricando junto a sus compañeros de grupo contra "los gremios K”...que le hacían paros a Cristina: aeronáuticos, bancarios, posiblemente camioneros. C
Con lo cual queda claro que el problema no es si los gremios son opositores o no, porque no van por los sindicalistas, aunque lo parezca: van por los salarios, por los derechos de los trabajadores, por los convenios colectivos, y lo dicen, no se cuidan de ocultarlo; con la inestimable ayuda de algunos esbirros mediáticos, como Daniel Muchnik que explicó como "solucionaron" en Estados Unidos el "problema" de Jimmy Hoffa.
Con lo cual queda claro que el problema no es si los gremios son opositores o no, porque no van por los sindicalistas, aunque lo parezca: van por los salarios, por los derechos de los trabajadores, por los convenios colectivos, y lo dicen, no se cuidan de ocultarlo; con la inestimable ayuda de algunos esbirros mediáticos, como Daniel Muchnik que explicó como "solucionaron" en Estados Unidos el "problema" de Jimmy Hoffa.
En este contexto cobra significado el brote de revisionismo histórico que vivimos por estos días, que derivó en un inverosímil intento de reivindicación
de De La Rúa y su gobierno: pagando coimas para que se votara la ley Banelco (una reforma laboral flexibilizadora luego derogada por el Congreso en el gobierno de Néstor Kirchner), el hombre "hizo lo que que había que hacer". Como los que "resolvieron el problema" de Jimmy Hoffa.
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