LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

domingo, 10 de junio de 2012

BOLUDOS A LA CACEROLA


Gritan que están hartos de vivir en una dictadura (escriben la palabra con k), pero si los raspás un poquito, enseguida empiezan a decir que "con los militares estábamos mejor".

Reclaman "una verdadera democracia", pero piden que se vaya la presidenta elegida por el 54 % de los argentinos.

Piden "justicia independiente", pero abrazaron los tribunales para que Macri zafe de ir preso; y piden que se detengan los juicios por la verdad, y se amnistíe a los genocidas.

Dicen estar hartos de la corrupción (también la escriben con k), pero quieren comprar dólares sin tener que declarar de donde sacaron la plata.

Sostienen que hay que dejar de vivir en el pasado, pero cuando los oís hablar y argumentar, te retrotraen a todo lo peor de la historia argentina, desde el gorilismo de la Libertadora hasta el "por algo será" de la dictadura genocida.

Califican al gobierno y a cualquier cosa que no les gusta como nazi o fascista, pero organizan marchas a las que van Biondini, Cecilia Pando y los skin heads.


Dicen que están hartos de que el gobierno les meta la mano en el bolsillo cobrándoles impuestos, pero Macri les encajó un aumento del ABL del 700 % desde que gobierna, y se lo morfaron sin chistar.

Remarcan todo el tiempo que no los mueve ninguna ideología, pero se ocupan de dejar en claro que no quieren que la Argentina se convierta en Cuba, Venezuela o la URSS.

Se envuelven en la bandera y se atribuyen el monopolio de la argentinidad, pero no quieren pagar impuestos y desprecian abiertamente a no menos de las dos terceras partes de la población del país, cuando no piden que nos invada EEUU y deponga al gobierno.

Dicen que están cansados de que les mientan, pero tienen guita en negro, fondeada en cajas de seguridad o depositada en el Uruguay, y no quieren saber nada con que los campos figuren para el fisco por el valor que realmente tienen.

Afirman que hay que terminar con los enfrentamientos y el clima de crispación, pero en las marchas se dan manija, se van poniendo cada vez más locos y terminan siempre pegándole a alguien.


Critican a los kirchneristas porque dicen que repetimos como tontos lo que dicen el gobierno o "6 7 8", pero a la hora de argumentar no hay forma de sacarlos de los títulos de Clarín, los zócalos de TN o las pelotudeces de Lanata. 

Llevan carteles que dicen "basta de vagancia", y se sacaron la jubilación del ama de casa comprando aportes, para poder "pagarse los gustitos, viste"; o viven de la renta de un campo o el alquiler de un local de comercio.

Dicen que les preocupa la pobreza, pero no quieren saber nada con los planes sociales porque son para mantener vagos.

Sostienen que a la pobreza se la combate dándole trabajo a la gente, pero si tienen algún empleado, jamás lo ponen en blanco, y si les pide aumento, lo echan.

Se cubren diciendo que no cacerolean para que los dejen comprar dólares, pero se ve que al boludo de la foto nadie le avisó. 

1 comentario:

Minaverry dijo...

Son, antes que nada, grandes apropiadores del discurso de sus oponentes y hábiles proyectores de sus peores defectos. Pero son tan grotescos y obvios que repelen hasta a los dirigentes que tendrían que representarlos en las elecciones.