El denominado Presupuesto Participativo es uno de los programas de gobierno más publicitado por la gestión de Barletta, como pueden ver acá en el portal oficial de la Municipalidad de Santa Fe.
La idea por supuesto no es nueva ni original, pero tampoco mala: supone que los vecinos se involucren en lagestión estatal, decidiendo como se invierte el dinero público en acciones que ellos mismos definen como prioritarias. Claro que es más fácil de llevar adelante en la escala municipal que en la provincial o nacional, por una cuestión de tamaño y complejidad de los aparatos estatales, y de los roles que cada uno desempeña.
También es cierto que no se puede sujetar a esta metodología de participación ciudadana el conjunto del gasto estatal, ni aun en el plano municipal: más del 90 % del mismo es gasto corriente, fundamentalmente representado por las erogaciones en Personal (sueldos, aportes y contribucioners, asignaciones familiares) y en el funcionamiento de los servicios de la Administración. Pensemos por ejemplo en el caso del municipio que la intendencia no podría someter a la decisión de los vecinos si les paga o no a las empresas privadas recolectoras de residuos, por los servicios que prestan.
Hechas estas aclaraciones, veamos que pasó con el desarrollo del Presupuesto Participativo a partir de su anuncio en la Municipalidad de Santa Fe en el año 2008, por la gestión de Mario Barletta.
Como vemos en el portal oficial, la iniciativa se aplicó desde entonces en 17 barrios diferentes de la ciudad, a los cuáles se les asignaron -a cada uno- $ 500.000 para desarrollar los proyectos que los vecinos eligieran, y como también surge de allí, en las elecciones convocadas votaron un total de 5723 vecinos, cifra que (a lo largo de cuatro años, y desperdigados por 17 barrios de la ciudad) resultan irrisorias: apenas el 1,99 % del padrón electoral de la ciudad, menos del 3 % necesario para que un partido pueda -por ejemplo- obtener una banca en el Concejo municipal.
Una participación insignificante, que a la gestión de Barletta (que publicita con grandielocuencia el proyecto) nunca le interesó incentivar para que aumente. Pero veamos otro aspecto de la cuestión, que es el vinculado al volumen de los recursos municipales sobre los cuáles los vecinos tendrían ingerencia a través de su voto.
Como dijimos, en el marco del Presupuesto Participativo la gestión de Barletta asigna una suma fija ($ 500.000) a cada proyecto aprobado, cifra que no se ha reajustado desde que se iniciara el programa en el 2008, lo cual presupone dos cosas: la incidencia porcentual del Programa en el total de los gastos municipales es cada vez menor, y la envergadura de los proyectos que se pueden encarar a través de él, también será menor.
En el portal oficial de la Municipalidad sólo están disponible la Cuenta de Inversión 2009 (el conjunto de los gastos y recursos de la gestión de Barletta ese año) y la ejecución presupuestaria del año 2010 hasta el 30 de noviembre. Por fuera de eso, se puede acceder a los presupuestos municipales votados por el Concejo desde el 2008 hasta este año inclusive, como para poder contar con información que sirva a los fines indicados.
La Cuenta de Inversión del año 2009 revela que, sobre un total de gastos de $ 402.771.771,53 de todas las áreas dependientes del Departamento Ejecutivo Municipal, en los proyectos aprobados en el marco del Presupuesto Participativo se gastaron $ 701.502,45, es decir que los vecinos decidieron con su voto apenas sobre el 0,17 % del Presupuesto municipal (17 centavos de cada 100 pesos).
De más está decir que en los años siguientes, la cosa empeoró porque los gastos del DEM treparon a $ 477.402.531 en el 2010 (presupuestados, gastados hasta el 30/11 algo más de 406 millones) y $ 608.024.936 para este año; pero el programa Presupuesto Participativo desapareció de ambas Ordenanzas de Presupuesto.
Sí, leyeron bien: el programa tan publicitado por Barletta no existe como tan en la ordenanza que establece los gastos y recursos del municipio, desde el año 2009; condición que comparte por ejemplo con el ya famoso tren urbano.
Y eso obedece a una cuestión muy clara: de los 17 barrios en que se aplicó la iniciativa, 4 corresponden al año 2010, pero las votaciones fueron realizadas en diciembre del año pasado, cuando el Presupuesto municipal estaba siendo discutido en el Concejo (del mismo modo procedió Barletta con el tren urbano), de modo que los proyectos comenzarían a ejecutarse recién este año.
A la inversa, en otros 8 proyectos (la mitad del programa desde que existe) las votaciones se realizaron en este mes de mayo, a escasos días de las internas: la finalidad electoral del asunto está más que clara.
Otra cuestión a considerar es poner a los proyectos concretos en perspectiva: por ejemplo en el ya citado año 2009, los $ 701.502,45 gastados en el marco del Presupuesto Participativo pueden compararse perfectamente con los $ 1.383.532,40 gastados por la gestión Barletta en la remodelación de la estación Belgrano, hablando de definir prioridades para el gasto con la participación ciudadana.
Del año 2008 como se dijo no hay cifras de la ejecución del Presupuesto Participativo, pero es probable que no se haya gastado nada por esa vía porque ese año se lo puso en marcha; al mismo tiempo que -por ejemplo- el intendente decidía en forma inconsulta y casi como un capricho personal, gastar más de dos millones de pesos en construir el puente peatonal sobre la avenida Alem, con su hoy inútil escalera mecánica.
En el año 2010 (para el cual se contemplaban 4 proyectos del Presupuesto Participativo, votados en diciembre), una comparación útil podría ser con los $ 2.342.000 gastados en el -hasta ahora- inútil tren urbano,o los $ 1.463.641,52 que costó a la municipalidad la carrera del TC 2000.
Si se diera por sentado que los 17 proyectos del Presupuesto Participativo se concluirán ejecutando en su totalidad antes que Barletta concluya su mandato, eso implicaría que la municipalidad invertiría por esa vía 8,5 millones de pesos, cifra que debe ser puesta en perspectiva comparándola con los más de 1835 millones de pesos que el intendente administrará en sus cuatro años al frente del Palacio municipal.
Eso implica que -con viento a favor- (algo dudoso considerando los estándards de eficacia de la gestión progresista), los vecinos de Santa Fe habrán podido decidir con su voto apenas sobre el 0,46 % del gasto municipal.
¿De qué "Presupuesto Participativo" estamos hablando entonces?
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