LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

martes, 24 de mayo de 2011

DEMOCRACIA, CORPORACIONES Y DISTINTA VARA


En las últimas semanas el sindicalismo, Hugo Moyano y la CGT parecen estar en el ojo de la tormenta, a partir del discurso de Cristina en José C. Paz.

En realidad, siempre lo estuvieron, pero ahora su larga lista de enemigos encontraron en las palabras de la presidenta el hueco por donde colarse, y amplificar sus cuestionamientos a todo lo que rodea al líder cegetista; desde el manejo de la obra social de los camioneros, hasta su pretensión de obtener lugares en las listas electorales del oficialismo.

En épocas en que el cronograma electoral apura los plazos para las definiciones, y todos están de rosca en rosca abrochando alianzas y candidaturas, que alguien presione por lugares expectables en las listas no debería asombrar ni escandalizar a nadie; pero al parecer, sólo a Moyano y a la CGT se lo facturan, como muy bien señala acá Mario Wainfeld en Página 12.

Recordar si no lo sucedido -a la inversa- en las elecciones legislativas del 2009, cuando se planteaba abiertamente la necesidad de que las patronales agropecuarias agrupadas en la Mesa de Enlace presentaran candidatos en los diferentes partidos, y como se naturalizó la idea de que existan "agrodiputados", que hoy forman un bloque de alrededor de 13 miembros, en la Cámara de Diputados de la Nación; con el exclusivo propósito de defender los intereses del sector, lo que supone priorizarlos por encima de los del conjunto de la sociedad, si entran en conflicto.

Nos remitimos para eso a la "hoja de ruta" -afortunadamente fallida- de los agrodiputados: eliminación de las retenciones, apertura total del comercio exterior de sus productos, desaparición de toda forma de control estatal sobre sus actividades, oposición visceral a revisar el anacrónico régimen laboral al que están sometidos sus empleados.  

De lo que se sigue que los defensores de la democracia representativa republicana tradicional, aparecen sosteniendo un sistema que tiene grandes similitudes con la representación corporativa del fascismo mussoliniano; contradicción en la que no parecieron reparar muchos, desde Lilita Carrió hasta Poder Ciudadano, pasando por cuanta ONG existe para velar por la pureza de las instituciones.

Y la distinta vara con que los medios hegemónicos juzgan estas cuestiones nunca deja de asombrarnos, y si no, vean este artículo de La Política On Line sobre la trastienda del armado opositor a la candidatura de Cristina para las elecciones de octubre.

Que los partidos opositores al kirchnerismo han sido furgones de cola de los dueños del verdadero poder de la Argentina en los últimos años, es algo que ya muy pocos pueden desconocer.

Pero no deja de sorprender en la nota la impudicia con la que se le reconoce a Techint la entidad de actor político -comparable a un partido formalmente constituido para competir en elecciones, pero sin los riesgos de hacerlo-, y se admite -con los nombres y apellidos del caso- que hay políticos que están en su bolsillo.

Así las cosas, ¿con qué autoridad moral estas vestales de la Constitución hablarán después de la corrupción política, o cuestionarán el intento de protagonismo político del sindicalismo?

Resulta ahora que los defensores del orden republicano, que se rasgan las vestiduras ante un DNU de la presidenta, admiten sin rubores que Paolo Rocca (el CEO de Techint) tiene su propio "gabinete paralelo" -al punto de hablar de un "ministro del Interior", y está pensando en armarle el suyo a Ricardo Alfonsín si llegara a ser presidente.

¿Dirá alguna vez Morales Solá que ese comportamiento es una "embestida" de Rocca sobre un eventual presidente?

¿Le parecerá a Nelson Castro que en tal caso, estamos en presencia de un "apriete" sobre las instituciones?

Difícil.

Eso sí: que ni se le ocurra a la ANSES pedir lugares en el directorio de Siderar (que pertenece a Techint) acorde con sus tenencias accionarias en el capital de la empresa, porque eso seá "un cambio de las reglas de juego que vulnera la seguridad jurídica", sí señor, como no.
Y también cuando arman trampas caza-bobos, como al demonizar la figura de Moyano, y en la de él, la propia existencia del sindicalismo y su rol en las sociedades modernas. 

Y cuando nos quieren enseñar lo  que es la democracia, y nos echan largas parrafadas sobre los riesgos del populismo, buscando incluso el apoyo de algún papagayo foráneo como Vargas Llosa.

Estas son las cosas que no hay que perder nunca de vista cuando estos personajes -porque son los mismos, aunque a veces se escuden en el anonimato- levanten los deditos acusadores, atribuyéndose el rol de custodios de la democracia, y predicando moral con la bragueta abierta.

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