Esto quedó medio traspapelado entre las noticias de la semana, y pasó desapercibido: el nuevo titular de la UIF anuncia que van a duplicar el monto a partir del cual los oficiales de cumplimiento de las normas sobre lavado de dinero (contadores, escribanos, bancos) deben informar sobre operaciones sospechosas de las que tengan conocimiento.
El importe actual es de 10 millones de pesos, ey lo estableció Sbatella en 2011 por ésta resolución, que ahora quedaría sin efecto porque el monto pasaría a ser de 20 palos: por menos de eso, las operaciones estarían exentas de control, y no generarían ROS (Reportes de Operaciones Sospechosas de lavado).
Todo eso mientras el gobierno anuncia un nuevo blanqueo de capitales para los argentinos que tienen guita en negro acá y en el extranjero, y el mismo presidente de la UIF enuncia ante banqueros sus "nuevos mandamientos", en los que "adelantó que se analiza “eximir de controles a ciertas actividades”".
Otro puerta abierta para el lavado, y otro paso más hacia la transformación del país en un paraíso fiscal, como decíamos acá.
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