LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

viernes, 5 de julio de 2019

VIVA LA GRIETA


Bastó que Juan Carr señalara que desde el 2015 para acá aumentó exponencialmente la cantidad de personas en situación de calle y que dijera que era intolerable que la ola de frío ya se hubiera cobrado cinco vidas en todo el país, para que le soltaran todos los trolls del call center que pagamos todos a caerle con todo para cuestionarlo salvajemente. Y no solo ellos: personas comunes, con las que nos podemos cruzar en la calle o en el trabajo, lo insultaron de miles de maneras, simplemente por haber dicho lo obvio.

A Juan Carr, uno de los tipos con mejor imagen del país en la opinión pública, y el mismo tipo que durante el kirchnerismo ponían como ejemplo, para contraponerlo con una presunta presunta inacción del Estado, que por entonces -decían- los indignaba muchísimo. Con los muertos por la ola de frío volvió la vieja discusión sobre los alcances de la solidaridad social, cuando termina convirtiéndose en un sustituto de la acción protectora y reparadora del Estado, que “indulta” las omisiones criminales de éste. Pero el hecho deja en claro que es algo mucho peor que eso: hay una profunda podredumbre moral en muchos sectores de la sociedad argentina, de la que el macrismo es solo el emergente político y electoral.

Las agresiones contra Juan Carr volvieron a poner en el tapete la diferencia entre constatar la pobreza, e intentar indagar sus causas: como decía Helder Cámara, “Cuando le doy comida a los pobres me llaman santo. Si pregunto por qué son pobres, me llaman comunista”. En este caso a Carr lo acusan de kirchnerista, que como sabemos, es mucho peor, o para algunos, lo más bajo en lo que alguien puede caer.

Lo real y lo concreto es que no les preocupaba la pobreza entonces (cuando le pegaban al kirchnerismo por esconderla, al discontinuar los índices oficiales de medición), ni les preocupa ahora, cuando defienden lo indefendible; como este gobierno que hambrea a la gente, les niega los remedios a los viejos, las vacunas a los chicos, y se desentiende por completo de la situación de los que tienen que vivir en la calle, como consecuencia de sus políticas económicas.

Ya ni siquiera se preocupan por mantener la ficción hipócrita del “conservadurismo compasivo” del que nos hablaban cuando llegó el neoliberalismo al poder de la mano de Reagan y Tatcher: hoy nos revelan el verdadero sentido de la “meritocracia”, que no es otro que el de la ley de la selva y el sálvese quien pueda. Hasta que el león se los come a ellos, y ahí despotrican contra el país (o contra el gobierno, si no lo votaron), que no se los merece.

Ser solidarios es una condición natural de las personas, se tiene o no se tiene, e incluso es posible que sea independiente de las opciones políticas que tome cada uno, aunque si las cosas se extreman, hasta podemos dudar de esto último; como se puede comprobar con la existencia del “macrismo social”, que trasciende a su encarnación política.

Gente que vota y apoya a un gobierno que te dice que si sos pobre es culpa tuya, que no te esforzás lo suficiente, y si tenés que dormir en la cxalle es tu problema, no el del Estado, cuando gobiernan ellos, por supuesto. En estas cuestiones no hay ni puede haber “avenida del medio”, ni ancha ni angosta: si en lugar de indignarte que haya gente durmiendo en la calle te enoja el tipo que dice que ahora son más que antes y pone manos a la obra para hacer algo para aliviar su situación, sos un hijo de puta, no hay otra posibilidad.

Con esa gente no hay conciliación posible, ni cierre de la grieta que valga, porque no nos separa una grieta sino un abismo, y bienvenido que así sea. No “vamos a volver mejores” que ellos: somos mejores, y no tengamos vergüenza en decirlo.

Para pensarlo cuando desde este lado nos preocupamos por una declaración de Dady Brieva, Ofelia Fernández, Zaffaroni o Mempo Giardinelli, porque puede restar votos: ¿los votos de quiénes, de los que se indignan por esas cosas y no porque hay gente durmiendo en la calle que se muere -literalmente- de frío? Tuits relacionados: 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cantard...profesor de derecho laboral era en la unl...