LA FRASE

"VOLVÍ PARA OFRECERLE AL PRESIDENTE MI COLABORACIÓN PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LOS CANDIDATOS QUE PROPUSO PARA LA CORTE." (FABIÁN RODRÍGUEZ SIMÓN)

miércoles, 17 de octubre de 2018

UN SOPLO DE DIGNIDAD


La resolución del juez de garantías bonaerense Luis Carzoglio de rechazar el pedido de detención de Pablo Moyano en una causa armada por el gobierno en su contra excede con creces los aspectos jurídicos del caso, y las consideraciones procesales: acá pueden acceder a los fundamentos para darse cuenta que son contundentes para rechazar un pedido insólito, a partir de una investigación direccionada (en las propias palabras del juez) por el fiscal para implicar al dirigente de Camioneros.

En eso lo actuado por el fiscal no difiere en nada del modus operandi habitual de los jueces y fiscales que conforman un grupo de tareas al servicio del poder político, para meter presos a dirigentes políticos, sindicales o sociales que se oponen al gobierno de Mauricio Macri y sus aliados, sean los jueces jujeños que mantienen presa a Milagro Sala, o los de Comodoro Py con Bonadío a la cabeza.

Pruebas inconsistentes, testigos y arrepentidos que se contradicen una y otra vez hasta dar la versión que mejor se acomode a los deseos oficiales, uso abusivo e indiscriminado de la prisión preventiva, violación de las garantías procesales más elementales, recursos que son despachados sin siquiera analizar sus fundamentos: el registro de lo que viene pasando hace tres años en el país, cuando las causas judiciales comprometen a cualquiera que se enfrente al gobierno.

Pero en este caso lo del juez es de una dignidad fuera de lo común, y no solo porque no cedió a las presiones de todo tipo para no meter preso a Pablo Moyano, sino porque denunció con todas las letras, con nombres y apellidos, a la mafia que opera sobre los tribunales para hacer una operación de depuración política, disfrazada de justicia: el Procurador General de la provincia de Buenos Aires, que filtra información a los medios para que hagan su tarea de linchamiento mediático tendiente a disciplinar a los jueces y fiscales díscolos, los periodistas a sobre de la pauta y de la AFI (Majul, Lanata, Ventura, Feinmann) y por supuesto los propios medios hegemónicos, con Clarín y La Nación a la cabeza. Para que a nadie le queden dudas, ni se llame a engaño.

Apuntar con nombre y apellidos a esos reponsables, cuando esos mismos medios están promoviendo a María Eugenia Vidal como el recambio para un desgastado Macri de cara a las elecciones presidenciales del año que viene. La misma Vidal que logró hace poco la destitución del juez Arias, otro magistrado digno, porque osó fallar en contra de los tarifazos, y el mismo procurador Conte Grand que está pidiendo lo mismo para Carzoglio, por si quedaran dudas de que son una mafia.

En las horas previas a que Carzolgio diera a conocer su resolución, los cacatúas jurídicos alineados con el gobierno, como Sabsay, se apresuraron a señalar que los aprietes mafiosos contra el juez provenían de los Moyano y del sindicato de Camioneros, porque claro, cumplían con todos los requisitos que caben en sus perjuicios: negros, sindicalistas y peronistas. Solo de gente así se pueden esperar aprietes, al parecer.

Pero no, los tiros vinieron de otro lado, y no se puede decir que sorprenda: lo que dijo Carzoglio es conocido por muchos que trasegan los pasillos de los tribunales, en muchos otros casos, con la misma metodología. Pero no todos tuvieron sus cojones para denunciarlo, y administrar justicia según sus convicciones.

Sirva entonces no solo para reivindicar a quien reivindicó su función, sino para que todos entiendan como funcionan realmente las cosas en este estado de excepción con barniz democrático cada día más delgado que se vive en el país, y nadie pueda hacerse después el distraído, o el sorprendido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Avisarle a Carzoglio y algunos pocos más para que salgan.
Después, dejar un pan para todos los demás.
El Colo.