LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 30 de julio de 2019

FUGA EN EL SIGLO XXI


Que la fuga de capitales es un factor atávico y estructural de la economía argentina hace décadas, es cosa sabida. Y que es una de las principales razones que repercute a su vez en la crónica reaparición de la restricción externa, también.

Nadie niega que hubo fuga de capitales con todos los gobiernos, pero no deja de sorprender como se intenta sostener el relato de que solo ocurre con gobiernos “populistas” porque no generan la confianza necesaria de los inversores (locales y del exterior), para que dejen su dinero en el país en lugar de dolarizarlo y fugarlo.

Algo por el estilo pasa con esta nota de ayer en Ambito Financiero, en la que, para disminuir la responsabilidad del gobierno de Macri (al que ninguno en su sano juicio acusaría de populista) en la colosal fuga de capitales que se viene verificando desde 2015, “pega” las estadísticas del rubro desde el 2003 para acá, para incluir a los gobiernos kirchneristas.

Sin embargo, las propias cifras que da la nota (que surgen del balance cambiario del Banco Central para cada período) y el cuadro de apertura, dejan algunas perlas de interés para el análisis:

El único período que demuestra una caída sustancial de la formación de activos externos (tal el nombre técnico de la fuga de capitales) es el correspondiente al segundo mandato de Cristina (2011-2015), en que se impusieron las restricciones al acceso a las divisas coloquialmente denominadas por los medios como “cepo cambiario”. Algunas ya regían de antes, como el encaje bancario a los capitales provenientes del exterior impuesto por Néstor Kirchner en 2005.

Por contraste, el período que comenzó en el 2015 con el gobierno de Macri marca un ciclo constante en ascenso de la fuga de capitales, al igual que el ciclo del re-endeudamiento del país, y no es causalidad: en eso consiste justamente el modelo de valorización financiera en curso.

Pero además si se analizan las cifras de la fuga, se puede ver claramente como se aceleró drásticamente desde que gobierna Macri: los 102.159 millones de dólares fugados desde mayo del 2003 a diciembre de 2015 (gobiernos de Néstor y Cristina) representan un volumen mensual de fuga de 676,54 millones de dólares.

En comparación, los 70.190 millones de dólares fugados en los primeros 42 meses del gobierno de Macri (el último balance cambiario del BCRA es el de junio de este año) significan una fuga mensual del orden de los 1671,19 millones de dólares: 2,47 veces el nivel de fuga de los gobiernos kirchneristas.

Y la cosa tiende a empeorar: los 10.881 millones de dólares fugados en el primer semestre de este año representan una fuga mensual del orden de los 1813,5 millones, un aumento del 10,81 % sobre el ya insostenible nivel de fuga de capitales de la gestión de Macri.

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