LA FRASE

"ESTADOS UNIDOS ES UN PAÍS LIBRE, ALLÁ UN TIPO DE PIEL NARANJA PUEDE SER PRESIDENTE DOS VECES, NO COMO ACÁ, QUE YO NI PUDE SER GOBERNADOR." (MIGUEL DEL SEL)

viernes, 8 de abril de 2016

CRÓNICA DE UN FINAL ANUNCIADO


Hoy está en todos los principales diarios del país la noticia de que se termina el “Fútbol Para Todos” tal cual lo conocimos: gratis para todos, a través del vínculo entre la AFA y el Estado; que paga los derechos de televisación con esa condición básica.

Acá en La Nación y acá en Clarín se habla del trasfondo de la decisión de la AFA, empujada e inducida por el gobierno, y vemos como lo único en discusión es como se presenta la decisión para que Macri no pague el costo político de tener que volver a pagar para ver fútbol por televisión, porque en la campaña prometió lo contrario: otro ejemplo de “no te vamos a sacar nada de lo que ya tenés” y la “campaña del miedo”.

Lo central es que la televisación del fútbol vuelve a ser absolutamente privada y paga, lo demás son detalles; como las peleas entre el Grupo Clarín, Turner y otros por el negocio, y como eso vino influyendo en la relación entre el multimedios y el gobierno en los últimos días.

Antes pasamos por la estación intermedia, en la que el gobierno les cedió a Clarín y América la televisación de los partidos de mayor ráting por monedas, subsidiando con el dinero del Estado (ése que tanto le preocupa) un negocio privado, porque con la publicidad recuperan con creces lo poco que pusieron.

En el año 2009 el acuerdo de la AFA con el gobierno que dio origen al “Fútbol Para Todos” surgió de la ventana de oportunidad que creaba la angurria empresarial del Grupo para darles migajas a los clubes por los derechos de televisación, que Néstor y Cristina aprovecharon para asestarle un impacto directo a la línea de flotación de sus negocios.

Hoy en cambio -y por paradójico que parezca- hay plena coincidencia de intereses entre el gobierno y la AFA, desde otro lugar: los clubes demandan más plata por el contrato y los derechos, y el gobierno no quiere poner un peso más. Si eso implica que los partidos dejen de verse gratis, le chupa un huevo.

Lo único que está negociando es como instrumentar la decisión para no pagar costos políticos, y -dependiendo de los compromisos que Macri haya asumido con Obama- como entra Turner al negocio, si se queda con todo o con una parte. Es decir, el dilema de las presiones de la embajada a favor de una empresa yanqui, o de Magneto y sus cuatro tapas.

Esa es la razón por la cual el gobierno (que no quiere poner más plata en el fútbol) insiste en licitar los derechos él, y no que lo haga la AFA; rescindiendo el vínculo entre las partes: no tiene la certeza de que los dirigentes del fútbol tengan los mismos compromisos que asumió Macri. 

En el camino para llegar a esto, abundaron los idiotas útiles como Ocaña y Despouy que apuntaron al “Fútbol Para Todos” mezclando todo (ver al respecto lo dicho acá y acá sobre sus denuncias), para fungir objetivamente de infantería política y judicial de los negocios que quería recuperar Clarín.

Lo único que queda por dilucidar -cuando sepamos quien o quiénes se quedan con el negocio- es útiles para quien o quiénes.

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